Un hombre que asesinó y decapitó a una bebé de ocho meses en la ciudad de Brest (Bielorrusia) fue condenado a pena de muerte por un disparo en la nuca. Al sujeto se le vendarán los ojos y lo obligarán a arrodillarse para su posterior fusilamiento.
El sujeto, identificado como Viktar Syarhel de 48 años, asesinó a la menor con un cuchillo. La criatura tuvo 46 heridas en su cuerpo. Previamente, el culpable estuvo tomando grandes cantidades de alcohol junto con la madre de la bebé, Natalya Kolb de 26 años.
Ella también fue declarada culpable del asesinato que cometió Syarhel y fue condenada a 25 años de prisión en Bielorrusia. Esto, debido a que en el país europeo es la pena máxima para una mujer y ellas no pueden ser ejecutadas.
Según señaló un informe policial, el esposo de Natalya Kolb, Leonid, llegó a su casa y se asombró al ver a su hija acostada en un charco de sangre con la cabeza cortada. A la mujer también la encontraron cerca del crimen. Los vecinos de esta zona de Bielorrusia afirmaron que los padres de la víctima “eran una pareja feliz” al ser sorprendidos con esta tragedia. Incluso, a la menor la habían bautizado en una Iglesia Ortodoxa.
El Tribunal Regional de Brest determinó que la bebé fue golpeada antes que Syarhel la asesine. Bielorrusia se caracteriza por ser el único país de Europa en conservar la pena de muerte y solo hombres entre 18 y 65 años pueden ser ejecutados.
Bebé muerta