¿La consciencia se “apaga” por completo en el cerebro cuando el cuerpo muere? Esa es la creencia común, pero una investigación liderada por equipo científicos de la Escuela de Medicina NYU de Nueva York, Estados Unidos, plantea evidencias que desafían dichos conceptos.
El Dr. Sam Parnia, director de cuidados intensivos, asegura que las personas “saben de inmediato que han muerto”, dado que su consciencia aún se mantiene en funcionamiento después de que el cuerpo dejó de emitir señales de vida.
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La investigación denominada “AWAreness durante la reanimación: un estudio prospectivo” fue liderada por Parnia y llegó a dicha conclusión después de analizar a pacientes que sufrieron un paro cardiaco. Ellos, técnicamente, murieron por un breve lapso, pero fueron reanimados con éxito poco después.
Según su testimonio, los pacientes tenían consciencia de las conversaciones completas y también podían ver las cosas que sucedían a su alrededor, incluso después de haber sido declarados como fallecidos, revela la investigación médica, a la que puedes acceder a través de este enlace.
En términos médicos, la hora de la muerte se define como el momento en el que el corazón deja de latir y, por lo tanto, el flujo de sangre deja de fluir hacia el cerebro.
Foto: Referencial.
Sin embargo, el estudio liderado por Parnia sugiere que aún después de la muerte, se produce un impulso de energía en el cerebro. Y ello es lo que permite que los ‘fallecidos’ aún reciban información de su entorno.
Ya en el 2013, investigadores de la Universidad de Michigan observaron las señales eléctricas dentro de las cerebros de nueve ratas anestesiadas después de haber sido inducidas a un ataque cardiaco.
Poco después de la muerte clínica de los roedores, los investigadores observaron patrones de actividad en el cerebro relacionados con un estado de “hiper alerta”.
Los procesos cognitivos durante el paro cardiaco se investigaron a través de un estudio observacional multicéntrico de 4 años utilizando un sistema de entrevista cuantitativa y cualitativa de tres etapas.
A fin de probar objetivamente la precisión de las afirmaciones de consciencia visual y auditiva se examinó a los pacientes mediante pruebas específicas.
Foto: Difusión.
Así, el primer aspecto a tener en cuenta fue el conocimiento del evento, luego los recuerdos durante el paro cardiaco.
Entre los 2060 casos de paro cardiaco analizados, 140 sobrevivientes señalaron que fueron conscientes de que eran víctimas de un paro. Y de ellos, solo los cerebros de 101 de ellos tuvo recuerdos del hecho durante su padecimiento del corazón.
Estos últimos revelaron que tuvieron 7 temas cognitivos comunes: miedo, animales/plantas, luz brillante, violencia, persecución, deja vu y familia.
Ya el 2% de ellos describió que tienen recuerdos explícitos de “ver” y “escuchar” eventos reales relacionados con su reanimación.
Investigación analiza los procesos cognitivos de personas que sufrieron un paro cardiaco. Foto: Referencial
Durante un ataque cardiaco, una arteria obstruida impide que la sangre llegue a una parte del corazón, lo que puede causar que esa sección muera, aunque el corazón siga latiendo. Poco después, las señales eléctricas que controlan la acción de bombeo del corazón se ven interrumpidas, el corazón deja de latir y la muerte ocurre.
La ‘parte pensante’ del cerebro, el córtex cerebral también baja su actividad de manera instantánea, lo que significa que no se producen ondas cerebrales unos 20 segundos, según lo que se observa en un monitor.
Esta primera reacción inicia una cadena de procesos celulares que resultan en la muerte cerebral. Sin embargo, según el Dr. Parnia, “hasta que esto sucede, pueden pasar horas desde que el corazón deja de funcionar”.
Según investigación, el cerebro se mantiene consciente después de la muerte. Foto: Referencial
En Estados Unidos, han realizado una serie de exitosos experimentos con sesos de cerdos, los cuales fueron vueltos a la vida mediante máquinas de perfusión, lo que supone un avance clave para la ciencia.
En teoría, este mismo método debería ser capaz de irrigar y revivir un cerebro humano, tal como indica el fisiólogo Nenad Sestan.
Fuente: European Resuscitation Council / Muy Interesante