La astronomía no deja de sorprendernos. Por eso no es novedad que más de uno se cuestione sobre los astros que pueblan el vasto universo. Algunos de ellos son los asteroides, los meteoritos y los cometas.
Por ello, es válido marcar la brecha que diferencia a cada uno, además de conocerlos a detalle. Tanto los meteoritos como los asteroides y cometas son los cuerpos menores del Sistema solar y se formaron tras el material sobrante que quedó de la creación del sol y de los planetas hace más de 5 mil millones de años.
Los asteroides son cuerpos carbonáceos y rocosos más chicos que un planeta, pero más grandes que los meteoroides que orbitan alrededor del Sol. Si se ven desde el planeta Tierra, estos parecen estrellas, de ahí su nombre en griego: “de figura de estrella”.
Los tie también son llamados ‘planetoides’ o ‘planetas menores’, nombres que van más con lo que son.
Para entender los meteoritos primero hay que saber qué son los meteoroides. Estos son partículas de polvo y hielo o rocas que llegan hasta las decenas de metros, y que están en el espacio tras el paso de algún cometa o restos de la formación del Sistema solar.
Por ello, los meteoritos son los meteoroides que llegan a la superficie del planeta Tierra, pues no se desintegran por completo en la atmósfera. Es válido aclarar que hay muchos meteoroides que ingresan al planeta, pero la mayoría son pequeños. Solo los grandes alcanzar a ser meteoritos.
Los cometas son cuerpos celestes formados por hielo y rocas que orbitan el astro de manera elíptica. Cuando este se aproxima a su estrella, los hielos se llegan a evaporar y así se crea la famosa cola cometaria.
Vale recordar que los cometas se crean con elementos livianos poco densos como los gases y el polvo.