La Asamblea General de la OEA aumentó la presión diplomática sobre Venezuela y Nicaragua, países inmersos en profundas crisis políticas, económicas y humanitarias, a pesar del rechazo que despertó la representación del líder opositor venezolano Juan Guaidó.
Venezuela se convirtió en el eje central de los debates de la Organización de Estados Americanos (OEA) que durante tres días buscaron en la ciudad colombiana de Medellín conciliar su posición sobre la “grave crisis económica, política y humanitaria”, según documentación del encuentro.
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La inédita participación de una delegación de Juan Guaidó, reconocido como presidente venezolano por más 50 países, dividió las opiniones de los miembros.
La situación en Nicaragua secundó a la otrora potencia petrolera como tema de discusión, por "la crisis “política y social” que en poco más de un año ha dejado miles de víctimas entre muertos, heridos y exiliados. En ambos casos, se aprobaron por mayoría resoluciones que sientan una posición que pretende aumentar la presión diplomática sobre ambos aliados.
Al cierre de la asamblea, la OEA aprobó una resolución para pedir elecciones “libres” y “lo más pronto posible” en Venezuela, aunque un grupo de países encabezados por México votó en contra por no reconocer a la delegación Juan Guaidó ante el organismo.
La OEA resolvió “instar a que se convoquen elecciones presidenciales libres, justas, transparentes y legítimas, lo más pronto posible” en Venezuela, según reza el documento votado con 19 votos a favor, ocho en contra y seis abstenciones.
Los países que suscribieron la resolución, reiteraron su apoyo a la delegación de Juan Guaidó “hasta que se celebren nuevas elecciones”. Además abogaron por “el acceso pleno y libre” a la asistencia humanitaria de “las poblaciones más vulnerables (...) afectadas por la crisis” en la otrora potencia petrolera.
Colombia planteó una respuesta regional frente a la migración de venezolanos y pidió considerar la opción de darles el trato de refugiados, a raíz de un informe presentado por un grupo de trabajo del organismo.
Sin embargo, la resolución completa “La situación de Venezuela y la crisis de migrantes venezolanos” no se aprobó por consenso. México lamentó “profundamente” que la OEA “se atribuya” facultades que no tiene.
Uruguay, por su parte, se apartó de la votación. El jueves abandonó la asamblea en protesta contra el reconocimiento de un nuevo gobierno en Venezuela, según su vicecanciller, por “la vía de los hechos”.
Estados Unidos, en cambio, fue enfático contra el presidente venezolano, Nicolás Maduro: “No es un hombre con el que podamos negociar. La salida definitiva de Maduro es el primer paso necesario para el restablecimiento de la democracia”.
El gobierno de Maduro desvinculó a Venezuela de la Organización de Estados Americanos (OEA), en un proceso iniciado en 2017 y que concluyó en abril.
El foro hemisférico aprobó entonces que el país estuviera representado por enviados de Guaidó. La otrora boyante economía petrolera hoy está sumida en la peor crisis de su historia moderna, agravada por la hiperinflación, proyectada por el FMI en 10.000.000% para 2019, y el desabastecimiento.
La OEA reiteró su “preocupación” frente al “deterioro de las instituciones democráticas” y la vulneración de “los derechos humanos” en Nicaragua.
En una resolución votada con 20 votos a favor, cinco en contra y ocho abstenciones, el organismo hemisférico le pidió al gobierno "permitir el ingreso de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos" y otros organismos internacionales.
Además le hizo un llamado al Consejo Permanente para que nombre una comisión que “realice gestiones diplomáticas al más alto nivel” y entregue “un informe en un plazo máximo de 75 días” que contribuya a “una solución pacífica y efectiva a la crisis”.
Nicaragua ha estado sacudida por una ola de protestas antigubernamentales que estalló en abril de 2018.
Las protestas, que derivaron en reclamos por la salida de Ortega y la realización de elecciones anticipadas, desataron una violenta represión estatal que ha dejado 325 muertos, centenares de detenidos y más de 62.000 exiliados, según organismos de derechos humanos.
Fuente: AFP.