Un grupo de científicos de los Estados Unidos ha descubierto que el párkinson, enfermedad que ataca el sistema nervioso, tiene como punto de partida el tracto gastrointestinal y se extiende hacia cerebro por el nervio vago, que nace del bulbo raquídeo y transmite estímulos a varios órganos, de acuerdo a una publicación de la revista Nature.
Las conclusiones “proporcionan pruebas adicionales del papel del tracto digestivo en el mal de párkinson y nos dan un modelo para estudiar la progresión de la enfermedad desde su comienzo”, aclaró Ted Dawson, profesor de neurología de la Universidad Johns Hopkins, Baltimore, Estados Unidos.
Existen tratamientos farmocológicos para esta enfermedad, pero aún no hay cura. | Foto: BlurryMe/Shutterstock
Los inicios de este estudio científico se dieron desde el 2003 por el neuroanatomista alemán Heiko Braak. Él comprobó que los pacientes del mal de párkinson registraban concentraciones de alfa-sinucleína, proteína nuclear, alojada en partes del sistema nervioso que controlan los intestinos.
Braak señaló que este mal conecta a los órganos con el cerebro “como si estuviese subiendo una escalera”. Los expertos demostraron que la proteína podía trasladarse a través del nervio vago. A fin de validar las primeras hipótesis inyectaron 25 microgramos de la sustancia a ratones sanos.
Los roedores protagonistas del experimento fueron revisados de manera periódica y los investigadores se sorprendieron con los resultados: la alfa-nucleína llegó al cerebro. Siete meses más tarde revisaron a otro grupo de ratones, les cortaron la fibra neumogástrica, inyectaron la proteína en sus pequeños cuerpos y, más tarde, observaron que no había señal de neuronas muertas.
“El corte del nervio vago al parecer detuvo los avances de la proteína mal plegada”, acotó el neurólogo Dawson. Por otro lado, Hanseok Ko, miembro del proyecto, indicó que las macromoléculas mal plegadas en discusión están involucradas con el trastorno degenerativo.
Cuando la proteína se acumula, mata los tejidos nerviosos y deja residuos de materia cerebral muerta.
Heiko Braak explica que la conexión cerebro-intestino es el inicio del mal degenerativo conocido como párkinson | Foto: Science of parkinson
Para cada tipo de persona, los indicios de este proceso de decaimiento multisistémico pueden ser diferentes. Según el portal web de la Asociación Párkinson Madrid, son los siguientes: Temblores lentos y rítmicos en estado de reposo, los cuáles disminuyen con el movimiento voluntario; Bradicinesia o falta de expresión en la cara, acompañada de escritura lenta; anomalías en la postura y la caminata; pérdida de equilibrio; y trastorno del sueño.
Esta serie de signos, sin embargo, conllevan a la incontinencia urinaria, depresión, sequedad de ojos, dificultad de deglución, fatiga, lagunas mentales, entre otros.