Una bomba de la Segunda Guerra Mundial que estaba enterrada en un campo de maíz explotó este lunes cerca a la ciudad de Limburgo, en el estado federado de Hesse, situado el centro-oeste de Alemania, y dejó un cráter de 10 metros de diámetro por cuatro de profundidad.
La Policía de Alemania sospecha que la explosión fue provocada por un detonador químico de larga duración. Asimismo, informaron que la bomba pesaba 250 kilogramos.
Debido a la forma del cráter, los especialistas en desactivación de explosivos confirmaron que se trataba de una bomba, cuya detonación produjo un fuerte estallido.
Afortunadamente, no hubo heridos como consecuencia de la explosión.
Alemania fue uno de los principales protagonistas de la Segunda Guerra Mundial, y una gran cantidad bombas están enterradas en su territorio principalmente por dos razones: algunas fueron lanzadas en el territorio y no explotaron, otras fueron ocultadas.
Las bombas suelen ser halladas en excavaciones de obras en las ciudades, lo que obliga a las autoridades a evacuar barrios enteros para poder removerlas y detonarlas.
En otros casos, como el ocurrido en Hesse, explotan por sí solas. Según las autoridades, estas explosiones se producen al menos una vez al año.
Otros países que fueron escenarios de la Segunda Guerra Mundial también han registrado estos hallazgos. En agosto del año pasado unos obreros que trabajaban en la remodelación de la pista nueve del aeropuerto de Bruselas (Bélgica) encontraron una de estas bombas que llevan ‘durmiendo’ más de 70 años.
En esa ocasión no fue necesario hacerla explotar, pues los expertos la desactivaron durante la noche.