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Espectáculos

Christian Ysla sin corbata ni bigote: ¿quién es el artífice del rebelde Pedro Juanelo?

El actor cuenta qué carrera siguió antes de ser artista, por qué tomó taxi después de los 30, qué es el criollismo chicle y cuáles son los desafíos en la paternidad. 

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Christian Ysla se despoja de sus papeles artísticos y relata de qué está hecho. Foto: Leonardo Santana / La República

“Gato dice miau, miau, miau, miau”. El último 17 de diciembre, Manguera y Terry, dos de Los Juanelos, contrataron a El León y su Tripulación para que “Bajanda” corone los 50 años de Christian Ysla. “Para mí fue como ver a Luis Miguel”, asegura el actor cuyos gustos musicales desde que es padre se mezclan con los hits de la Gallina Pintadita y de Luli Pampín. Bailó —aunque él confiesa que trató— como lo hizo en los programas de Gisela, cuando ya había seducido a la audiencia peruana con el papel de ‘Culebra’.

‘Culebra’ era una figura-parodia que aportaba un 50% de candor para que la cuota restante la asumiera el ‘Tunche’: 50% de maldad. En “Yuru, la princesa amazónica”, la dupla villana se encargaba de perseguir a un mono cola roja al ritmo de un estribillo tropical: “Somos Tunche y Culebra, cazamos aquí en la selva, conquistamos a las nenas. Somos los malos de acá”. Sus tácticas tenían los mismos resultados que las de Pinky y Cerebro. 

“En el mundo de los payasos siempre hablamos del blanco y del augusto. El blanco es el payaso serio y el augusto es el payaso más torpe, el que rompe un poco con el orden. Entonces Lucho Cáceres (‘Tunche’) era el blanco. Yo, el augusto”, recuerda el artista. 

—¿Qué características le añadiste a ‘Culebra’? 

—Yo creo que él era como era porque el Tunche lo había moldeado. Entonces, yo fui acomodando el personaje porque yo me fui acomodando a Lucho. Que es un poco lo que he hecho casi a lo largo de mi carrera con Lucho: me ha acomodado. ¿Dónde está él tranquilo? Y a partir de esa tranquilidad yo comienzo a jugar (...). Nos daban el texto y decíamos: “Ya, ¿qué hacemos con esto?”. Respetábamos la idea, por dónde querían que vayan los personajes, pero lo que hacíamos ahí era cuestión de nosotros dos. Y eso es lo que me encanta de trabajar con Lucho: la capacidad de no quedarnos con lo que nos daban.

Christian y Lucho se conocieron en el set de “Amor Serrano”, en 1998. En 2008, luego de “Yuru”, viajaron a Miami y trabajaron como dúo en un programa semanal de Telemundo: “Fotogénicas”. En 2017, en Plus Tv, lideraron “Locos en el Tiempo”. Con poco más de 24 años de complicidad, ambos acaban de agendar una obra teatral: “Me tienes harto”.

—¿Por qué se llama “Me tienes harto”?

—Porque es la dinámica de Lucho y yo en la vida real. Si bien es cierto que nos tenemos mucho cariño, yo le digo: ““P***, hue***”. Es esa sensación que creo que mucha gente la tiene con un amigo.

—¿Y alguna vez se han peleado? 

—No, nunca nos hemos peleado. Para este proceso hemos tenido crisis. En un momento le dije: “Luchito, creo que me he equivocado, dejémoslo ahí”. A eso súmale que estaba yo a punto de ser operado del corazón. O sea, yo pensaba que no, que esta vaina no iba a poder aguantar. Sin ánimo de pelear ni nada, le dije: “Hasta aquí nomás”. Y él insistió: “Ya no voy a joder tanto”. Entonces hicimos una apuesta (...). Pero es así: la gente con la que mejor te llevas y que más quieres es también la gente con la que más chocas.

Tampoco se ha peleado con Alejandro Villagomez ni con José Roberto Terry. Ellos conforman Los Juanelos, un trío criollo —¡criollazo!— y contestatario que apareció en 2016 y que resume en sus letras el andar político del país. “Nada quedará, nada quedará, nada, si Antauro es presidente”.

—¿Qué significa para ti la peruanidad?

—Es complicado porque la peruanidad es todo un paquete. La peruanidad no solamente es Machu Picchu, la peruanidad no solamente es la buena comida (...). La peruanidad también es ser egoísta, la peruanidad también significa no ponerse en los zapatos del otro. La peruanidad son los políticos que tenemos. Yo creo que en un 80% representan la peruanidad, y es una lástima. 

—¿En qué momento decidiste que tu humor, además de entretenido, iba a ser crítico? 

—Cuando empecé con Los Juanelos tenía reglas: no hablar de política, no hablar de religión y no hablar de fútbol (...). Entonces vi toda esta jungla y toda esta mentira que es la política y dije: “No puedo quedarme callado de ninguna manera”. Hicimos un show que se llamó “Jarana electoral”. Agarramos todas las canciones de campaña de los partidos y las transformamos. A partir de eso dije: “Acá hay algo, una veta, un camino que hemos abierto y que no podemos dejarlo nomás para un show”. (...) Para mí es poder exorcizar mis demonios. 

Los Juanelos surgieron de una obra teatral. Christian Ysla, Alejandro Villagomez y José Roberto Terry. Foto: Facebook

El origen de Los Juanelos es popular: la obra “Las tres viudas” fue el escenario para que las chispas del entonces integrante Pier Padilla, Terry y Christian incendiaran a carcajadas las salas y, de paso, las conciencias. 

—¿Cómo son ustedes tres fuera del escenario?

—Nos tenemos mucho cariño, mucho cariño. Hemos viajado, por ejemplo, a Brasil por la Copa América (...). Ahora, también cada uno es bien ingrato. Cada uno tiene su vida. Nuestro pretexto para juntarnos es Los Juanelos y ahí chupamos, ahí conversamos y nos c***mos de risa.

—Me interesa el proceso creativo: ¿cómo construyes una letra? 

—Tiene que ser rápido, porque si no es rápido, no funciona. ¡No funciona! (...) Por lo general, me gusta iniciar con lo pegajoso. Ojo, yo no soy músico y, con las falencias que tengo, seguramente muchos compositores dirán: “La porquería que hace este chico”, pero en realidad hago las cosas no para que perduren en el tiempo. Estas canciones funcionan y ya, desaparecen. Es así, son chicle. De fácil comer. Eso es criollismo chicle. 

—¿Y tú estás conforme con ello? 

—Sí (...). No hacemos un trabajo de filigrana. Nuestro producto es así, es un producto con errores. No está bien hecho porque, para empezar, no somos un grupo musical. Somos un grupo de comedia que hace música. Si fuéramos músicos, ahí sí me sentiría un poco mal. Terry… no es que este sea su proyecto musical. Terry hace otro tipo de música. Alejandro igual. A veces creo que están en Los Juanelos un poco para seguirme la corriente y para hacerme feliz. (Risas)

Y así es como resume dos ángulos importantes en su trayectoria: “A ‘Yuru’ le tengo muchísimo cariño, pero yo en ‘Yuru’ soy un eslabón, un pequeño eslabón de una gran producción. Los Juanelos me permite decir cosas que muchas veces he tenido las ganas de decir y no he sabido cómo”.

Pero antes de acumular los aplausos que alivian su corazón—fue operado a causa de una arritmia—, Christian Ysla fue el tímido hermano mayor de cuatro: “Mi viejo a veces nos botaba para jugar con la gente del barrio y no queríamos”. El barrio era Surco, lo es hasta hoy. 

—Y cuando eras niño, ¿qué pensabas que serías de grande si eras tan tímido? 

—Yo sabía que quería hacer algo de arte, y la actuación era lo más seguro, porque tuve la suerte de tener una profesora, Carmen Paredes se llamaba, que me fomentaba mucho las artes en 4º grado de primaria.

A los 20 interpretó su primera obra teatral: “Escucha el ruido de la mar”. La pieza, aunque amateur, recibió una crítica amable por parte de Sara Joffré. Él fue el principal, el duque, pero ya sobre el suelo de la realidad fue luego el egresado de Hotelería que en vez de asistir a su graduación celebró con sus compañeros de telón la gran noticia: la admisión al TUC (Teatro de la Universidad Católica). A este vuelco en su vida le siguió un episodio de privación económica: dos años en los que recorrió Lima únicamente en bicicleta.

“No tenía ni para la combi ni para el micro, menos pa’l taxi. Yo tomé taxi recién después de 30 años, pero era feliz. Es más, yo recuerdo que vivía en una azotea, tuve un cuartito, compartía baño y el techo del cuartito era de cartón. O sea, llovía y me mojaba. Pero era tan feliz”. Su doble mención de complacencia es tan natural como sus brochazos de lisuras cuando narra cada paradero artístico. 

—Y te gustaría volver a la televisión o al cine? 

—A mí me gusta crear, sea en televisión, sea en cine, sea en video de internet, sea en teatro. Me da lo mismo mientras pueda seguir haciéndolo y la gente siga interesada en verlo (...). Entonces, si me llaman para tele, bacán. Si me llaman para cine, bacán. Si no, sigo haciendo mis cosas. Creo lo mío.

Sin embargo, una de sus mejores creaciones es la atmósfera de seguridad para su hija de cinco años. Esta atmósfera tiene el soundtrack “My girl”, de The Temptations, pero se trata de una versión criolla y paternal que el actor interpreta cada año: “Tengo la luz del sol en un día nublado”. Además, Christian Leonardo Benjamín eligió junto con Carol, su esposa, un solo nombre: Fernanda. 

“Fernanda significa fuerza. En este tiempo todos estamos siendo más conscientes, pero siento que una mujer tiene que ser muy fuerte. Yo quiero que mi hija sea muy fuerte, es muy fuerte. Creo que lo estamos logrando”

—Completa la frase. Desde que soy papá… 

—Desde que soy papá soy más feliz. 

—Desde que soy esposo…

—Desde que soy esposo estoy es más completo.