Durante seis semanas, el juicio de Johnny Depp y Amber Heard por la columna de opinión que la actriz publicó en el 2018 en el Washington Post estuvo en todas las pantallas. Ambos se acusaban de difamación, pero el jurado dijo finalmente que encontró falsas tres afirmaciones de ella, aunque también consideró que el abogado del actor la había difamado. Las consecuencias de este fallo son aún impredecibles. Lo único cierto hasta este momento es que, en tiempos de redes sociales, el caso hace rato que trascendió más allá de la farándula.
El juicio en este tribunal de Virginia no fue el primero. En el 2020, Depp perdió al querer demostrar que no era un “golpeador de esposas” -tal como lo llamó el diario de The Sun- y el juez del Reino Unido consideró que la frase era “sustancialmente cierta”. En ese escenario se concluyó que había agredido “en 12 ocasiones” a su exesposa.
La columna escrita por Amber Heard, en la que se describe como una víctima de violencia doméstica, llegó en el apogeo del movimiento feminista #MeToo impulsado por otras actrices de Hollywood, como Uma Thurman, quien reveló a New York Times en el 2018 que Harvey Weinstein (productor de Pulp Fiction y Kill Bill) la acosó. Según la actriz, el magnate la amenazó con dinamitar su carrera. De hecho, fueron decenas de denuncias por abuso y Weinstein fue a prisión.
Sin embargo, a pesar de las denuncias en la industria, el caso de Depp y Heard puede perjudicar la lucha contra la violencia de género, señala la socióloga y vocera de Manuela Ramos, Giselle Morales Vargas.
“Si bien podemos decir que la violencia no tiene género -advierte Morales-, eso no implica que se viva de la misma forma. El caso de Johnny Depp lo demuestra. Él no está pasando hambre, no sufre una persecución pública. Es importante comprender y tener empatía, pero se minimiza mucho eso porque la violencia está tan normalizada que ni siquiera la entendemos como violencia”.
La abogada de Heard ha dicho que va a apelar porque se ignoraron las pruebas. Pero más allá de eso, lo sucedido en las redes sociales y el apoyo masivo a Depp ocasionaron burlas y humillación. Ese puede ser uno de los motivos del por qué otras mujeres no denuncian, añade la socióloga y promotora de los derechos de las mujeres y disidencias.
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“Hay un fenómeno al que se le llama ‘la víctima ideal’. Normalmente tenemos en la cabeza un estereotipo de cómo tiene que ser una víctima, si la víctima no se acomoda a ese prejuicio, deja de ser una víctima y podemos tergiversar, armar una historia totalmente diferente. Ella no ha sido una víctima ideal, también ha ejercido violencia, es una mujer que no es hegemónica, no es la típica mujer estadounidense blanca, rubia y heterosexual, cisgénero, sino que escapa de lo que ‘debería ser’”, dice Morales sobre Amber Heard, abiertamente bisexual.
Jeff Beck y Johnny Depp
“En un momento social como el que vive Estados Unidos, con una ola fundamentalista y antiderechos superfuerte, eso también ha impulsado la idea de que Amber es la mala, la villana y tenemos que destruirla, si no eso va en contra de mi agenda antiderechos”, alerta.
Con la sentencia, se resta importancia a ciertas evidencias, como el mensaje de texto que Depp escribió a sus amigos. “Después me f... su cadáver quemado para asegurarme de que esté muerta”. Por eso, The Guardian, al conocerse el resultado, tituló: “El juicio fue una orgía de misoginia”. Y es que, al margen de la maquinaria publicitaria, se pone en duda la lucha feminista.
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“Muchas veces se tergiversa qué es el feminismo y es por mero desconocimiento, o por miedo a algo que desconozco y siento que me está amenazando. Eso es algo muy humano y válido, pero si no tenemos cuidado puede terminar en este tipo de situaciones peligrosas, como cuando se quejan de que Depp es la víctima cuando en realidad tiene parte de la culpa. Imagínense si no hubiera sido Amber Heard, sino una ciudadana de a pie. ¿Hubiera tenido algún tipo de oportunidad en este juicio social?”, cuestiona Morales.
En tanto, la exministra de la Mujer Gloria Montenegro señala que las cifras de agresiones contra la mujer son contundentes. En Perú, por ejemplo, hasta abril los Centros de Emergencia Mujer (CEM) atendieron 53.254 casos de víctimas de violencia, de distintos tipos: psicológica, física, sexual, así como económica. De este total, 46.108; es decir, el 87% fueron atenciones a mujeres y el 13% a hombres.
Agrega que los medios de comunicación deben tener en cuenta las evidencias. “Estas demuestran que casi el 90% de casos de violencia, entre enero y abril, son contra la mujer. Y casi el 50% de estos son casos de violencia psicológica y es por ahí donde se empieza. Esta violencia escala a física, y eso es determinante para los casos de feminicidio”, puntualiza.
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Sin embargo, pese a la gravedad de estos casos, no es sencillo demostrar la violencia hacia las mujeres. Morales pone como ejemplo lo ocurrido recientemente con la arqueóloga Marcela Poirier, quien, tras denunciar por las redes sociales haber sido víctima de acoso y hostigamiento por parte del docente de la PUCP y exministro de Cultura Luis Castillo, fue condenada a un año y ocho meses de prisión suspendida, y al pago de 180 mil soles por el delito de difamación. Pero, además de Poirier, su propia abogada Brenda Álvarez también fue sancionada con 5 URP (Unidad de Referencia Procesal).
“Lamentablemente en Perú estamos teniendo un grave problema en torno a derechos humanos básicos y fundamentales y creo que un gran ejemplo de lo peligroso que puede ser esto es el caso de la compañera Marcela. Es un antecedente peligrosísimo. A diferencia de otros delitos, la violencia basada en género no siempre tiene pruebas tan contundentes. Si tú no tienes un psicólogo, ¿cómo demuestras la violencia psicológica? O si no has denunciado en el mismo momento un caso de violencia sexual, ¿cómo lo demuestras después? No se tiene una perspectiva de género al abordar estas denuncias y lamentablemente los jueces y juezas en Perú no la tienen porque son machistas. Esos casos muy fácilmente pueden terminar convirtiéndose en represalias”, explica Morales.
En esa línea, Montenegro lamenta que hoy se observe un retroceso en la agenda de género por parte de las autoridades, pues, comenta, por un lado, el Ejecutivo tiene a personas machistas y, por otro lado, el Congreso trabaja en proyectos que afectan los avances en la igualdad de género. “Quisieron poner a Valer en la PCM, tenemos a Juan Silva y a varios agresores y machistas radicales”, reclama.
La exministra añade que debido a esto también existiría un riesgo de que las mujeres ya no quieran denunciar la violencia de la cual son víctimas, por lo que se debe hacer un llamado a que no tengan temor alguno.
Fans Johnny Depp
Según el jurado, tres declaraciones de Amber Heard en el Washington Post eran falsas: “Hablé contra la violencia sexual y me enfrenté a la ira de nuestra cultura. Eso tiene que cambiar”, “Me convertí en una figura pública que representaba el abuso doméstico, y sentí toda la fuerza de la ira de nuestra cultura”, “Tuve la rara ventaja de ver cómo las instituciones protegen a los hombres acusados de abusos”.
También concluyó que la actriz fue difamada por el abogado de Depp al decir: “Simplemente, esto fue una emboscada, un engaño, una trampa”.
El tema de fondo (del juicio) no es si hubo o no violencia, sino cómo cada uno lo ha expresado. Esto cobra dimensión porque hay sectores que también se han polarizado. Hay grupos y personas que ven en la lucha contra la violencia hacia la mujer una amenaza a ciertos privilegios que se tenían en algún momento, entonces sí ven con cierto aprovechamiento.
Esto no significa que las mujeres no puedan decir mentiras, eso es algo que puede ocurrir y que ocurre en cualquier situación, pero es absolutamente innegable que la violencia sí es un asunto que afecta particularmente a las mujeres. No significa que no haya hombres violentados, pero no es en la misma dimensión. Este caso no debería poner en duda que la violencia de género a quien afecta por su condición de género es justamente a las mujeres.
La probabilidad de que una mujer sea violada en un robo o secuestro es muchísimo más alta que para un hombre. Es un dato indiscutible. Además, no solo son víctimas de la agresión, sino de la crítica. Las cifras nos tienen que llevar al sentido común. Que esto no nos haga olvidar los feminicidios, los hombres no son afectados por igual. Que no nos haga olvidar la vulnerabilidad de las mujeres de todas las edades a sufrir violencia sexual.
Julia Fox, actriz (mayo 2022)
“Error. Ella nunca tuvo el poder en la relación para abusar de él. ¿Le pegó? Sí. ¿Fue un abuso? No. Hay que tener poder para ser capaz de abusar de él. Ella tenía 25 años. Está claro que él siempre fue mucho más poderoso, incluso física y económicamente”.
Rosa María Palacios, abogada y periodista
“Él sacó más que ella. Y probó su punto. No se puede difamar. Ella perjudicó severamente la causa de las mujeres violentadas al victimizarse y mentir. #JohnnyDeppVeredict”.
David Krumholtz, actor (mayo 2022)
“Las drogas y el alcohol convierten a un hombre en un monstruo (...). Ella (Amber Heard) no es inocente. Pero es una víctima. La petulancia de Johnny Depp durante el juicio es nauseabunda”.