En enero La Tarumba abrirá sus puertas con nuevos protocolos de enseñanza pero sin sacrificar su magia y esencia, anunciaron desde la famosa carpa. Su director Fernando Zevallos confirmó, además, una nueva sede, esta vez en Pueblo Libre y, claro está, el regreso de su esperado espectáculo por Fiestas Patrias.
“El local de Pueblo Libre está en una zona hermosa, en la plaza principal que nos permitirá convocar a un nuevo público, estamos muy contentos”, dice Zevallos entusiasta y agrega que en los locales de Miraflores y Camacho también se desarrollará el Taller Verano Creativo-2022, dirigido a niños y adolescentes.
¿Cuál ha sido el costo de este encierro?
Varios y muy fuertes. Lo primero que hay que asumir fue la pérdida de vidas humanas. A nivel de institución tuvimos que reducir personal y sacrificar muchas cosas. Incluso hace un tiempo estamos vendiendo uno de nuestros locales para que nos permita sobrellevar esta crisis económica debido a la pandemia. Es como volver un poco a los inicios de La Tarumba donde éramos un pequeño grupo y cada uno tenía que hacer más de una actividad para sacar el proyecto adelante. En medio de toda esta situación difícil y complicada, también es bueno destacar que La Tarumba nos ha permitido reflexionar sobre una serie de cosas, sobre el verdadero valor que tiene la vida, los proyectos culturales, nuestros seres queridos, así que espero que de alguna manera podamos canalizar apoyo emocional a los niños y jóvenes que suelen ir a La Tarumba y a quienes esperamos desde el 15 de enero.
La tarumba
¿Este regreso lo sientes como un renacer?
Yo celebro la vida y lo hago día a día, celebro estar vivo en este momento. Y siento que la salud es un privilegio cuando debería ser un derecho al que todos podamos acceder en el Perú. Pienso que tenemos que traer ese tema al debate, empujar esto para que realmente haya un sistema de salud que nos proteja a todos los peruanos. Soy muy optimista respecto a eso. En este momento la comunidad artística tiene una gran responsabilidad porque pese a que de alguna manera aportamos con salud emocional, somos una voz que representa a toda esa gente que durante años nos viene apoyando. No podemos quedarnos callados.
Cuando se inició la reactivación de algunas actividades, muchos dijeron que el sector cultura era el último de la lista. ¿Te pareció así?
Sí, pero más terrible me parece el egoísmo, el egocentrismo de aquellos políticos que solo se miran el ombligo. En una situación de emergencia, yo no imagino una situación peor que una pandemia, no hemos podido la sociedad, las autoridades, los políticos ponernos de acuerdo y dejarnos de vainas y realmente trabajar todos con el mismo objetivo. Si no hemos aprendido la lección en este momento, ¿cuándo la vamos a aprender? Eso me preocupa mucho, pero, bueno, desde donde nos toca a nosotros seguiremos ahí firmes, trabajando para ser una sociedad mejor y solidaria.
¿Ya piensas en el espectáculo para Fiestas Patrias?
¡De todas maneras! Somos un grupo de gente hiperactiva que ya no soportamos estar lejos de la pista del circo. Estamos preparando algo que no sabemos si vamos a tocar el tema de la pandemia en forma obvia, pero lo que sí sabemos es que está ahí, en el interior de la creación dando vueltas, desde las reuniones que tenemos que hacer con mascarillas, no lo podemos negar, pero lo que yo sí siquiera de alguna manera es que en el espectáculo exista un abrazo. Sea simbólico o real, un abrazo entre los artistas y el público, un abrazo que nos permita mirarnos, conocernos y celebrar la vida porque creo que eso nos hace falta.