La diva del cine mundial Sophia Loren cumple hoy 87 años, y durante casi toda su vida se ha dedicado al arte, el cine, la actuación y el espectáculo. Los años nunca pasarán por ella y es ejemplo de varias generaciones de actores y actrices, y una inspiración entre quienes hoy ocupan un lugar en Hollywood, quienes la miran con respeto y admiración no sólo por su trayectoria, sino por su espíritu y amor libre. En los últimos meses pudimos verla grabar “La vita damanti a sé” al lado de su hijo.
La artista italiana se ha caracterizado por sus actuaciones y también ha dado que hablar por sus sonados romances y matrimonios, dos de ellos con Carlo Poni, padre de su primogénito, y otro enlace con Cary Grant.
Sofía Loren llegó a decir que hasta 1954 su relación con Carlo Ponti era pura amistad y que para entonces el matrimonio de Ponti con la madre de sus dos hijos, Giuliana Fiastri, estaba rota. Pero en la biografía escrita por Silvana Giacobini dice lo contrario
La sociedad italiana de la época, en la que el divorcio no era legal ni tenía intención de serlo, no veía con buenos ojos que la bella se convirtiera en la concubina oficial de Carlo Ponti. Por mucho que Sofía Loren intentara maquillar la edad del comienzo de su idilio, las fotos mostraban una realidad: la de una pareja con una diferencia de edad evidente, de estatus y, por qué no decirlo, de belleza. Igual el amor triunfó y se casaron.
Sofía Loren abrazando a Carlo Ponti. Foto: difusión/Memorias
El 17 de septiembre de 1957 los abogados de Carlo Ponti propusieron que como la iglesia se negaba a anular el matrimonio de Ponti este accedió a casarse por poderes con la artista en México.
Alguien acusó a Ponti de bigamia y el productor estuvo tres años sin poder pisar su país. La Iglesia acusó a la pareja de todo lo acusable, se formaron asociaciones en contra de ellos, sus propios exsuegros recortaban de las revistas la imagen en las que Loren y Ponti aparecían juntos para proteger a sus nietos.
Sophía fue siempre fiel a Carlo Ponti, pero en 1956 ella llegó a España para rodar Orgullo y pasión. Al margen del argumento, uno de sus protagonistas, Cary Grant, se prendó de la italiana, empeñado en hacerla suya.
Y en esos encuentros fuera de la cámara, el actor británico residente en Estados Unidos le hacía ver que estaría mejor viviendo en Hollywood a su lado. Su insistencia por casarse resultó inútil, y Sophia defendió su honor y reiteró a Cary Grant que no se iría con él, y que en Roma le esperaba su casa y la de Ponti
Giuliana Fiastri se había resignado y sabía que nunca recuperaría a Carlo Ponti, por ello armó un plan para que él y Sophia Loren anulen su boda en México en 1960, lo que convertía de nuevo a Giuliana en la mujer oficial de Carlo Ponti. Llegados a este punto los tres viajaran a Francia en 1964 y pidieron la nacionalidad francesa que les fue concedida al productor y la actriz por sus méritos cinematográficos y a Giuliana por ser la mujer de Ponti.
Una vez todos nacionalizados, Ponti y Fiastri pudieron divorciarse ante cualquier ley europea. Finalmente el 9 de abril de 1966, Ponti y Loren se pudieron casar, y mantener su matrimonio hasta la muerte del productor.