“Nunca me tomo en serio. Hay mucha gente a mi alrededor que me obliga a tener los pies en la tierra. Intento que lo de ser famoso no corrompa mis relaciones”, dijo Matt Damon tras la presentación de Cuestión de sangre (Stillwater) inspirada en el caso de Amanda Cox. Durante una clase magistral, el actor dio una serie de confesiones sobre su carrera. “Me llamó Jim Cameron, quería que estuviera en Avatar. Y llegó a ofrecerme el 10% de la película. Dios mío, tuve que decirle que no porque estaba con los Bourne (de Doug Liman), y hoy sería brutalmente rico...”.
El actor confesó que antes de su primer Óscar, no tenía ahorros. “Cuando vendimos el guion estábamos sin un dólar. Éramos tres en un piso mugriento y Ben (Affleck) dormía en el sofá. Logramos colocar El indomable Will Hunting, pero no teníamos aún el dinero, así que no nos alquilaban un piso mejor. Cogimos el Variety donde hablaban del guion, y se lo enseñábamos a los dueños cuando buscábamos casa hasta que alguien nos hizo caso”.
Ayer, después del estreno de Cuestión de sangre en el Festival de Cannes, Damon explicó que no pudo contener las lágrimas. “Creo que todos miraremos hacia atrás y recordaremos este momento, el COVID y el lanzamiento, y qué manera de hacerlo”. También reflexionó sobre la experiencia “inhumana” por la que había pasado el mundo. “Estar en la misma habitación con otras mil personas que son extrañas, pero que también son parte de la misma comunidad, fue un gran recordatorio de por qué hacemos esto”.
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