Hace 40 años, una noche del 8 de diciembre de 1980, la vida de John Lennon se apagaba por una serie de disparos ejecutados por Mark David Chapman, un fan del fundador y líder de The Beatles que lo asesinó en la puerta del edificio donde vivía en Nueva York.
Lennon, con 41 años, se convirtió en una de las más grandes figuras artísticas y referente de una generación que utilizó sus composiciones para transmitir importantes mensajes sociales posguerra en el siglo XX.
El artista británico ya era considerado una leyenda viva en el momento de su asesinato por ser parte de una de las bandas que causó más revuelo a nivel mundial de la mano de Paul McCartney, Ringo Starr y George Harrison.
John Lennon nació el 9 de octubre de 1940 en Liverpool, en medio de uno de los tantos bombardeos de la Alemania nazi al famoso puerto de Reino Unido. El libro de Jordi Sierra y Fabra, El joven Lennon, narra que el músico fue abandonado por sus padres desde muy pequeño, por lo que fue criado por su querida tía Mimi.
El beatle tuvo un espíritu rebelde desde muy pequeño y era un gran aficionado a la música. Así, el intérprete de Imagine empezó a introducirse a los sonidos del rock and roll mediante la influencia de Elvis Presley y James Dean, cuyas piezas compraba a los marineros del puerto que llegaban desde Estados Unidos.
El ícono musical no solo conmocionó a millones de jóvenes alrededor del mundo con sus nuevas propuestas sonoras, sino que también representó a una juventud cansada de un orden político que se basaba en la guerra y las armas, con un sonido y composición que a cuarenta años de su muerte se mantienen vigente.