Perupetro apunta a duplicar la producción petrolera nacional en los próximos tres años, además de incrementarla en 11% al cierre del 2023.
Nuestro país produjo 40.616 barriles por día (bpd) de crudo en 2022 y, de este total, el 58,4% provino de la cuenca de Talara, y el 39,1%, del Marañón.
Para elevar estas magras cifras que nos mantienen como mercado netamente importador de combustibles, Perupetro tiene previsto poner en marcha cinco nuevos lotes con una capacidad total de 39.200 bpd en los próximos tres años, sin contar con el posible incremento de la producción en Talara en virtud de una participación total o parcial de Petroperú aquí.
Tampoco se incluye el probable ingreso en operación de los posibles descubrimientos sobre los lotes de exploración Z-61, Z-62 y Z-63, que hoy alistan su primero ejercicio de perforación bajo la administración de la multinacional Anadarko, frente a las costas de La Libertad.
Según el Ministerio de Energía y Minas (Minem), la explotación offshore de Anadarko podría engrosar hasta en 200.000 bpd la producción nacional de óleos, es decir, casi duplicarla.
Falta aclaración. Perupetro respaldaba, hasta hace poco, propuesta para alimentar la NRT con el petróleo de Talara. Foto: difusión
Mientras tanto, los seis lotes antes mencionados se encuentran todos en la selva.
Se trata del Lote 8 (6.500 bpd), a ser reactivado, posiblemente, por Petrotal en el segundo semestre del 2023; el Lote 192 (11.000 bpd), que debería reingresar a operación comercial en 2024 con capitales mixtos; los lotes 67 (13.000 bpd) y 39 (700 bpd) de Perenco, a ser reactivados en 2024 y 2026, respectivamente, pese a que una nueva reserva indígena obligaría a la empresa a salir del país; y el Lote 64 (8.000 bpd), donde Petroperú tiene el 100% de la operación, pero le falta un socio para explotarlo en 2026.
Con ello, se redondearía la cifra de 45.024 bpd al cierre del 2023, y 83.954 bpd hacia 2026.
No obstante, se considera una reducción nuevamente hacia los 76.521 bpd en 2027, que estaría asociada al final del contrato temporal por cuatro años del Lote 8. Con todo, la puesta en marcha de las plataformas liberteñas cambiaría el panorama a largo plazo. Cabe precisar que la demanda nacional es de casi 250.000 bpd, por lo que, en el mejor de los casos, en 2026 se debería producir localmente solo hasta el 30% de ella.
Actualmente, en el Perú cohabitan 25 contratos de explotación (11 en la costa, 3 en el offshore, 11 en la selva) y 6 de exploración (2 en la costa, 3 en el offshore, 1 en la selva). Asimismo, hay reservas probadas y probables (2P) por 396,3 MMSTB (millones de barriles de petróleo fiscalizados a condiciones estándares) con un índice de autonomía para 13,6 años. Talara ocupa el 40%, y el otro 60%, el Marañón.
Perupetro recibió en 2022 ingresos por S/1.145 millones 834.428 por los contratos de los lotes por vencer. Foto: difusión
En cuanto a recursos contingentes —donde se sabe que hay petróleo, pero no se sabe cómo sacarlo, o qué hacer con él—, existen hoy 551,4 MMSTB con un índice de autonomía para 27 años, con una participación de la selva que abarca el 85%, dejando atrás al noroeste (13%) y los depósitos de Tumbes (2%), según números de Perupetro.
El incremento a 11% de la producción de petróleo en 2023 no solo está supeditado al reingreso del Lote 8, sino también a que las empresas cuyos contratos expiran (por ejemplo, CNPC en el Lote X) mantengan su producción promedio del 2022. Sin embargo, Perupetro ha reconocido que existe una merma en el noroeste, precisamente, a razón de su próxima salida.
Petroperú ha señalado que su participación en los lotes del noroeste le permitirán maximizar el procesamiento del crudo en la Nueva Refinería de Talara (NRT) y reducir su importación, “impactando favorablemente en los precios de los combustibles”.
Perupetro también tiene en el radar nuevas inversiones en actividad de perforación y/o workover en los lotes II, III, IV, IX, XIII, XV, 131, 64, 39, 67 y 95. La selva norte concentra la mayoría de ellos.