Una criptomoneda es, en términos simples, una moneda virtual que funciona sobre una serie de computadoras interconectadas entre sí, es decir, en una red, explica Carlos Bernos, country manager de Buda.com.
“Su verdadera innovación es la transferencia de valor económico de manera digital, rápida, segura y descentralizada, en comparación con alternativas tradicionales que requieren el uso de intermediarios centrales”, agrega.
Por lo tanto, aterriza algunos mitos y verdades en torno a las criptomonedas:
Hay que tener altas cantidades de dinero para invertir en bitcoin: falso. Si bien el precio actual de un bitcoin es superior a los $ 60.000, un usuario puede comprar solo una fracción de esta criptomoneda.
Bernos expone que la compra de un bitcoin no tendría por qué estar sujeta a grandes inversiones, dado que “esta propiedad de compraventa en partes fraccionadas permite mayor apertura en el mercado, por lo que si alguien desea adquirir desde 0,0001 partes de un criptoactivo como bitcoin, podrá hacerlo sin ningún problema”.
Cada vez están siendo más usadas como método de pago: verdadero. Al principio las criptomonedas eran usadas solo como una nueva forma de invertir, cada vez más comercios internacionales las aceptan como un método de pago. “Empresas como Tesla, Paypal o Microsoft ya aceptan bitcoins y otras criptomonedas al momento de adquirir sus productos”, sostiene el ejecutivo.
No cuenta con un respaldo serio: falso. En Estados Unidos, Nueva Zelanda, Japón, Suiza, Alemania y varios otros —agrega Bernos— ya se ha incursionado fuertemente en esta tecnología. Algunos incluso han ido más allá, permitiendo a empresas de criptomonedas adquirir un título que les permite actuar como bancos, mientras que otros ya aceptan el pago de cuentas de servicios básicos con criptomonedas, entre otras cosas.
Bitcoin es un activo inseguro: falso. Bernos argumenta que el bitcoin es una red que funciona sobre Blockchain —una especie de “libro contable” distribuido alrededor del mundo, el cual es público y accesible por todos—, y es descentralizado, ya que millones de personas con sus computadoras en todas partes del mundo se encargan de validar que una transacción sea real. “Para graficar qué tanto poder tiene la red bitcoin, si un atacante quisiera infiltrar en la red, necesitaría la capacidad de, al menos, 80 trillones de computadoras de gama media”, puntualiza.
Finalmente, Bernos argumenta que el hecho de que alguien pueda comprar décimas de bitcoins, por ejemplo, permite al usuario tener una flexibilidad y un completo control de su presupuesto al momento de invertir. “Por ello, es necesario ser consciente de nuestras posibilidades y los montos que tengamos disponibles al momento de comprar criptomonedas”, concluye.