El titular del MEF, Waldo Mendoza, ofrece en esta entrevista importantes anuncios relacionados con su sector. Además, responde sobre la lucha contra la pandemia. “No hay manera de negar que hay un dilema casi matemático entre salud y economía”, dice.
La atención de la gente está puesta en la pandemia. Esta semana hubo una conferencia de la primera ministra y, aunque había expectativa por el posible anuncio de medidas más restrictivas, no se dijo nada al respecto. En estos momentos, ¿el Perú puede financiar un confinamiento o no?
En la fotografía de mediados de 2020, el Perú aparecía como un país con uno de los peores resultados macroeconómicos. Felizmente a finales de año, en materia macroeconómica, la recuperación ha venido bien rápida. Sin embargo, esta recuperación macroeconómica tiene al frente dos amenazas: una es la pandemia y la otra son iniciativas legislativas que dificultan la tarea del Estado.
Sobre la pregunta...
Para responderle, uno de los aspectos que hemos aprendido del año pasado es que las políticas macro para la pandemia no funcionan. Somos un país con muchas heterogeneidades. Tenemos indicadores de la epidemia y económicos por departamentos, por provincias, de tal manera que podemos actuar de forma focalizada.
Lo que se especula es que no tenemos las espaldas económicas para anunciar un confinamiento, no digo nacional necesariamente. ¿Es verdad?
No hay manera de negar que en términos financieros y fiscales la situación, no solo del Perú sino de nuestros vecinos, es más débil que en el episodio anterior. Eso no significa que no existan los recursos para atender lo urgente. Si la situación se complica, siempre hay la posibilidad de que –por un tiempo– pueda gastarse por encima de lo que se preveía. Lo que sí estamos haciendo es financiar la demanda del Ministerio de Salud que conduce la ministra Mazzetti, con quien me une una amistad muy estrecha.
Ya que mencionó a la ministra Mazzetti, ¿es verdad que existen, más allá de su amistad, discrepancias? Según las versiones que hemos recogido, desde el punto de vista del Minsa se necesitan mayores restricciones, pero el MEF argumenta que no hay fondos para los subsidios que algo así demandaría.
No creo que haya un país en el mundo donde no existan estos distintos puntos de vista de los ministros de Salud y los ministros de Economía. No hay manera de negar que hay un dilema casi matemático entre salud y economía. Felizmente tenemos una primera ministra, un presidente, un Consejo de Ministros que dirimen en estas diferencias. La salud está en serios problemas, pero cuando uno recuerda los eventos del año pasado, en particular los del segundo trimestre, uno no entiende cómo un país pudo pasar por una crisis económica tan severa. En el peor momento de la crisis, el PBI se cayó en 30% en ese año, el empleo total en 40%, la inversión privada en 60%, la inversión pública en 70%, la población ocupada en casi 7 millones. Lo que sí les puedo asegurar es que el MEF se ha puesto a la orden del Ministerio de Salud en términos de facilitar lo que requiera.
Usted escribió el año pasado un artículo en el que afirmó que no habría segunda ola. A la luz de las cifras, ministro, ¿se reafirma, se corrige?
Fue un artículo de octubre. Evidentemente tengo que corregirme, tendría que estar ciego para no hacerlo. En ese momento, la epidemia estaba básicamente controlada. Todo estaba muy bien hasta que vino el virus inglés, que al parecer tiene un factor básico mucho más grande, entonces...
¿Un R más grande?
Un R más grande y con eso cambian las proyecciones. Para los exquisitos, las proyecciones están sujetas a variables exógenas. Una de esas cambió. La ministra de Salud tiene razón, estamos en una segunda ola. Ojalá que sea más pequeña que la primera, pero estamos en una segunda ola, yo me allano a lo que dice la ministra de Salud, la competente en este tema. Lo escrito, escrito está. Los errores allí están, así que adelante.
¿Es el Congreso un dolor de cabeza para el MEF?
En sí, varias iniciativas legislativas atentan contra la sostenibilidad de las finanzas públicas. En otros casos son poco apropiadas para el florecimiento de la inversión privada. Los ejemplos son varios, ¿no? Hay una ley que pone topes a las tasas de interés. Hay un consenso intelectual e histórico de que no generan beneficios para la población a la que va dirigida.
También es cierto que las tasas que cobran los bancos en el Perú son altas. Este es un mercado controlado básicamente por 4 entidades. ¿Qué reflexión tiene al respecto?
Creo que allí, efectivamente, hay una labor que corresponde a la SBS para hacer más asequible este mercado y entren nuevos jugadores. Pero aun cuando ese sea un problema, se puede agravar. La otra iniciativa, que es incluso una modificación constitucional, es la del 6% del PBI para educación. Hay como 3 o 4 más que ya están poniendo 6% para salud, 6% para infraestructura. A este paso el MEF va a convertirse en un secretario técnico y ya no va a tener trabajo, va a tener que repartir nomás el presupuesto. Son normas que no se piensan, que no tienen efecto práctico. Y evidentemente está la ley de la ONP, un gran problema.
Se suele criticar la actuación del Congreso, razones hay. Sin embargo, como ministro de Economía, ¿haría alguna crítica al sector privado por su comportamiento en la pandemia?
Las empresas desde la más pequeña a la más grande, los emprendedores, los personas con negocios, son un solo país. En la pandemia, el Estado ha venido haciendo un gran esfuerzo para enfrentar su impacto con los recursos que tiene, pero se ha develado una serie de debilidades. Entonces, hemos visto en algunos casos que en algunas empresas ha faltado cierta colaboración, sentido social para ayudar, garantizar la salud de las personas, de sus trabajadores. Todos aprendemos lecciones y espero que estas empresas también puedan reevaluar sus acciones y tomar mejores medidas y contribuir a las necesidades de este momento.
Si la pandemia arrecia y crece el nivel de contagio y se toman medidas de confinamiento, ¿habrá un tercer bono universal familiar y podrá ser financiable?
En realidad, depende de los escenarios, y en el MEF, prevenido, precavido, estamos trabajando con todos los escenarios, desde el más terrible hasta el más moderado. La posibilidad de bonos universales implica un escenario como el de abril, mayo, junio del año pasado. Además, un escenario donde no sabíamos, no conocíamos, no teníamos lecciones aprendidas. Felizmente ahora, con lo que hemos aprendido, nos parece que en el escenario más probable vamos a actuar selectivamente. Y si en algún momento hay que activar bonos, esos bonos muy probablemente serán también selectivos. No está en nuestro panorama la probabilidad de una encerrona, de una cuarentena total.
Entonces, cuarentenas nacionales no, pero focalizadas sí están dentro de las opciones...
La metodología que el equipo desarrolló es una especie de semáforos. Si la situación apremia, con estos indicadores de salud, hay que tomar las medidas que correspondan, pero en el cortísimo plazo todavía no están contempladas. El Consejo de Ministros las evaluará para tomar la mejor decisión posible para el país.
Las proyecciones del MEF apuntaban a una recuperación en V de la economía para este año. ¿Cómo cambia la situación para este 2021?
En este momento, el MEF no cambió aún su proyección de crecimiento de 10%. Felizmente los datos de noviembre, de diciembre y los que tenemos en enero apuntan todavía en esa dirección. La inversión pública, por ejemplo, que había caído en 70% en abril, creció un 20% en el último bimestre del 2020. Las importaciones de bienes de capital, que son una buena variable del comportamiento de la inversión privada, subieron en casi 15% en diciembre. Las cifras todavía vienen bien. Pero para hacer proyecciones hay que considerar también la pandemia. En abril le corresponde al MEF actualizar las proyecciones macroeconómicas y así veremos cuál es la definitiva para este año. Sin embargo, internamente seguimos de cerca las principales variables que nos puedan llevar a hacer ajustes y que tienen que ver con la evolución de la pandemia. Lo que sí se puede decir es que las medidas que se tomen no serán tan recesivas como en el pasado, porque en este caso las políticas son más selectivas.
La recuperación de la economía avanzó en estos últimos meses con el ingreso paulatino de las diferentes fases, pero por sectores el crecimiento es desigual. Hay sectores más golpeados como el turismo, por ejemplo, que no se recupera y probablemente no lo hará en este año.
Vale la pena responder la pregunta, ¿por qué la economía peruana está recuperándose a una velocidad mayor que la vecindad? Allí hay que hacer un poquito de historia, porque Reactiva Perú, un programa muy criticado pero a mi juicio el más potente y creativo que se pudo crear, se convirtió en una especie de respirador mecánico para las empresas del país, les permitió darles el capital de trabajo necesario para que sobrevivan, no para que se reactiven, para que sobrevivan. Son 55 mil millones que las empresas recibieron durante lo peor de la pandemia.
¿Se ampliará Reactiva Perú este año? ¿Qué perspectiva hay de que se paguen estos créditos?
Reactiva Perú, que parece mágico, en realidad tiene un costo fiscal. ¿Por qué fue tan efectivo? ¿Por qué los bancos pudieron prestar tanto dinero a las empresas? Porque tenían un aval del Estado, en algunos casos 98%, en otros 95%. Con esa confianza pudieron prestar a las empresas. Ahora, hay un costo fiscal potencial, que está alrededor de 15% de todo Reactiva Perú. Es un costo que el gobierno va a asumirlo en los próximos años y eso es más deuda pública.
Hemos terminado el 2020 con una caída en la recaudación, pero el Marco Macroeconómico asumía que en este año se volvería a niveles precovid...
Normalmente en los años sin problema –2017, 2018, 2019– había un déficit fiscal de alrededor de 3.000, 4.000 millones de dólares. En el año 2020, por la pandemia, porque había que financiarla, y porque la recaudación cayó, nos endeudamos por alrededor de US$ 15 mil millones y por eso el déficit fiscal saltó de 2% a cerca de 8,9%, mientras que el endeudamiento saltó de 27% a 35,5%. La recaudación creció más rápido de lo que inicialmente se esperaba. Recordemos que en las proyecciones iniciales el déficit fiscal llegaba como a 11 puntos del PBI, y la deuda pública también subía mucho más arriba de lo que ahora esperamos; entonces, la recaudación, efectivamente vino bien, en parte porque la actividad económica se recuperó más o menos rápidamente. En parte, esto es una cosa un poco extraña. En plena crisis internacional, los precios de nuestras exportaciones subieron, y los precios de las exportaciones explican, en buena medida, la evolución de la recaudación. Lo que esperamos es que esta subida continúe de esa manera.
Hay mucho por hacer en materia tributaria.
El Perú tiene una presión tributaria baja. Desde 1970 hacia delante, estamos dando vueltas en alrededor del 14%. Y una razón que lo explica es que la elusión y evasión tributaria han probado ser altas. Por eso la Sunat publicó un decreto que ayuda a la fiscalización tributaria, pidiéndoles a los bancos informar sobre los depósitos del público.
¿La modificarán?
Esta semana publicaremos un decreto supremo haciendo algunos ajustes. Los montos máximos que eran de S/ 10 mil van a ser de 7 UIT (S/ 30.800). Nos parece más razonable y eso fue por escuchar al sector privado con el que siempre hay que dialogar. Además, la regularidad de la información ya no será mensual, será semestral.
¿Habrá cambios en el Impuesto Selectivo al Consumo?
Esta semana también actualizaremos el ISC de algunos productos. Algunos son ad valorem, un porcentaje de las ventas que se actualizan solos. Pero algunos son específicos y esos se desvalorizan con el tiempo. Conforme la inflación sube, el valor real de ese ISC se reduce. Haremos esa actualización del ISC para cigarrillos, cervezas y licores con alto contenido de alcohol.
cigarros fumadores
¿Puede hacer un adelanto?
En el caso de las cervezas, la botella de 630 mililitros subirá 4 centavos (pasando de un precio de S/ 5,50 a S/ 5,54). En el caso de los cigarrillos, nuestro cálculo nos dice que (el ISC) de la cajetilla de 10 unidades subiría de S/ 6,60 a S/ 6,95. Recordemos que la función del ISC no es básicamente recaudatoria, es luchar contra las externalidades del cigarrillo. Es una actualización rutinaria de una ley que ya existe y la anuncio en aras de la transparencia.
¿Contemplan aplicar un impuesto a las ganancias extraordinarias, como se está haciendo, por ejemplo, en Argentina?
Hay que evaluarlo con mucho cuidado y evidentemente en este momento sería la peor idea. Hay que pensarlo con tranquilidad. Como idea sirve, pero hay que revisar la experiencia internacional.
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