¿De dónde viene el mejor amigo del hombre? Hasta hace poco tiempo, se sabía que los perros procedían de lobos, pero se desconocía el cuándo exacto, de dónde o cómo surgieron las primeras criaturas que hoy son tan cercanas a los humanos.
Para hallar respuestas, un equipo de científicos analizó 66 genomas de antiguos lobos de Europa, Siberia y América del Norte, de los últimos 100.000 años. Los hallazgos, que fueron publicados en la revista Nature, apuntan a que la domesticación se pudo haber producido en dos poblaciones distintas e independientes de estas especies antecesoras.
Anteriormente, se creía que todos los perros descendían del lobo gris. Foto: Pixabay
A la vez, los resultados evidencian que, si bien este doble origen es una posibilidad, los perros primitivos y modernos están genéticamente más relacionados con los lobos de Eurasia oriental que a los de Europa occidental.
Entonces, se argumenta que los canes podrían haber evolucionado de esta misma procedencia o quizás vienen de lobos domesticados más de una vez. En ambas posibilidades, se habrían mezclado con otras de estas especies en su estado salvaje, posteriormente.
“Demostramos que la ascendencia de al menos dos poblaciones de lobos existe y es omnipresente en los perros modernos, y es el principal determinante de la estructura de la población de perros en la actualidad”, indica la publicación.
El estudio contempla dos posibles escenarios. El primero sostiene que un grupo de perros provienen de progenitores orientales y otro del occidente y, posteriormente, se fusionaron en el oeste.
La segunda hipótesis señala que los canes descendieron de un antepasado oriental y luego intervinieron cruces con lobos occidentales, tras la llegada de los perros al suroeste de Eurasia.
Para el estudio se analizó un cachorro de lobo de hace 18.000 años, de Yakutia. Foto: Sergey Fedorov
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Además de los genomas de lobos revisados, también se estudió un genoma de dhole, un perro salvaje que vivió en el centro, sur, este y sureste de Asia. Así también, se analizaron una cabeza completa y bien conservada de lobo siberiano, de hace 32.000 años, y un cachorro de lobo que habitó en el lugar hace 18.000 años.
"Estas muestras son particularmente importantes, ya que los fósiles de lobos más antiguos se han hallado en las regiones meridionales de Europa. El problema es que es bastante difícil obtener ADN antiguo de estos huesos debido a que el clima de Andalucía favorece la degradación del material genético”, comentó a National Geographic, la investigadora Jennifer Leonard, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.