Aunque el océano es vasto, sus profundidades son completamente desconocidas por el ser humano. La razón: sus extremas condiciones hacen que no podamos sumergirnos más allá de ciertos límites (incluso con los vehículos más avanzados), ya que corremos el riesgo de morir por la falta de oxígeno o por la aplastante presión del agua. Esto último se cree que sucedió con el sumergible Titán, el cual habría implosionado cuando se dirigía a buscar los restos del Titanic, y acabó con la vida de sus cinco pasajeros.
Entonces, ¿cuál es la profundidad máxima a la que puede descender en el mar un humano, un submarino o un sumergible? A continuación, te lo contamos.
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La profundidad máxima a la que un buzo puede sumergirse depende de si posee o no un suministro de oxígeno, explica un documento de la Marina de Guerra de los Estados Unidos.
Sin oxígeno, por ejemplo, se recomienda que un buzo llegue como máximo hasta los 18 metros de profundidad. Ese es el límite para no perder la consciencia ni experimentar una descompresión por el rápido ascenso a la superficie. Con oxígeno, en cambio, el límite aumenta hasta los 58 metros.
Pese a dichas indicaciones, algunas personas han arriesgado sus vidas con tal de batir récords. Este es el caso de Herbert Nisch, quien buceó sin ayuda de oxígeno hasta 253 metros de profundidad, y Ahmed Gabr, quien con oxígeno llegó hasta los 332 metros, la máxima profundidad alcanzada por un ser humano sin estar dentro de un vehículo. Cabe destacar que ambos estuvieron al borde de la muerte y sufrieron secuelas que perduraron por meses.
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Por si no lo sabías, pese a los grandes avances tecnológicos, los submarinos modernos (que pueden llevar decenas de personas a bordo) no pueden ir muy al fondo del mar, en comparación con los sumergibles, que son naves más pequeñas y que, por su seguridad, no suelen ser tripuladas.
Por citar unos ejemplos, la Cámara de Rescate Submarino de los EE. UU. (SRC, por sus siglas en inglés) puede descender como máximo hasta los 260 metros, mientras que el Sistema de Rescate Submarino de la OTAN (NSRS) puede hacerlo hasta los 600 metros, explica un artículo de Popular Mechanics.
La limitación de estos vehículos militares fue la razón por la cual los ejércitos de diversos países no pudieron contribuir tanto en la búsqueda del Titán.
Por ser pequeños, los sumergibles pueden llegar a mayor profundidades que un submarino.
El sumergible Titán de la empresa Ocean Gate, por ejemplo, podía descender bajo el mar hasta unos 3.900 metros y, aunque la empresa sostenía que era un "vehículo experimental" por sus materiales de fabricación, la nave ya había realizado varios de esos viajes.
Sin embargo, hay otros sumergibles que pueden ir mucho más hondo. Es el caso, por ejemplo, del sumergible chino Fendouzhe, el cual supera los 10.000 metros de profundidad, en las fosas Marianas, en el Atlántico, indica Live Science.