Aunque el SARS-CoV-2 (virus que causa la COVID-19) es similar a otros coronavirus, posee diferencias genéticas que son significativas a la hora de infectar a una persona.
El COVID-19 tiene facilidad para propagarse en el cuerpo del paciente. Se desarrolla como una infección en los pulmones y causa estragos en el sistema inmunitario, lo cual puede provocar daño pulmonar a largo plazo o, incluso, la muerte.
Benjamin Neuman, profesor de biología de la Universidad de Texas A&M, explica en su artículo en el portal 'The Conversation’ que el nuevo coronavirus cuenta con un conjunto totalmente diferente de genes llamados accesorios. Ellos le dan varias ventajas en el proceso de infección a las células humanas.
El SARS-CoV-2 cuenta con unas proteínas en forma de lanza que sobresalen de su superficie. Con ellas penetra en las células humanas y empieza a infectarlas.
El material genético de la partícula viral entra en la célula y luego la instruye para que produzca una treintena de partes diferentes del virus, permitiendo que este se reproduzca.
COVID-19 entrando a la célula humana. Foto: BBC.
Neuman indica que la razón por la que el nuevo coronavirus es más peligroso en personas que sufren de presión arterial alta es porque el SARS-CoV-2 ingresa a las células a través de la proteína ACE2, responsable de la regulación de la presión arterial. El virus se adhiere a ella y la utiliza como ‘puerta’ para su infección.
Una vez que el virus ha infectado una célula para crear miles de copias de él, estas réplicas salen al exterior para continuar contaminando el resto del cuerpo. No obstante, aclara Neuman, la mayor parte del daño causado por el COVID-19 es en realidad una respuesta del sistema inmune, que intenta detener la enfermedad.
“Millones de células del sistema inmune invaden el tejido pulmonar infectado y causan grandes cantidades de daño en este proceso de limpieza del virus y las células infectadas”, detalla el profesor.
La COVID-19 es más grave que la influenza estacional, dice el biólogo, en parte "porque tiene muchas más formas de evitar que las células soliciten ayuda al sistema inmunitario”.
Por ejemplo, los interferones, proteínas de señalización de alarma del cuerpo humano, son fácilmente bloqueados por el coronavirus gracias a su capacidad de combinación de camuflaje.
De esta manera, la enfermedad “puede actuar durante un mes, causando un poco de daño cada día, mientras que la mayoría de las personas superan un caso de gripe en menos de una semana”, enfatiza Neuman.