Documentalista y gestor turístico de Chiquián. Personaje del spot ‘Gracias a Teo’. TODO POR CHIQUIÁN. Roberto Aldave no se cansa de promocionar su patria chica. Cuenta con 3 mil fotografías y un archivo de 2,500 horas de filmación. • Documentalista y gestor turístico de Chiquián. • Personaje del spot ‘Gracias a Teo’. Por Roberto Ochoa B. –‘Gracias a Teo’ se llevó el premio internacional Effio de publicidad. ¿Quién eligió a Chiquián como locación? –Sé que se había previsto como locación Ayacucho y Tarma. Le consultaron a Rafo León y él sugirió Chiquián. Rafo me llamó y me pidió uno de mis documentales. Pasó el tiempo hasta que me llamaron de la agencia y, como soy cineasta, los acompañé a Chiquián. –¿Existe Teo? –Es un personaje del guión publicitario. La agencia hizo un casting en Lima, pero cuando viajamos a Chiquián se dieron cuenta de que con los vecinos bastaba. Yo los apoyé con la producción pero me incluyeron entre los personajes del pueblo. –Pero si te has convertido en parte del paisaje de Chiquián… –Es que he dedicado más de treinta años a promocionar mi tierra. –¿Tú eres cineasta? –Sí, soy de la tercera promoción de la Universidad de Lima. Estudié con Pancho Lombardi y otros conocidos cineastas. –¿Cuándo te nació la idea de promocionar Chiquián con el eslogan ‘espejito del cielo’? –Creo que fue un trabajo que nos mandaron a hacer en el segundo ciclo. Pedí prestada una de esas camaritas súper–8, junté mis ahorros y viajé a la fiesta patronal de mi tierra para hacer el documental. Cuando lo proyecté provocó tal interés que la gente empezó a preguntarse dónde queda Chiquián. –¿La idea de tu documental era promocionar Chiquián como destino turístico o como testimonio de una tradición? –Siempre lo vi como destino turístico. Desde niño, cuando veía a esas expediciones de ‘gringos’ que llegaban a mi pueblo para dar la vuelta a la cordillera de Huayhuash. A los once años pude hacer ese recorrido y me quedé fascinado. Se convirtió en una obsesión. –¿La vecindad con la Cordillera Blanca es un complemento o una competencia para Chiquián y Huayhuash? –Lo que pasa es que los circuitos de la Cordillera Blanca se ligan a Huaraz y antes todos los recursos del turismo se quedaban en Huaraz. Pero cuando proyecté mi documental el primero en interesarse fue Manuel Chambi. Luego fueron otros profesores y compañeros de estudio. –¿Crees que ya has cumplido tu meta de promocionar Chiquián? –Falta. Desde aquella primera experiencia insistí con otros documentales, como Tinkunakuy, ‘encuentro’, que se presentaba en los cines antes de las películas. Luego organicé los Eco–Aventura desde el año 1994 y el circuito Oro de los Andes, para autos de doble tracción. Todo esto contribuyó a la promoción de Chiquián. –¿Ha mejorado el servicio turístico? –La primera vez llegaron 150 personas y no había hoteles. Poco a poco muchas casas empezaron a brindar hospedaje y ahora hay ocho hoteles y buenos restaurantes con todas las comodidades. Muchos pobladores que migraron a Lima han regresado a Chiquián para instalar sus negocios. –¿Qué le falta a Chiquián? –Fíjate que Antonio Raimondi ya elogiaba el clima y los paisajes de Chiquián. Yo te puedo asegurar que ahora hay más turistas en Huayhuash que en la Cordillera Blanca. Quizás falta más interés de sus autoridades. –Tu archivo ya es parte de la historia... –Debo tener un archivo de 30 mil fotografías y 2,500 horas de grabación, con toda la evolución de turismo en Chiquián. Ahora estoy impulsando la publicación de libros de autores locales. Y vamos a retomar nuevos circuitos y un proyecto para las vertientes de la Cordillera Negra. Ahora estoy terminando un libro de fotos.