'La profesora de la droga': mafias internacionales usan tutoriales desde Lima para traficar cocaína camuflada a Europa
'La profesora de la droga', una mujer peruana que lideraba una red de narcotráfico desde Lima, grababa tutoriales detallados para enseñar a extraer cocaína camuflada en productos como velas y café.
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Una investigación periodística del programa ‘Panorama’ reveló el insólito accionar de una mujer peruana apodada por las autoridades como ‘la profesora de la droga’. Desde la zona norte de Lima, esta abastecedora de cocaína no solo lideraba una red de envíos por encomienda a Europa, sino que además grababa tutoriales detallados enseñando a sus clientes europeos cómo extraer químicamente la droga que enviaba camuflada. En los videos se le escucha dar instrucciones precisas: “Necesitamos amoníaco, sulfúrico, agua y un recipiente”, decía con tono didáctico. Este material audiovisual servía como guía para recuperar la cocaína que llegaba escondida en productos aparentemente inocuos como estatuas, café o velas. Las organizaciones criminales, según la Policía, integran a personas conocidas como ‘químicos’ encargadas de realizar el camuflaje químico de la droga. En este caso, la mujer cumplía ese doble rol: química y tutora criminal.
Ana María Rosales Goycochea, de 36 años, era la mujer detrás de estos tutoriales. Se hacía pasar por ama de casa, pero en realidad era la mente maestra detrás de más de 20 envíos internacionales de cocaína. Sus tutoriales no solo detallaban cómo recuperar la droga, sino que también incluían instrucciones para identificar si el material era auténtico, señalando, por ejemplo, que debía tomar una coloración azul turquesa si contenía alcaloides. Su trabajo llegó a clientes en Alemania, Turquía, Grecia, Francia, México, EE.UU. y Rusia. Además del café, Rosales impregnaba cocaína en velas, velones y harinas nutritivas. Su objetivo era garantizar que la droga cruzara los controles sin ser detectada, y que sus clientes pudieran recuperarla sin margen de error. En sus videos hablaba de “sacar la lechada”, “hacer limonada con sulfúrico” o usar “tela piel de ángel”. Era un lenguaje cifrado y químico, a la vez doméstico y técnico.
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Hallan videos de 'la profesora de la droga' explicando cómo recuperar cocaína desde casa
Las autoridades descubrieron que esta mujer no actuaba sola. Su pareja, Heber Zapata Ramírez, fue identificado como su cómplice directo. Durante el allanamiento, realizado el 24 de abril por la Policía Antidrogas y la Fiscalía de Lima Norte, se encontró un laboratorio clandestino en la casa que compartía con Zapata y sus hijos. El lugar contenía ollas, cucharones, harinas, balanzas, cerámicos y químicos altamente tóxicos. El operativo reveló también que Rosales camuflaba cocaína en habitaciones donde vivían menores de edad, lo que demostraba su absoluto desprecio por la salud de su propia familia. Además de los elementos físicos, el mayor hallazgo fue su teléfono celular. Allí estaban almacenados decenas de videos que detallaban paso a paso el proceso de extracción y cristalización de la droga. Este hallazgo fue clave para que la Fiscalía Especializada en Tráfico Ilícito de Drogas solicitara prisión preventiva.
Su negocio era tan meticuloso que incluso cada lote venía con un videotutorial personalizado. Mientras otros productos tienen manuales de instrucciones, los suyos llegaban con videos privados grabados en su cocina o su sala. El objetivo era siempre el mismo: asegurar que el comprador pudiera obtener la droga en su forma más pura, sin errores, sin pérdidas y sin depender de terceros.
'La profesora de la droga' usaba velas con cocaína y detallaba precios del narcotráfico en Europa
El impacto de su operación criminal era inmenso. Heber Zapata confesó incluso los precios en el mercado. Un kilo de cocaína costaba entre 1,200 y 1,500 dólares en la zona de producción; subía a 10,000 dólares en puertos como el Callao o Paita; y alcanzaba los 50,000 dólares en destinos europeos como Amberes o Rotterdam. Esta rentabilidad justificaba la sofisticación del proceso. Para evitar sospechas, utilizaba cajas de velas, muchas de ellas con forma de calaveras, como camuflaje. Uno de los paquetes fue interceptado gracias al perro antidrogas ‘Maverick’. Fue así como se frustró uno de sus últimos intentos de exportación. Las autoridades determinaron que Rosales lideraba una organización estructurada con funciones divididas. Ella no solo producía y grababa, también dirigía y supervisaba los envíos. La fiscalía logró 18 meses de prisión preventiva para ella y su pareja.
En sus palabras finales, repetía instrucciones con énfasis, como si dictara una clase: “Ya le vamos a secar para que vea el tipo de material que es”, decía mostrando el producto final. En otro fragmento, hablaba del “brillo” como señal de pureza. Su tono era informal, pero su precisión era quirúrgica. Más allá de su detención, su caso deja al descubierto la necesidad urgente de nuevas estrategias policiales y judiciales frente a este tipo de criminalidad digitalizada.























