Olmos frente al cambio climático: Adaptación que nace desde la tierra
Construir un proyecto sostenible no es solo cuestión de buena voluntad. En el camino, siempre se presentarán diversos desafíos —sociales, naturales, imprevistos— que pondrán a prueba su desarrollo.
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El Proyecto Olmos fue un centenario sueño lambayecano que se hizo realidad para abordar la escasez de agua, cambiando el rostro geográfico de una zona árida a un valle verde. Con el paso de los años, los fenómenos climáticos obligaron a convertirlo en una obra resiliente, con la necesidad de evolucionar constantemente para mantenerse viva.
Una obra con propósito
Con el objetivo de llevar agua a tierras que sufrían por la sequía, el Proyecto Olmos es una realidad que apoya el desarrollo de la comunidad Olmana. Los cambios en la naturaleza son impredecibles y la llegada de las lluvias intensas y del fenómeno El Niño, motivaron a que el proyecto reafirmara su adaptabilidad para el cambio.
“Esta mega estructura se ha enfrentado a una serie de retos durante su construcción e inclusive hasta ahora, sin embargo, la calidad de su ingeniería es indiscutible, además de estar pensada y hecha para poder recrecer, tal como fue solicitado por el Estado”, comenta Carlos Samaniego Minaya, gerente de Operación y Mantenimiento de la concesionaria.
Superar con infraestructura
Uno de los mayores desafíos al que se enfrenta el Proyecto Olmos, gira en torno a la Presa Limón. Siendo pieza clave del sistema, el diseño inicial, que fue concursado por el Estado al 50%, se vio afectado por los cambios del clima producidos por el fenómeno del Niño y el ciclón Yaku
A pesar de estas contingencias, cada fenómeno natural ha sido una oportunidad de aprendizaje. Con cada impacto, se plantearon mejoras en la infraestructura, acompañadas de decisiones técnicas que siempre se han anticipado a cualquier variable. Todos debemos tomar conciencia del cambio climático y ser conscientes que afecta también a los caminos, los cultivos y la rutina diaria de los agricultores.
“En estos años de sequía, la concesionaria apoyó con 2100 galones de combustible para la comunidad campesina. Esto nos ha ayudado a reparar el camino que se destruyó por completo con las lluvias”, recuerda Segundo Morales Sánchez, agricultor del valle.
Frente a un clima cambiante, el Proyecto Olmos se adapta.
Proyecto Olmos y su compromiso con el futuro
Lo que en un inicio se consideró sólo como un proyecto de irrigación, hoy se ha convertido en una plataforma que responde a los cambios del entorno y opera firmemente en beneficio de la comunidad.
Con las lecciones aprendidas, la concesionaria ha logrado que su personal tenga la experiencia necesaria para llevar adelante una operación que resista periodos de sequía extrema, almacenando agua de forma más eficiente y trabajando en coordinación constante.
“Este es un gran proyecto de trasvase hídrico que atraviesa la cordillera de la vertiente del Atlántico al Pacífico generando desarrollo y progreso que ahora es reconocido a nivel mundial”, destaca Samaniego.
El cambio climático es una realidad, y, como tal, la capacidad de adaptación de los peruanos se vuelve esencial. Somos herederos de culturas que han superado los desafíos de la naturaleza. Olmos es un ejemplo de nuestra capacidad de superar los retos de la geografía y convertirlos en frutos que pueden ser consumidos en diversas partes del mundo. Los desafíos seguirán apareciendo, pero también lo harán las oportunidades de crecer y encontrar nuevas formas de convivir amigablemente con la naturaleza.
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