Sociedad

Chaclacayo: vecinos piden ayuda ante la falta de geomallas y amenaza de huaicos

Desprotegidos. Tras casi dos años de los deslizamientos que afectaron a cientos de familias y derribaron el muro de un colegio en Chaclacayo, el distrito sigue sin las mallas protectoras que les prometieron. Diques están deteriorados. Vecinos exponen sus vidas al realizar guardias nocturnas. Similar situación viven en Chosica, donde temen que se activen quebradas.

Alfredo Zambrano, subdirector de Gestión de Información del Cenepred, indica que están en riesgo 8.807 casas en Chosica. El peligro es mayor cerca de los ríos Chillón y Rímac. Foto: Rosario Rojas / La República
Alfredo Zambrano, subdirector de Gestión de Información del Cenepred, indica que están en riesgo 8.807 casas en Chosica. El peligro es mayor cerca de los ríos Chillón y Rímac. Foto: Rosario Rojas / La República

Los primeros meses del año llegan siempre con una gran preocupación para Dora Franco, madre de familia y fundadora de la asociación Los Halcones de Chaclacayo. Ella debe hacer un alto a sus actividades para subir dos veces a la semana, junto con sus vecinos, por el cauce hasta la quebrada Huascarán. Les preocupa que haya algún cambio que pueda evidenciar la proximidad de un huaico.

El temor de que el lodo y piedras vuelvan a arrasar sus viviendas e inunden nuevamente el colegio de la zona está presente. En marzo del 2023, tras la activación de las quebradas Huascarán y Cusipata, más de 800 familias fueron afectadas por un huaico. 

A casi dos años, la preocupación es latente; ya que las mallas que les prometieron aquella vez jamás fueron instaladas y los diques que hoy se encuentran en el cauce están deteriorados por los años y la fuerza de la naturaleza.

“Lamentablemente, seguimos en riesgo. En nuestros recorridos nos hemos dado cuenta de que las quebradas se están activando. Hay empozamiento de agua y huella de la arena movida. No hay geomallas. Las rocas que están aquí andan sueltas y van a avanzar más rápido con el lodo de las quebradas. Al final van a terminar destruyendo las casas, llevándose todo lo que encuentren” expresa Franco.

Poca protección

Asimismo, los vecinos resaltaron la poca protección que brindan los diques en el cauce. “Están resquebrajados y son antiguos, no van a soportar el impacto de un huaico. Sus desfogues no son los correctos. Estamos en peligro”, expresa Luis Inga Huaranga, habitante de la asociación Huascarán, ubicada al pie de la quebrada.

Preocupación similar siente Rosa Cóndor, madre de familia. Ella teme que las calles vuelven a quedar inundadas y con forados.

“En años anteriores, las pistas terminaron destrozadas, las casas inundadas, cubiertas de lodo y tierra. Hasta ahora todavía hay rezagos de lo que fueron esos días”, enfatiza.

Plantel ya sufrió consecuencias

Padres de familia del colegio Felipe Santiago Estenos, que también fue afectado el 2023, sienten pánico al pensar que sus menores pueden quedar expuestos. “Este colegio de tantos años no puede desaparecer. Ya se llevaron una parte de la pared en el último huaico, se pudo haber tomado acción en todos estos años, pero nada. Necesitábamos algo que nos proteja, las geomallas o lo que sea. Imagínense que llegue el lodo cuando los niños estén en clases; sería fatal” advirtió Luz, madre de un alumno.

La directora María del Pilar Serrano comentó que serían 1.700 estudiantes los que se verían afectados. Ellos mismos buscan protegerse colocando sacos de arena en las puertas y guardando las carpetas en otro espacio.

Promesas incumplidas

Según los vecinos de la asociación Huascarán y Los Halcones, las geomallas fueron prometidas por la Autoridad Nacional del Agua (ANA) en el 2023. Sin embargo, hasta la fecha no ha ocurrido.

La República se comunicó con la ANA. Ellos señalaron que esa no es su función; ya que son una entidad técnica–normativa que cumple con ubicar los puntos críticos, pero no ejecutar obras. No obstante, reconocieron que, en el 2023, ante la promulgación del decreto de urgencia 015 -2023, sí les correspondía ver estos temas. Tras ello, esta labor pasó a manos de la Autoridad Nacional de Infraestructura (ANIN) y los Gobiernos locales.

Miguel Yamazaki, vocero de ANIN, respondió que cuando ellos asumieron la ejecución de obras preventivas, en el 2024, no recibieron ningún proyecto pendiente por parte de la ANA con respecto a las quebradas de Chaclacayo.

“La información que tenemos es que la ANA tenía ese proceso avanzado, pero declaró nulo ese oficio con los contratistas que les iba a proporcionar las mallas dinámicas para estas quebradas. La razón no la conocemos. Ellos cerraron sus proyectos y nos dicen que nos hagamos cargo. No nos han transferido nada que tenga que ver con las quebradas de Chaclacayo”.

Informó que están trabajando en un proyecto de protección de 19 quebradas en el que contemplan geomallas y diques. No obstante, se está a la espera de la aprobación de expedientes técnicos de las cuatro primeras quebradas priorizadas. En ellas no figura la de Huascarán. Las obras estarían terminadas en 2026.

Desde la Municipalidad de Chaclacayo, cuyo alcalde es Sergio Baigorria Seas, del partido Renovación Popular, sostuvieron que esto le corresponde a la ANIN. También explicaron que no tienen el presupuesto para implementar las geomallas. 

Guardias nocturnas

El incremento del caudal del río Rímac también tiene en expectativa a la asociación Fundo el Monte–primera etapa, Fundo Bonavista y pasaje La Ladera. Por ello, los vecinos se han organizado para hacer recorridos nocturnos por las riberas. “Tenemos que turnarnos para ver que nuestro río no se desborde, sobre todo en el punto de Zarumilla. Por la construcción del puente Huampaní, el río ha quedado al ras de las viviendas. Necesitamos que refuercen con rocas para que se impida su paso, si no más de la mitad de Chaclacayo se verá afectada”, detalla Carmen Córdova, quien perdió su casa por los huaicos del 2023.

Chosica en alerta

La situación en Chosica es similar, aunque cuentan con geomallas y diques. Los vecinos de la asociación Villa Don Bosco y Rayitos del Sol se sienten alarmados ante el aumento del caudal del río Santa Eulalia y la posible activación de la quebrada Corrales. Con base en esto también están instalando en sus puertas planchas de acero, con sus propios recursos. “Estamos en crisis las 258 familias. Cuando se sale el río o cae el huaico, este sector queda aislado”, manifiesta César Alvarado León, dirigente vecinal.

El presidente de la Mancomunidad de Lima Este y alcalde de Chosica, Oswaldo Vargas, señala que se verían afectadas cerca de 10.000 personas. Mientras que en Chaclacayo, Ate, El Agustino y San Juan de Lurigancho serían entre 400.000 y 500.000 afectados.

Ante ello, el Gobierno declaró el viernes en estado de emergencia a tres distritos del Callao y 16 de Lima, entre ellos Chosica y Chaclacayo.