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Sociedad

Sunedu: universidades reportan 385 casos de hostigamiento sexual en 58 de sus centros de estudios

Incidentes ocurrieron entre 2020 y 2023. El caso de las hermanas J. B. R. y M. B. R., quienes denuncian haber sido violentadas por dos exautoridades de la Universidad Nacional de Piura, José Rodríguez Liechtenheldt y César Reyes Peña, es un reflejo de lo que sucede cuando los casos de violencia de género contra la mujer no son resueltos por las autoridades. La impunidad contribuye a la repetición de estos hechos. 

De izquierda a derecha: César Reyes Peña y José Rodríguez Liechtenheldt. Foto: difusión
De izquierda a derecha: César Reyes Peña y José Rodríguez Liechtenheldt. Foto: difusión

Redacción: Jan Mazulis.

Los casos de hostigamiento sexual en las universidades públicas y privadas, fiscalizadas por la Superintendencia Nacional de Educación Superior (Sunedu), comenzaron a reportarse en el 2000. En ese año se registraron denuncias que alcanzaban a 33 claustros estudiantiles. En lo que va de 2023, los episodios ahora comprenden a 58 universidades.

Es decir, más de la mitad de los centros de estudios (101), que cuentan con un reglamento

De acuerdo con la Ley 27942, 'Ley de prevención y sanción del hostigamiento sexual', así como con su reglamento, cada universidad debe contar con una norma interna diseñada para la prevención e intervención en casos de hostigamiento sexual.

La base de datos de la Sunedu indica que las universidades reportaron en 2020 un total de 157 casos de hostigamiento sexual; en 2021 fueron 67 los incidentes informados; y en 2022 la cifra se elevó a 150 casos. En el curso de 2023 se han recibido 11 denuncias, pero está pendiente la actualización al término del año. Lo cierto es que de 2020 a 2023 suman 385 los casos informados por las universidades a la Sunedu.

Según la Dirección de Supervisión de la Sunedu, son las universidades, en el marco de la autonomía universitaria, las responsables de gestionar las sanciones sobre los casos de hostigamiento y acoso sexual.

La Sunedu, dentro de sus funciones, tiene la potestad de hacer seguimiento a estos casos y sancionar una eventual inacción por parte de la universidad.

Entre 2020 y 2023, la Pontificia Universidad Católica del Perú presentó 63 episodios de hostigamiento sexual, la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas, 43; la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 25; la Universidad Peruana del Norte, 24; y la Universidad de Piura, 22 (ver aparte cuadro completo).

Las cifras son un indicativo de que el hostigamiento sexual se registra tanto en claustros universitarios públicos como en privados, de pequeña y gran dimensión, en la capital y en el interior del país.

Denuncias con nombres propios

El caso de las hermanas J. M. B. y M. B. R., asaltadas sexualmente por exautoridades de la Universidad Nacional de Piura, en dos incidentes diferentes, es un ejemplo de lo que ocurre cuando la violencia de género contra la mujer no recibe sanción.

En un acto poco frecuente en este tipo de casos, en los que las víctimas prefieren ocultarse por miedo a las represalias, J. M. B. y M. B. R. decidieron salir, enfrentar e identificar a sus abusadores: los exrectores de la Universidad Nacional de Piura José Rodríguez Liechtenheldt y César Reyes Peña.

En ambos casos, los perpetradores fueron los mismos y recurrieron a un “reclutador” de mujeres que trabajaba para las dos autoridades cuando José Rodríguez actuaba como rector de la universidad y César Reyes era director de la Escuela Técnica Superior del mismo claustro piurano. Luego de los hechos, Reyes también ejercería como rector de la misma universidad.

En las elecciones de 2021, Reyes fue cabeza de lista de candidatos de Alianza para el Progreso (APP) por Piura y ahora es dirigente del mismo partido.

De acuerdo con los testimonios recogidos, M. B. R. fue violentada en junio de 2010, cuando se encontraba en tercero de secundaria y contaba con 16 años. Respecto a J. B. R., fue asaltada sexualmente en 2013, mientras estudiaba en la Escuela Técnica Superior de la misma universidad.

En ambos casos fueron dopadas y conducidas por la misma persona, Roberto Mendoza Cadillo, según el expediente de la investigación fiscal. Esta persona, relacionada con Rodríguez y Reyes, fue quien las llevó al hostal Manhattan, de la provincia de Castilla, Piura.

Golpeadas por la violencia con que actuaron los denunciados, atemorizadas porque se trataba de personajes muy conocidos en Piura, y amenazadas de muerte por supuestos intermediarios de los imputados, J. B. R. y M. B. R tardaron mucho tiempo en procesar el miedo antes de decidir presentarse ante las autoridades.

En 2021, finalmente, formularon denuncia contra José Rodríguez y César Reyes ante la Fiscalía Especializada en Violencia contra la Mujer de la provincia de Castilla. Pero la fiscal Diana Montoro Flores archivó el caso por supuesta falta de pruebas a pesar de los testimonios de las víctimas y otras evidencias, en 2022.

Sin embargo, las hermanas J. B. R. y M. B. R. interpusieron una queja y, el 6 de febrero de este año, la fiscal Diana Montoro resolvió formalizar investigación preparatoria contra José Rodríguez Liechtenheldt y César Reyes Peña por el presunto delito de violación sexual de persona con imposibilidad de resistir (en estado inconsciente).

Ni Rodríguez ni Reyes respondieron a los pedidos de entrevista para que ofrecieran sus descargos.

Apertura de investigación fiscal. Foto: difusión

Apertura de investigación fiscal. Foto: difusión

Primer caso

M. B. R. fue la primera víctima. Así relató lo sucedido:

“Tenía 16 años y estaba en tercer año de secundaria. Una amiga a la salida del colegio me presentó a Roberto Mendoza Cadillo, nos saludamos y cada uno siguió su camino. Varios días después lo volví a encontrar en la puerta del colegio. Me comenzó a hablar sobre mis proyectos después de terminar la secundaria. Yo le dije que deseaba seguir una carrera. Me preguntó si tenía los medios para hacerlo, porque él me podía ayudar, ya que conocía gente fuerte e influyente. A mí me pareció bien porque mi familia no contaba con recursos. Me dijo que podía ayudarme porque conocía a personas de la Universidad Nacional de Piura. Le dije qué tenía que hacer, a lo que me contestó que solo hablara con ellos. Pasaron algunos días más, y esta vez lo encontré manejando un vehículo. Nos saludamos y me invitó a subir. Luego me dijo: ‘¿Te molestaría si suben otras personas?’. Entonces subieron José Rodríguez y César Reyes. En el camino Roberto Mendoza paró en una tienda y compró un jugo que luego me invitó. Me dijo que iríamos a un lugar tranquilo para conversar con los señores que me ayudarían en mis estudios. Así llegamos al motel Manhattan, donde me dejaron entrar a pesar de que era menor de edad. Cuando llegamos al lugar ya me sentía mareada, no me encontraba bien y le dije a Roberto Mendoza que me sacara de ahí. Era un cuarto amplio con sillones y otros muebles. No sé qué me pasó, pero creo que me desplomé. Es algo que quieres olvidar, pero no puedes”.

Segundo caso

En circunstancias similares, J. B. R. fue víctima de los mismos abusadores. Este fue su relato:

“Fui vestida para pasar mi entrevista de trabajo, con zapatos altos, pantalón negro, una blusa tipo camisa blanca. He subido al carro, hemos estado conversando con Roberto Mendoza). Él me dijo: ‘Voy a conducir hasta la universidad y hay que esperar porque ellos nos van a avisar dónde vamos a hacer la entrevista’. En el transcurso, él me invitó una gaseosa. Como era mi amigo, tomé todo un vaso lleno que él me dio. Y luego seguí conversando del trabajo. Pero en el camino le dije: ‘Me siento mal’. Y me respondió: ‘Tranquila, no pasa nada’. Yo no me acuerdo en qué momento me dormí, pero desperté en la habitación de un hotel. (…) Allí estaban estos dos sujetos, el señor (José) ‘Pipo' Rodríguez y el director de la escuela, el señor César Reyes Peña. Ambos estaban en ropa interior. Lo único que dije fue: ‘¡Qué hago aquí! ¡Qué hago aquí!’. Lo único que me acuerdo fue que me habló César Reyes Peña, ‘Pipo’ (José Rodríguez) no dijo nada. Reyes me dijo: ‘Tú sabías para qué venías’”.

Además de las denuncias por violación sexual, José Rodríguez Liechtenheldt y César Reyes Peña afrontar imputaciones por otros graves hechos.  El 17 de noviembre de 2022, la Fiscalía Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios pidió 18 meses de prisión preventiva para Reyes y 18 meses de comparecencia restringida para Rodríguez. La autoridad los acusa del presunto delito de peculado doloso agravado por la supuesta apropiación de los fondos obtenidos por las maestrías dictadas en localidades de Ecuador durante los periodos en los que ejercieron como rectores de la Universidad Nacional de Piura.

Lo que nunca se imaginaron José Rodríguez y César Reyes Peña fue que las hermanas conseguirían pruebas de su conducta como depredadores sexuales. Quizás por esa razón prefieren ocultarse detrás de la muralla del silencio.

“A pesar de la alta prevalencia del hostigamiento sexual en las instituciones educativas, se trata de hechos escasamente denunciados, y menos aún sancionados, ya que no existían protocolos específicos para afrontar de manera eficiente su prevención, atención y sanción en el ámbito de la educación superior. No cabe duda de que existe un subregistro de casos de hostigamiento sexual que no se han denunciado ante las instancias correspondientes”, señala un informe de la Defensoría del Pueblo.

Conforme los testimonios de las hermanas J. y M. B. R., vivieron mucho tiempo bajo el temor de ser víctimas de sus agresores, porque eran autoridades universitarias conocidas, y porque personas relacionadas al entorno de estas les lanzaban advertencias por si hablaban.

El estudio de la Defensoría del Pueblo detectó precisamente esta situación: “​​El ‘poder del docente’ en la comunidad universitaria e incluso fuera de ella es visiblemente fuerte. Por ejemplo, el temor de algunas estudiantes a realizar denuncias por hostigamiento sexual está relacionado directamente con el prestigio de la autoridad o docente o las relaciones amicales que pudiera tener al interior de la universidad. También, con los obstáculos que pueda tener la víctima para culminar sus estudios o desarrollarse profesionalmente por poner en conocimiento los hechos de violencia”.

El artículo 7 de la Ley Universitaria señala que las instituciones deben adoptar medidas para prevenir y sancionar el hostigamiento sexual, ya que se trata de una forma de violencia que genera un ambiente intimidatorio para las víctimas.

Canales de ayuda

Si eres o conoces a alguien que ha sido afectada o involucrada en hechos de violencia familiar o sexual, comunícate de manera gratuita a la Línea 100 del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, que cuenta con un equipo especializado en “brindar información, orientación y soporte emocional”.

Asimismo, la Línea 100 tiene la facultad de derivar los casos de violencia familiar o sexual más graves a los Centros de Emergencia Mujer o al Servicio de Atención Urgente. Este servicio atiende las 24 horas, todos los días del año (incluye feriados).

Por otro lado, el MIMP también orienta a jóvenes y adolescentes a establecer relaciones saludables enmarcadas en el respeto y el buen trato con el objetivo de prevenir situaciones de violencia. Para ello, puedes comunicarte al Chat 100. Las citas son reservadas y se pueden hacer a través del siguiente link: www.mimp.gob.pe/chat100.