Ministerio Público: en lo que va del año, han sido rescatadas 81 víctimas de pornografía infantil
Salvadas del infierno. Las últimas son tres hermanas de 6, 8 y 16 años que eran sometidas a abusos sexuales en Lurín y grabadas por quienes estaban a su cuidado. Los videos eran difundidos y comercializados a nivel internacional. El 70.3% de la violencia sexual son contra niñas, niños y adolescentes.
Impacta hasta romper el corazón. Reemplazaron los juguetes y libros escolares por cargar mochilas de olvido y abandono. Así, en precarias condiciones, entre polvo, piso de tierra e inmundicia, fueron halladas y rescatadas en Lurín tres menores de 6, 8 y 16 años que eran obligadas por sus hermanos mayores a realizar actos sexuales mientras las grababan para vender el material por internet.
Saber el número exacto de menores de edad que han atravesado por el mismo infierno es imposible, ya que no se lleva un registro exacto; sin embargo, el Ministerio Público detalló que, de enero a julio de este año, se contabilizaron 79 casos de pornografía infantil que involucraron a 84 imputados.
Asimismo, son 81 las víctimas que han vivido esa pesadilla y que fueron rescatadas. Una cifra que llama la atención, ya que, según las autoridades, son muchos más los casos que no se denuncian por diferentes razones, como vergüenza o temor.
“Hay un alto incremento de niñas, niños y adolescentes que son sometidos a abusos y eso nos preocupa”, mencionó un agente de la División de Investigación de Delitos de Alta Tecnología.
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En lo que va del año se han registrado 14.500 casos de violencia sexual de los cuales el 70.3% corresponden a niñas, niños y adolescentes.
Captura. Uno de los responsables detenido en flagrancia. Foto: difusión
Sufrían demasiado
En el caso de Lurín, las tres hermanas estaban sufriendo demasiado, pues a quienes se supone los tenían a su cuidado no les interesaba la enfermedad que podían padecer o la cantidad de horas que llevaban sin alimentarse.
Las pequeñas convivían con tortugas y pollos, en un ambiente fétido. El olor era tan nauseabundo que los fiscales y policías que llegaron a su rescate no pudieron ingresar.
Ellas fueron abandonadas por su padre y la madre también se fue de la casa, dejándolas al cuidado de sus hermanos. Sin embargo, cuando la abuela falleció, comenzaron los abusos, a tal punto de que la mayor estaría embarazada de uno de ellos, según fuentes de la Dirincri.
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Así los descubrieron
Los videos que realizaban los hermanos J. J. DM. LR. y J. A. CH . LR., comenzaron a difundirse por WhatsApp y Telegram a nivel internacional.
Investigados. Sobre los dos hermanos pesan graves cargos. Foto: difusión
Fue la empresa proveedora de servicios (Google) la que alertó de que un grupo de usuarios, mediante sus correos electrónicos, venían “distribuyendo, comercializando y produciendo este tipo imágenes con contenido de explotación y abuso sexual infantil”.
La información fue remitida a las autoridades peruanas a través de una alerta de National Center for Missing & Exploited Children (NCMEC), de EE.UU.
De esta manera, determinaron que Lurín era el lugar de origen. Así, el personal de la Divindat y los agentes estadounidenses intervinieron la casa.
La Fiscalía Corporativa Especializada en Delitos de Trata de Personas de Lima (Fistrap)-Equipo 01 dispuso la detención preliminar de los hermanos Johan José María y Jim Anthony.
Las víctimas fueron rescatadas y puestas a salvo, en tanto la fiscal provincial Evelyn Taboada de la Cruz se encuentra evaluando el futuro de estas niñas, que ahora están lejos del horror. La investigación continúa y se espera justicia para las víctimas.
Penas son severas para estos delitos
El exjuez penal Juan Jiménez Ruidías dijo que en el caso de Lurín hay un concurso de delitos como violación sexual y grabación con fines comerciales. Si se comprueba el primer cargo contra las niñas, podría recaer la cadena perpetua.
Sostiene además que ese delito está enmarcado dentro de la trata de personas y la pena podría ser no menor de 10 ni mayor de 15 años.
La pornografía infantil se refiere a todo material que muestre a un menor de 18 años dedicado a actividades sexuales explícitas, reales o simuladas, o toda representación de sus genitales. La tipificación de este hecho prioriza los derechos vulnerados del infante.