Sociedad

No tienen a dónde ir: el viacrucis de las familias que viven cerca de quebradas y ríos en Lima

La República hizo un recorrido por varios distritos y conversó con los vecinos. Las lluvias anunciadas por Senamhi han empezado a golpear con huaicos y desbordes.

Decenas de familias limeñas exigen a las autoridades locales y del Gobierno más apoyo para que puedan revertir esta crítica situación ante las intensas lluvias. Foto: Omar Coca / URPI-LR
Decenas de familias limeñas exigen a las autoridades locales y del Gobierno más apoyo para que puedan revertir esta crítica situación ante las intensas lluvias. Foto: Omar Coca / URPI-LR

Por: Omar Coca / URPI-LR

En Lima, las familias que viven cerca de las quebradas y ríos han empezado a sufrir las consecuencias de las lluvias anunciadas por el Senamhi debido al ciclón Yaku.

La República hizo un recorrido por San Juan de Lurigancho, Lurigancho-Chosica, Carabayllo, Ancón, entre otras zonas.

En varios de estos lugares, donde hay quebradas y ríos como el Rímac, Huaycoloro, Seco y Chillón, aún recuerdan el 2015, cuando el desborde de los ríos Rímac y Huaycoloro dejó, según la Central de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN), 40.701 personas afectadas, casas destrozadas e incluso enlutó hogares.

Solo en Chosica hay 16 quebradas. Ya se han activado algunas y los pobladores exigen la inmediata construcción de nuevos muros de contención. 

Luis Alberto Zacarias, dirigente del asentamiento humano Bosque Concordia, pide apoyo a las autoridades. “Necesitamos que nos apoyen con sacos y trabajadores para levantar las piedras. El desagüe ha quedado descubierto por las intensas lluvias”.

En Rayitos de Sol está la quebrada Corrales, una de las más grandes del sector. Los moradores pasan las noches en vigilia. Creen que lo peor está por llegar. “El agua viene, colocan piedras, pero el huaico se va para otro lado”, explica Víctor Lozano.

Aquí viven cerca de 1.500 personas. El puente, que es la vía auxiliar a la Carretera Central, podría colapsar también si ocurre un alud de magnitud. A pocos metros, un precipicio preocupa a los habitantes. “Hace muchos años se ha pedido la construcción de un muro de contención de 60 metros. Las lluvias han dejado que el agua pase por las casas, hubo un carro que se ha volcado”, añade Víctor. 

La mirada preocupante de decenas de residentes en las zonas afectadas tras el paso del huaico. Foto: Omar Coca / URPI-LR

La mirada preocupante de decenas de residentes en las zonas afectadas tras el paso del huaico. Foto: Omar Coca / URPI-LR

El alcalde de Chosica, Oswaldo Hernán Vargas Cuellar, asegura que las obras en las quebradas necesitan apoyo del Gobierno central porque no tienen el dinero suficiente. “Pedimos que se reactive el proyecto integral del tratamiento del Rímac. Ha sido abandonado”. 

Según el burgomaestre, han elaborado fichas técnicas y 80.000 familias serían afectadas si se activan las 16 quebradas del distrito. Precisa que 9 están protegidas y 7 necesitan refuerzo.

En Huaycoloro se construye un nuevo puente que entrelaza San Juan de Lurigancho y Lurigancho-Chosica. El caudal del río ha aumentado tras la activación de la quebrada. Algunos transeúntes muestran su preocupación por un inminente desborde.

En Jicamarca, extensión del distrito de San Juan de Lurigancho, existen familias que viven dentro de lo que sería el paso natural de un eventual alud. El presidente de la agrupación familiar Las Praderas se pronuncia: “Somos 1.500 familias que estamos viviendo acá, no contamos con agua, áreas verdes”, precisa.

Elvira Sandoval, madre de familia, cuenta atemorizada lo que vive cada vez que inician las lluvias cerca a la quebrada y cómo tranquiliza a una de sus hijas. “Le explico que ya va a pasar. Nos quedamos en la casa, no salimos”. 

Autoridades locales y del Gobierno no han brindado la ayuda óptima que se requiere ante precipitaciones, aseguran los vecinos. Foto: Omar Coca / URPI-LR

Autoridades locales y del Gobierno no han brindado la ayuda óptima que se requiere ante precipitaciones, aseguran los vecinos. Foto: Omar Coca / URPI-LR

Según Jesús Maldonado, alcalde de SJL, existen siete quebradas y se desconoce la población exacta debido al tráfico de terrenos.

“Son un promedio de 96.000 personas solo de manera directa porque las víctimas indirectas dependerán de la magnitud del desastre. Nosotros para llevar ayuda debemos primero identificar las zonas que los traficantes han vendido”, detalla. 

Planes desde el Ejecutivo y pocas acciones

Las autoridades apuran las decisiones tras su reunión en la base principal del COEN. El general Ricardo Pajares, coordinador, contó lo siguiente para este medio:

“Habrá intervención directa de las fuerzas armadas a través de las brigadas de multipropósito que se van a distribuir en las quebradas de Chosica, SJL y otros distritos para adoptar acciones de prevención y estar atentos de las alertas que se puedan emitir y apoyar a la población en caso se activen las quebradas”. 

La Municipalidad de Lima está elaborando un nuevo plan de prevención y reducción del riesgo que tendrá una visión hasta el 2026. Hasta el momento, se prevé que la cantidad de personas afectadas podría superar las 200.000 incluyendo a quienes viven en las laderas de los cerros. El plan anterior, 2019-2022, señalaba un aproximado de 156.000 afectados por posibles inundaciones.

Las familias que viven en estas zonas son de escasos recursos y no tienen a dónde ir. Sus hogares son lo único que poseen. Se sienten desamparadas por la poca ayuda que llega en un país poco preparado para enfrentar este tipo de situaciones extremas.