Caso Ana Estrada: Poder Judicial ordena a EsSalud aplicar la eutanasia y respetar decisión
Pese a que ya existe una sentencia favorable para Ana Estrada Ugarte, la jueza Silvia Ysabel Núñez Rivas se abstuvo de ejecutar la decisión, por lo que fue reemplazada por otra magistrada.
“Yo no estoy solicitando que me dejen morir, estoy solicitando mi derecho a elegir cuándo es que ya quiero morir”, expresó la activista Ana Estrada Ugarte en una entrevista a La República. Pese a que la Corte Suprema otorgó el visto favorable para aplicar la eutanasia en su caso, la jueza del Décimo Primer Juzgado Constitucional de la Corte Superior de Justicia de Lima se abstuvo a proceder con la medida. Ante ello, se nombró a una nueva magistrada que ya emitió una resolución en la que aprueba la medida que debe aplicar el Seguro Social de Salud (EsSalud) y el Ministerio de Salud (Minsa).
En esa línea, el documento exhorta a que el Minsa y EsSalud respeten la decisión de la ciudadana de poner fin a su vida. Además, pidió a ambas instituciones que se conformen comisiones para que se tenga los protocolos adecuados y se dé la eutanasia.
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Por otra parte, se ordena a EsSalud a que " brinde todas las condiciones administrativas, prestacionales y sanitarias para el ejercicio del derecho a la muerte en condiciones dignas de la sra. Ana Estrada Ugarte a través del procedimiento de la eutanasia".
La aplicación de la eutanasia se deberá ejecutar dentro de los diez días hábiles contados a partir del momento o fecha en que ella manifieste su voluntad de poner fin a su vida.
¿Qué dijo Ana Estrada tras ganar juicio?
Ana Estrada se pronunció vía Twitter, el último 27 de julio de 2022, luego de que el Poder Judicial fallase definitivamente a favor de ejecutar su derecho a una muerte asistida y digna. La activista aseguró que “ser escuchada en Perú es un privilegio”, pero hoy culminó la batalla legal. “Hemos conseguido la garantía de nuestros derechos y libertades individuales”, agregó.
“Mi cuerpo insistió en mi contra. Aprendí a calcular y dosificar el miedo. Cada día, una pérdida. Insidiosa, ganaba la enfermedad. Entonces, supe que debía tomar el control. Ya lo había perdido todo. Y, con miedo, hablé”, continúo.