La vez que 5 bomberos dieron su vida para salvar una fábrica de muebles en Lima
La conocida “Tragedia de los Plumereros” de 1931 tuvo como consecuencia la muerte de 5 valientes bomberos que, con el claro objetivo de apagar el incendio de una fábrica, hasta ahora son recordados por su heroico acto.
La noche del 14 de febrero de 1931 estaba preparada para ser la cita ideal de varias parejas de Lima; sin embargo, las fiestas de celebración se vieron opacadas por un inesperado incendio que alarmó a los ciudadanos de la capital peruana.
Ese Día de San Valentín no fue más que una tragedia recordada hasta el día hoy por miles de limeños, principalmente por aquellos que rondaban por el Centro de Lima entre la antigua calle Plumereros y zonas aledañas. Las llamas de amor fueron reemplazadas por llamas de fuego, que consumieron un almacén de muebles, el cual recibió el auxilio de un valiente grupo de bomberos.
Lamentablemente, este suceso dejó como saldo —además de derrumbes y heridos— la muerte de cinco hombres de rojo, quienes perdieron la vida haciendo lo que les apasionaba y hasta la fecha son mártires de un suceso que sirvió como precedente para las brigadas actuales contra este tipo de desastres. En esta nota, te daremos a conocer los hechos de este trágico episodio que conmocionó a todo el país.
Incendio en Almacén
Al rededor de las 10.30 p. m. de ese sábado, el Cuerpo General de Bomberos recibió varias llamadas en las que se solicitaba el auxilio inmediato para un incendio que cada vez incrementaba. El espacio afectado fue el almacén de muebles de Freire y Compañía, el cual estaba ubicado en los números 345 y 347 de la antigua calle Plumereros, en el corazón de Centro de Lima.
Varias unidades dieron pase a la abertura del hidrante del agua más cercano para intentar dominar el fuego por casi media hora. Si bien el incendio estaba siendo controlado, el asunto se complicó cuando el vetusto inmueble de la parte superior se desplomó y se llevó con él a los bomberos que trabajaban tanto arriba como en el primer piso.
Sin previo aviso, la pared cayó, lo que resultó en cinco muertos y un reducido número heridos, quienes sobrevivieron al asfixio del humo que amenazaba el lugar. El equipo de resguardo no fue suficiente, por lo que se tuvo que pedir ayuda a la Comandancia de Armas para poder liberar los cuerpos enterrados y rescatar a quienes aún tenían la posibilidad de escapar.
La Plaza Mayor de Lima como centro de entrenamiento de bomberos. Foto: Diario Oficial El Peruano.
Víctimas que hoy son héroes
Juan Acevedo, Eleazar Blanco y Carlos Vidal, capitán, teniente y subteniente, respectivamente, de la bomba Cosmopolita; junto a Pedro Torres Malarín, seccionario de la bomba Salvadora Lima, y Juan Ochoa, seccionario de la France, fueron las lamentables víctimas de lo que hoy se conoce como la “Tragedia de los Plumereros”. La mañana del día siguiente, aproximadamente a las 9 a. m., se terminó por rescatar de los mártires.
De acuerdo a los compañeros de turno, quien más sufrió fue don Carlos Vidal, pues sus gritos de dolor hasta ahora suenan en los pensamientos de quienes intentaron salvarlo. “¡Mátenme, por favor!”, exclamaba debajo del desmonte que tumbó su cuerpo. La angustia de Vidal se prolongó por varias horas, pues falleció la tarde del domingo 15 en el hospital Dos de Mayo.
Los bomberos son reconocidos por miles de limeños por su arriesgada labor. Foto: Lima La Única
Repercusiones sobre el caso
El día siguiente, ya con los hechos consumados y la tristeza entre los testigos del doloroso episodio, el entonces alcalde de Lima, Luis Antonio Eguiguren, y otras autoridades expresaron sus ‘pésame’ a las familias de las víctimas y al comandante general de la Compañía General de Bomberos, Federico M. Schiaffino.
Los cuerpos de los bomberos fueron trasladados a la compañía a la que pertenecía cada víctima, para luego ser llevados entre una gran multitud de personas a la Bomba Lima, donde recibieron luto por gran parte del los vecinos de la capital y fueron colmados de ofrendas florales para ser despedidos.
Asimismo, estos cinco héroes quedarían inmortalizados en las primeras planas de diferentes medios, como la fue la portada de La Crónica del martes 17 de febrero, la cual mostró los rostros de las víctimas e imágenes del multitudinario entierro.
Por su parte, en el apartado Variedades se hizo mención a la ley de 1901, que establecía subsidios para los casos en que los bomberos fallecieran laborando en siniestros, la cual precisaron como “letra muerta” ante el desamparo que atravesaron los familiares afectados.
Los medios de comunicación honraron la valentía de estos valientes bomberos. Foto: La Crónica
¿Quién fue el primer bombero que murió en Perú?
Bautista Berninzoni dejó su natal Italia para servir en Perú, pero lamentablemente perdió la vida en un incendio. Revive aquí su última proeza en el Convento de La Merced, la cual luego fue homenajeado con un parque nombrado en su honor.
Llegó con su hermano Tommaso Agostino al Perú desde Genova, Italia a mediados del siglo XIX, atraído por las oportunidades que Sudamérica ofrecía a los emigrantes de otros continentes. Según cuenta uno de sus descendientes, al comienzo de su estadía los Berninzoni se dedicaban a reparar carrozas y al apoyo en construcción, llegando a realizar lo que hoy se conoce como la mansión Bernizon de Barranco.
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¿Cómo llegó el italiano Bautista Berninzoni a Perú?
En 1866, la armada española había derrumbado el puerto de Valparaiso en Chile y amenazaba a seguir expandiendo su ataque hacia Perú. Por ello, el entonces alcalde de Lima, Pablo Antonio Salinas, convocó a las comunidades extranjeras para poder integrar las unidades de bomberos que apoyarían en el Combate de 2 de mayo. Inmigrantes de Francia, Suiza e Italia fueron reclutados en este llamado, dando pase a las primeras compañías forasteras como Roma 1, la cual se fundó el 15 de abril de ese año.
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La historia del bombero que evitó 57 suicidios y creó una técnica para prevenirlos
En 2005, el comandante del Cuerpo de Bomberos de Sao Paulo, Diógenes Munhoz, recibió una llamada para atender un hecho que para él y su equipo era bastante común: un hombre se había subido a lo alto de una torre de transmisión de señal e intentaba suicidarse.
Según el manual que el escuadrón brasileño manejaba, el procedimiento para tratar este tipo de emergencias era “distraer a la persona y sujetarla”. En casos más extremos, se usan mangueras o tasers (arma de electrochoque) para alejar a la persona del peligro. En aquella ocasión, Munhoz pasó seis horas con el hombre en riesgo, y el desenlace fue bueno. Este hecho le dio una maravillosa idea al comandante que ya ha salvado un total de 57 vidas con el método que creó.
“Me di cuenta de que incluso si la persona desistía, no necesariamente el resultado era positivo. Nosotros, y me refiero no solo a mi equipo, sino también a los policías y profesionales que también manejan estos casos, no estábamos instruidos para preocuparnos por esa persona en profundidad. Estas salidas se trataban simplemente como una llamada más. No nos preocupábamos por lo que pasara después”, señaló el hombre de rojo a la BBC.
La conversación que mantuvo en aquella torre con “Alcides”, como el bombero llama al hombre, cambio su visión para siempre.
“Entré en su mundo y en su historia, y empecé a comprender que tenía una vida llena de sufrimiento, de angustia y también de victorias. Después de una hora allá arriba, lo último que quería era que muriera”, remarcó.