Si mi hijo es víctima de acoso virtual de un anónimo, ¿qué debo hacer?
Conocido internacionalmente como child gromming, se trata de un acto ciberdelictivo que puede terminar en la difusión de imágenes en redes internacionales de pedófilos.
Acoso virtual. Cuando llegó la pandemia, el Gobierno ordenó el estado de emergencia con el argumento de evitar contagios. Muchos niños y adolescentes tuvieron que permanecer encerrados en sus hogares, alejados de sus espacios cotidianos de sociabilización. Eso los aproximó aún más a lo virtual. La educación remota y la estandarización de los chats en aplicaciones móviles eran la única vía de comunicación, como si el ciberespacio no fuera un ambiente peligroso en el que los menores pueden ser víctimas de crímenes.
El investigador de cibercrimen y prueba digital en Perú Ricardo Elías Puelles advierte en conversación con este diario que los ciberdelincuentes “crean perfiles muy rápidamente en cualquier red social sin mucho control”. Estos pederastas no van a utilizar su nombre real, fotografía ni ubicación fehaciente, sino que desvían su localización desde donde mensajean, idean correos electrónicos para despistar el seguimiento, y hasta pueden vender el material ilícito de menores en foros internacionales a otros pedófilos.
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Las plataformas por las que estos ciberdelincuentes hacen los primeros contactos son, como repasa el también presidente del Observatorio Peruano de Cibercriminalidad, Facebook, Instagram y Tik Tok, aunque también pueden utilizar alguna otra red. Por este motivo, los padres y apoderados deben establecer un puente comunicativo con sus niños para aconsejarlos y prevenir contactos con personas desconocidas en redes sociales.
¿Qué es el chil gromming?
Elías Puelles lo define así: “Un delito que sanciona el contacto de menores de edad con propósitos sexuales por parte de mayores de edad. Esto es lo que se conoce como proposiciones con fines sexuales a niños, niñas y adolescentes; entendiendo la finalidad sexual como el intercambio de material de abuso sexual infantil, por ejemplo; o el acordar con el menor de edad un encuentro sexual”.
El abogado enumera cuatro etapas que presentan habitualmente los engaños pederastas. En la primera, el ciberdelincuente identifica a su víctima (que nunca es por casualidad, sino de forma intencional). En la segunda, el pedófilo estudia a la víctima para tener temas de conversación. Para eso, como dice Elías Puelles, “explora la información personal, de amigos, del colegio donde estudia y demás. Una vez que tiene esta información, pasa a realizar el contacto, sea por Facebook, Tik Tok, Instagram o alguna otra aplicación. Para ello crea una identidad generalmente falsa con la finalidad de empezar a conversar”.
La tercera comprende el contacto propiamente dicho: primero se trata de ganar la confianza del menor (estrechar un vínculo a partir de asuntos en común). La cuarta y última es el acto mismo. “El pedido de fotografías o videos suyos, o de algunas otras personas; o el contacto físico, de encontrarse en algún lugar”, agrega el investigador.
Recomendaciones para la prevención de estos delitos
“Lo clave es la comunicación”, dice el presidente del Observatorio Peruano de Cibercriminalidad. Los padres, tutores u apoderados deben conversar frecuentemente con sus hijos sobre los peligros de los entornos digitales. Como dijo la fiscal argentina de cibercrimen Daniela Dupuy en una de sus conferencias, hacer la parte más compleja: no imponerles ni restringirles, sino informarlos para educarlos. “Tiene que haber una conversación fluida y amical entre padres e hijos, exponiéndoles el riesgo que representa y señalándoles lo que deben evitar hacer: enviar fotografías suyas o tener algún tipo de contacto con ellos (los pederastas)”, añade Elías Puelles.
Pasos a seguir una vez advertido el hecho delictivo
Se debe denunciar el hecho ante el Ministerio Público y asegurar las pruebas, dice el abogado. “Si hay conversaciones entre el menor y el agresor, evitar que el menor las borre. Si hay fotografías que se han estado enviando, evitar que se borren. Quizá, en algunos casos, descargarlas para ponerlas a disposición del Ministerio Público; comunicarle al menor que el celular o la laptop va a ser entregada, con fines de investigación, a la Fiscalía”, expone para La República.
Situación del Perú en materia de legislación en el ámbito digital
A nivel de legislación sustantiva, es decir, la tipificación del delito, la situación país es “buena, correcta”, califica Elías Puelles. Hay, sin embargo, cuestiones por mejorar. Una de ellas es la legislación procesal. “Falta modernizar la actuación procesal. Mejorar, por ejemplo, figuras como el agente encubierto informático, desarrollar mejores protocolos para el aseguramiento de la prueba, y capacitar a los operadores en una investigación ágil con recursos digitales”, comenta el también profesor de Derecho Penal y Procesal.
Por otro lado, en las diversas instancias del Estado, todavía no se ha identificado que la ciberdelincuencia y la ciberseguridad son dos ejes centrales que deben tener las políticas. “Ni a nivel de Ejecutivo, Judicial ni Legislativo han identificado que este es un grave riesgo, y en consecuencia no se están tomando medida sectoriales”, asegura.