Sociedad

Puno: crimen de una alemana benefactora que sigue impune

Sin justicia. La abogada Aune Hartmann se instaló en la isla Amantani, en el lago Titicaca. Ahí conoció a Olguín Pacompía Calsín, quien se convirtió presuntamente en su asesino. La habría matado para apropiarse del dinero que recaudaba para ayudar a las comunidades.

Destino fatal. Alemana se enamoró del Altiplano.
Destino fatal. Alemana se enamoró del Altiplano.

La ciudadana alemana Aune Hartmann vivía feliz en la isla peruana de Amantaní en el lago Titicaca. Valoraba la vida comunal de la isla, sin embargo, le preocupaba la falta de servicios básicos. En agosto de 2007, escribió en un blog virtual “Me gustaría comenzar con el proyecto de suministro de agua (…)”.

Un año y cuatro meses después, en diciembre de 2008, fue asesinada a pedradas presuntamente por un comunero natural de Amantaní. Este se habría apropiado del dinero que consiguió en Alemania, para ayudar a los isleños. Eran 90.000 euros con los cuales pensaba impulsar un proyecto de cocinas ecológicas y agua potable de fuentes naturales.

El crimen quedó impune, no fue sancionado. El principal implicado, Olguín Pacompía Calsín, está libre. Para los naturales de Amantaní, Aune Hartmann era una turista más. Pocos sabían que era abogada, egresada de la universidad Ruprecht-Karls de Heidelberg. Además formó parte del consejo municipal alemán de Karlsruhe.

Después de ejercer la abogacía durante años en su país, en 2005, fundó “ED Amazonía-Perú” una organización dedicada a ayudar a los pobres en América del Sur. Su espíritu libre y filantrópico la llevó a recorrer Cusco y Puno.

A Amantaní llegó varias veces. Incluso, algunos isleños recuerdan que formó a mujeres para que se empoderen para salir de la pobreza apelando al tejido de calidad, artesanía y otros.

Destino fatal

Aune Hartmann era divorciada y empezó una relación con el músico natural de Amantaní, Olguín Pacompía Calsín. Corría 2008. La relación la comprometió más con la isla. Antes que Hartmann regresara a su país para conseguir fondos, la pareja se afincó por un tiempo en Copacabana- Bolivia, también a orillas del Titicaca. Estuvieron juntos hasta septiembre de 2008.

Aune Hartmann, viajó a Alemania a buscar recursos, mientras que el peruano Pacompía Calsín se quedó cuidando una vivienda que habían alquilado dentro del hostal “Sol y Luna”. Hasta ese momento no imaginó que encontraría la muerte en mano de su propia pareja.

La abogada alemana retornó a Copacabana tres meses después y, el 07 de diciembre de 2008, fue hallada sin vida de la manera menos pensada. Fue asesinada a pedradas en la cabeza a dos kilómetros de donde residía y cerca de la comunidad de Isca Cota en Copacabana. El presunto asesino desapareció. Sin embargo, se detectó que entre diciembre de 2008 y el 2009, Olguín Pacompía Calsín, hizo diversos retiros del dinero que consiguió su pareja en Alemania para ayudar a los pobladores de Amantaní.

El fiscal de Karlsruhe de Alemania, Woolfgang Karl Metzger y el comisario alemán Jan Ritterhoff, llegaron recién en 2011 para investigar el caso a Copacabana-Bolivia. En la habitación donde vivía la pareja, por exámenes de ADN, hallaron manchas de sangre de Aune Hartmann en prendas y encontraron documentos personales de Olguín Pacompía Calsín.

Piden investigación

El caso es un escándalo en Alemania por la falta de condena al culpable. Incluso medios alemanes trece años después de los sucesos, llegaron a investigar el proceso. Las autoridades alemanas y bolivianas entregaron todo el expediente a sus pares de Perú. Está en la Corte Superior de Justicia de Puno. El Ministerio Público encontró responsabilidad en Olguín Pacompía Calsín y lo acusa de asesinato y robo.

Pero desde el 2012 el proceso estuvo encarpetado. Sólo después que diversos medios internacionales y nacionales comenzaron a indagar recién el 12 de diciembre de 2021 se ordenó requisitoria del implicado. Pero su nombre no figura en la base de datos de la Policía. Las autoridades peruanas tampoco informaron a Interpol.

En Amantaní, los isleños confirmaron que Olguín Pacompía Calsín tiene una vida normal e ingresa y sale de la isla con libertad y se desplaza entre Puno, Juliaca, Arequipa y Lima. Un caso impune.