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Sociedad

Ciberadicción en niños: cómo prevenirla y controlarla

Expertos en el tema explican las razones de esta dependencia y esbozan alternativas para prevenirla desde casa.

Expertos en la materia concuerdan que la responsabilidad recae en los padres. Foto: La República
Expertos en la materia concuerdan que la responsabilidad recae en los padres. Foto: La República

Desde la infancia temprana hasta la niñez que preside la adolescencia. La ciberadicción de los niños no distingue de edades. Según la Academia Americana de Pediatras (AAP, por sus siglas en inglés), el tiempo recomendado en el que un niño de 1 a 6 años de edad debe estar frente a la pantalla es de una hora, mientras que aquellos que van de 6 a 12 años de edad deben tener una exposición máxima de dos horas a un ordenador.

“El tiempo es la razón principal por la que un niño se vuelve adicto a los videojuegos, al YouTube o al uso de Internet en general. Para prevenir y evitar esto, se debe analizar el tiempo y en qué se utiliza este”, puntualiza la psicóloga educativa Angélica Esquivias.

Entre los factores que conllevan a esta dependencia al ciberespacio, cuenta la también psicoterapeuta cognitiva conductual, están el desapego de los padres, la falta de comunicación armónica con estos, además de la falta de conocimientos sobre los riesgos de la red. “Cuando hay familias disfuncionales, por ejemplo, el niño trata de escapar de las discusiones familiares y se refugia en la tecnología”, precisa la experta.

El pediatra Roberto Somorcucio concuerda con lo mencionado. “El tema de los videojuegos es culpa de los padres, ellos deben estar al tanto del tiempo. Pero para las redes sociales, mi recomendación es que se tenga el control de claves”. Para el especialista, la ciberadicción se da porque hay herramientas que la permiten: una computadora o un celular en el dormitorio. “Eso hace que a las tres de la mañana se sumerjan en la Internet”, detalla.

A esto se suma un factor muy relevante: en algunos hogares, los padres también se sumergen en el celular o la computadora, y los niños solo replican lo observado. “Un ejemplo claro es cuando los padres manejan el carro y el menor ve que utilizan sus celulares, y entonces normaliza esa acción. Si prevenimos esto, lograremos que los menores tengan un mejor modelo”, detalla Esquivias, psicóloga del nivel inicial y primaria del colegio Jean Le Boulch.

“Otro es cuando se le dice al menor ‘no juegues’ mientras comes, pero el padre lo menciona mientras mira su pantalla del celular”, completa Roberto. Similar punto de visto tiene la Fundación Cantabria Ayuda de Atención e Hiperactividad (CADAH), entidad benéfico-asistencial española. Según el artículo ‘Cómo evitar y prevenir el uso excesivo o adicción de las TIC en niños con TDAH’, los padres deben de ser un modelo de uso responsable. Además, detalla que deben designar un tiempo para que sus hijos se conecten con la Internet y son ellos quienes están en la obligación de explorar alternativas en el ciberespacio.

Con los videojuegos, el cerebro de los niños trabaja de la siguiente manera: al tener una recompensa inmediata genera una necesidad. Las imágenes poderosas, los sonidos y la rauda recompensa producen una satisfacción en el menor. De acuerdo con la psicóloga, es allí cuando se forma una relación en cuanto al sistema nervioso, y “es parecido lo que les sucede a las personas dependientes a los fármacos”.

Otros de los riesgos a los que se enfrentan los niños es socializar virtualmente con gente desconocida, la falta de distinción sobre lo correcto en el ciberespacio, la dependencia del deseo por nuevas tecnologías y el abandono progresivo de otras fuentes de disfrute. Los menores también se enfrentan a peligros físicos como el forzar la visión, la mala postura y hasta la exigua interacción social.

Sin embargo, para los especialistas, también se pueden rescatar puntos positivos. “Los videojuegos no están mal, algunos ayudan a niños con dificultades de aprendizaje, pero el problema es el exceso”, dice el pediatra, quien asegura que algunas soluciones están en optar por las manualidades, los juegos de mesa y la actividad física. “Lo primero que hacen los padres es criticar, pero es importante primero ponerse a pensar sobre la falta de control que ejercen”, agrega.

Lo propio piensa Esquivias, quien asegura que cuando se trata de un abuso de tecnología por parte de los niños, es más fácil resolverlo, pues “esto se da porque no hay otra alternativa”. “En cuanto a la adicción, se requiere un diagnóstico clínico y se debe dar a largo plazo, pues así se traten, siempre habrá una tendencia a recaer, igual que con las drogas”, sentencia la psicóloga.

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