47 universidades tuvieron que cerrar 1.188 carreras para lograr licenciamiento
Cinco años de la ley universitaria. No tenían suficientes laboratorios ni docentes. Ofrecían carreras que no estaban de acuerdo a las actividades de las regiones. Figuran la UCV, la UTP y la UNSA.
Por: Carlos Contreras Chipana
De las 76 universidades que han logrado, hasta el momento, el licenciamiento institucional, 47 tuvieron que cerrar 1.188 programas de pregrado y posgrado debido a que no garantizaban la existencia de infraestructura y equipamiento adecuados; así como de docentes calificados.
La renuncia voluntaria de estas carreras de estudios fue un aspecto importante porque si las universidades insistían con estas no habrían logrado la autorización, informó el jefe de la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu), Martín Benavides, quien agregó que seis se vieron obligadas también a cerrar 47 filiales en diferentes regiones.
Durante su presentación, por los cinco años de la Ley Universitaria, Benavides explicó que en el proceso de licenciamiento se identificó que muchas de esas carreras y filiales no ofrecían las condiciones básicas de calidad que sí brindaban en sus sedes centrales. Además no tenían una relación directa con la demanda de profesionales que requieren hoy las regiones por sus actividades económicas.
Todo ello, según Benavides, ocasionaba que haya egresados laborando en trabajos ajenos a su profesión, por lo que se debía ordenar la oferta académica.
Esta situación, por ejemplo, obligó a la Universidad César Vallejo (UCV) y a la Universidad Tecnológica del Perú (UTP) a desistir de 39 y 5 programas, respectivamente, para licenciarse.
Lo mismo pasó con la Universidad Católica de Trujillo Benedicto XVI (58); la Peruana Unión (49); la Autónoma del Perú (20); la Continental (9); así como las nacionales de Piura (56), la del Centro (45), la del Santa (13), la Santiago Antúnez de Mayolo (11); la de Huánuco (6) y la San Agustín de Arequipa, cuyo caso llama la atención porque se desistió de 233 programas de posgrado y de segunda especialización.
En ese camino están también otras 10 universidades que aún no logran su autorización, pero que ya han cerrado 79 carreras. Este es el caso de la Universidad Alas Peruanas (UAP) que tuvo que desistir de más de 50 locales en Puno, Cañete, Chachapoyas, Huaraz, Moyobamba, Trujillo, Pasco, Chimbote y Moquegua.
"Lo que se busca es que los jóvenes estudien con buenos profesores y en laboratorios equipados", afirmó Benavides, quien recordó que antes de la reforma universitaria había universidades que compartían ambientes con chifas y pollerías.
Mejora en docentes
Para el jefe de la Sunedu, uno de los logros, en estos cinco años de la Ley Universitaria, es que la cifra de docentes con grado de magíster de las universidades públicas y privadas del país pasó de 30% al 50%. “En las universidades públicas se logró disminuir la presencia de docentes sin posgrado de 51% a 23%.”, dijo.
En este tiempo también no solo se ha incrementado la producción científica en las universidades sino que se ha duplicado la tasa de crecimiento anual en comparación con el quinquenio anterior (2009-2013), según Scopus, base de datos bibliográfica de resúmenes y citas de artículos de revistas científicas. “Esto debe seguir subiendo porque la investigación es un elemento central de la vida académica por su contribución al conocimiento que necesita el país”, aseveró.
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No se afectó autonomía
Si bien la Ley Universitaria se promulgó en julio del 2014, hasta hoy siguen los intentos por modificar un artículo central de la norma, el mismo que está vinculado a la Sunedu.
Hace poco, la Asociación de Universidades del Perú (Asup) presentó un proyecto de ley para que los rectores integren el consejo directivo de la Sunedu.
Alertado por la pretensión, el impulsor de la Ley Universitaria, el excongresista Daniel Mora, dijo que en el Congreso no deben respaldar estas iniciativas que buscan tumbarse a la Sunedu, al punto de convertirla en una ANR (Asociación Nacional de Rectores). “Esta organización no funcionó. No se puede ser juez y parte”, precisó.
Martín Benavides, de Sunedu, aclaró que, pese a algunos reclamos en estos años, la Sunedu no ha violado la autonomía de las universidades.
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