Contaminación. En una expedición, científicos de la Fundación Algalita descubrieron un parche de residuos plásticos de 3.000.000 km2. Las muestras tomadas en altamar revelaron que el 33% de los peces estudiados habían consumido microplástico.,La contaminación por el uso indiscriminado de los plásticos sigue poniendo en riesgo la biodiversidad marina que habita en los océanos del mundo. Una reciente expedición realizada por la Fundación de Investigación Marina Algalita halló en aguas internacionales, frente a costas de Perú y Chile, una enorme isla de basura plástica que supera en tamaño al país de México. A cargo del capitán Charles Moore, los investigadores salieron del puerto de Long Beach en noviembre del 2016 y durante los seis meses de travesía no hubo un día en el que no se toparan con aún tipo de residuo plástico, comenta a La República Raquelle Le Vine, especialista en sostenibilidad y miembro de la expedición. PUEDES VER Declaran estado de emergencia en Juliaca por inadecuado manejo de la basura Este parche, de tres millones de kilómetros cuadrados de extensión, fue encontrado en la parte sur del océano Pacífico, justo en el giro oceánico; es decir, donde las corrientes marinas forman enormes remolinos que atrapan de manera indefinida y trituran la basura que llegan a los mares más cercanos, convirtiéndolos en partículas muy pequeñas que se confunden en la inmensidad azul. "El 50% de la basura plástica que encontramos durante el tiempo que duró la travesía fueron empaques, cuerdas y artículos de la industria pesquera. Un 25% fueron botellas y cestas, y el otro porcentaje no podemos decir exactamente de qué artículo proviene porque ya era microplástico", precisa Le Vine. A comparación del Pacífico Norte, donde la concentración de desechos domésticos era mayor, en la parte sur del océano Pacífico los científicos observaron mayor número de residuos provenientes de la industria pesquera, sumado a miles de botellas plásticas y mucho microplástico. ¿Qué vieron en Perú? Si bien la embarcación pasó relativamente lejos de las costas peruanas: a 400 millas, los investigadores determinaron, tras la toma de muestras, que en las aguas internacionales existe una alta concentración de microplásticos. "El océano es muy dinámico en ese lugar. El viento y las corrientes hacen que el plástico que viaja de Nueva Zelanda, Australia hasta el Pacífico Sur se rompa en piezas muy pequeñas", explica. Gran parte de esta basura que termina en los mares y océanos se genera en las tierras. De acuerdo con Le Vine, un estudio estima que al año 4,6 millones de toneladas de basura plástica llega a los mares a través de los cauces de los ríos del mundo. Y aunque no han podido determinar de dónde proviene exactamente cada elemento que encontraron, consideran "muy probable" que la basura que hoy forma parte del parche plástico fue generada en los países más cercanos a ese espacio geográfico, poniendo en riesgo la vida de todos los animales que forman parte del ecosistema marino. De todos los tipos de plástico que terminan en el océano, Le Vine explica que el más tóxico y perjudicial para el ecosistema marino es el poliestireno expandido, es decir, el material con los que se hacen los envases de tecnopor. La razón de su nivel de toxicidad se explica en la facilidad que tiene este elemento para fraccionarse en partes muy pequeñas y proliferarse o propagarse mucho más que los otros tipos de plásticos. "Las toxinas del plástico afectan a muchas especies, ingresan a sus sistemas endocrinos y los destruyen, les genera problemas reproductivos", admite Le Vine. Plástico en peces A lo largo de esta travesía, Algalita pudo comprobar que la basura plástica está dañando la base alimenticia de las principales especies marinas. Tal es el caso de los mictofidos, pequeños peces de entre 2 y 30 centímetros que juegan un papel importante dentro de las cadenas tróficas marinas ya que son depredados por los peces, pulpos, mamíferos e incluso algunas aves acuáticas. "Ellos son la base de la alimentación de los peces. Los mictofidos vienen desde muchos kilómetros de profundidad cada noche, nadan hasta la superficie para comer y lo que ellos están comiendo actualmente es plástico", añade. Hoy se sabe que los mictofidos o también llamados peces linterna por sus órganos luminiscentes representan hasta el 55% de la biomasa mundial de peces. Eso quiere decir que la salud del océano depende de su supervivencia. Durante esta expedición, los científicos recolectaron 183 muestras de contaminación plástica y mictofidos. Tras un análisis en laboratorio se encontró que al menos el 33% de estos peces habían consumido plástico, algunos en grandes cantidades. "Los océanos están sufriendo mucho y seguirá haciéndolo si no paramos con la contaminación. Sé que los océanos podrían recuperarse pero el momento de actuar es ahora", concluye Le Vine. Futura expedición Algalita Marine Research Foundation se ha planteado seguir monitoreando los océanos. Aunque todavía no tienen fecha fija sus nuevas expediciones, calculan que en el 2020 volverán a navegar por las costas del Pacífico Norte y que dos años después, es decir en el 2022, volverían al Pacífico Sur. Esperamos pues que para esa fecha la realidad que encuentren no sea tan desalentadora. Dictamen de plásticos no llegó al Pleno La ley que busca regular los plásticos de un solo uso en el país deberá esperar al inicio de la siguiente legislatura para que pueda ser incluida en la agenda del Pleno del Congreso, ya que debido a la coyuntura política no se logró el consenso necesario para que la junta de portavoces lo tomara en cuenta en la última sesión. El dictamen de ley propone que al 2021 el país sea declarado libre de plásticos de un solo uso a través de la reducción gradual de los mismos. Plantea que a su vez se prohíba el ingreso y uso de bolsas, cañitas y envases de tecnopor en las áreas naturales protegidas, museos, sitios declarados patrimonio y playas de nuestro litoral. De aprobarse, serán las instituciones públicas las que primero le dirán no a estos artículos que tardan hasta 500 años en degradarse.