Capturan a capitán del Ejército por desaparecer a autoridades de Chuschi
Se hizo justicia. Néstor Oblitas Carrera disfrutaba de una ceremonia oficial en el cuartel Barbones, en El Agustino, con sus compañeros de promoción, no obstante que había sido condenado a 16 años de prisión efectiva y se encontraba en condición de prófugo de la justicia. La PNP lo esperó en la puerta y lo intervino de inmediato.
Después 32 años de haber sido señalado como autor del secuestro y desaparición forzada de tres autoridades y un menor de Chuschi (Cangallo, Ayacucho), el capitán del Ejército en retiro Néstor Oblitas Carrera fue capturado el sábado en la noche por agentes de la Dirección de Investigación Criminal (Dirincri) en la puerta del cuartel militar Barbones, en El Agustino.
Los efectivos policiales esperaron a que Oblitas terminara de participar en un almuerzo de camaradería del arma de Caballería en la sede Barbones, en el que intervinieron altos oficiales del Ejército en actividad.
Néstor Oblitas se encontraba en situación de prófugo de la justicia, luego de haber sido sentenciado a 16 años de prisión efectiva por el crimen que perpetró durante su actuación en la localidad de Chuschi, en 1991, en el periodo del conflicto armado interno.
En la puerta de Barbones lo esperaban un grupo de agentes de la Policía Judicial y agentes de Inteligencia de la Dirincri, al mando del general PNP Luis Flores Solís.
El capitán Néstor Oblitas Carrera de la rama de Caballería, perteneciente a la Promoción Héroes de Pucará y Marcavalle 1984, de la que forma parte el expresidente Ollanta Humala Tasso, contaba con una orden de captura. No le dio importancia.
El Colegiado B de la Sala Penal Nacional lo sentenció a 16 años de prisión por el delito de desaparición forzada en agravio de tres autoridades campesinas y un menor del distrito de Chuschi.
Con Néstor Oblitas también fue condenado el mayor EP en retiro José Zavaleta Angulo. Ambos prestaban servicio en la base contrasubversiva de Pampa Cangallo.
Las víctimas del secuestro y desaparición forzada son el alcalde del distrito de Chuschi, Manuel Pacotaype Chaupín; el teniente gobernador de Chuschi, Marcelo Cabana Tucno; y el secretario del Consejo Municipal, Martín Cayllahua Galindo. El niño se llamaba Isaías Huamán Vilca.
De acuerdo con las investigaciones y testimonios de los testigos, el hecho ocurrió la noche del 14 de marzo de 1991, cuando una patrulla del Ejército incursionó en Chuschi, y tras coordinar con efectivos de la comisaría del distrito, realizaron un operativo de allanamiento y detención a las viviendas de Manuel Pacotaype, Marcelo Cabana y Martín Cayllahua.
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Todos ellos fueron secuestrados junto con el menor Isaías Huamán, hijo de una autoridad que en esos momentos no se encontraba. En esa oportunidad, los familiares de las víctimas revelaron que sus seres queridos fueron llevados por la patrulla militar en una camioneta con dirección al cuartel de Pampa Cangallo y desde ese día nunca más los volvieron a ver.
El caso fue denunciado por la Asociación Pro Derechos Humanos (Aprodeh) durante la dictadura del expresidente Alberto Fujimori, quien dio una Ley de Amnistía, logrando archivar todas las investigaciones contra policías y militares acusados de desapariciones forzadas y crímenes extrajudiciales.
Sin embargo, luego de la caída del régimen fujimontesinista, dichos expedientes fueron reabiertos en 2001, y se presentó la oportunidad para que los familiares consiguieran justicia por el crimen en agravio de sus seres queridos.
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En 2007 Aprodeh logró la identificación y sentencia de mayor EP (r) Collins Collantes Guerra, jefe de la patrulla, y del comisario de Chuschi, alférez PNP (r) Luis Juárez Aspiro.
El primero de los nombrados, Collins Collantes, señaló a las autoridades que entregó a las cuatro personas al capitán EP Néstor Oblitas, quien pertenecía al G2, del área de inteligencia de la base contrasubversiva de Pampa Cangallo. Con la detención del capitán Oblitas, los familiares de las víctimas encontraron justicia.
Néstor Oblitas escapó de los tribunales
En el 2014, la Sala Penal Nacional condenó al capitán Néstor Oblitas Carrera y el mayor EP José Zavaleta Angulo, al establecerse que fueron los ejecutores directos de la desaparición de Manuel Pacotaype, Marcelo Cabana, Martín Cayllahua y del menor Isaías Huamán.
Sin embargo, durante la audiencia ambos oficiales lograron escapar horas antes al tener conocimiento de que iban a ser sentenciados. Nueve años después, cuando creía que había pasado tiempo suficiente, Oblitas fue a comer y beber con sus compañeros de promoción.