Mesías Guevara: “En estos momentos estamos frente a una dictadura desde el Congreso”
El exgobernador regional de Cajamarca, militante de Acción Popular criticó el accionar del Congreso y, en particular, las decisiones de su propio partido. “Por su mal accionar, los congresistas (de AP) se han visto sometidos, hasta extorsionados, para votar con los extremos, de la izquierda y la derecha”, señaló.
El miembro del Comité Político de Acción Popular (AP) y exgobernador de Cajamarca Mesías Guevara envió a sus compañeros de partido un pronunciamiento llamado “El ultimátum de la acción”, en el que llama a la militancia a actuar frente a lo que considera la “subordinación” de la presidenta Dina Boluarte ante el Legislativo.
— Ha enviado a sus colegas de partido un pronunciamiento llamado “El ultimátum de la acción”. ¿Qué significa?
— La militancia mayoritariamente está muy dolida, desconcertada, contrariada por lo que viene haciendo la bancada de AP en el Congreso. Y lo que uno ve es que la presidenta Dina Boluarte se ve respaldada por ese Congreso, que la ha blindado. Al mismo tiempo, a pesar de que hay razones para llevar adelante una fiscalización, eso no ocurre. El Parlamento ha claudicado en sus funciones de control porque la presidenta se ha subordinado a él.
— ¿Esa subordinación qué es lo que busca?
— Es una subordinación que ha encontrado eco en el interés subalterno del Congreso de mantenerse hasta el 2026. Ambos quieren llegar hasta esa fecha, el Legislativo y Boluarte. Yo no tengo reparos en decir que en estos momentos estamos frente a una dictadura del Congreso.
— ¿Por qué dice que es una dictadura?
Es una dictadura congresal porque ya coparon la Sunedu, el Tribunal Constitucional, la Defensoría del Pueblo. También están ejerciendo presión sobre el sistema de justicia, andan detrás de la Junta Nacional de Justicia. Y andan detrás del Jurado Nacional de Elecciones (JNE) y de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE). Es decir, andan haciendo primero su voluntad sobre la misma Constitución.
— ¿No es cierto que antes el Congreso también elegía a los miembros del TC y al defensor del pueblo? ¿Por qué antes eso se toleraba y ahora no?
— Nunca se toleró. Cuando yo fui congresista desde el 2011 al 2016, cuando se pretendió elegir a los miembros del TC, al defensor y a los directores del Banco Central de Reserva, hubo una gran manifestación pública denunciando una “repartija”. El Congreso de entonces tuvo que retroceder, pero el de hoy es ciego, sordo y mudo. No escucha la voluntad democrática y se ha convertido en un ente arrollador que sigue para adelante en su accionar.
Congresistas de Acción Popular han estado involucrados en casos de corrupción. Foto: composición LR
— Lo que quiero decir es que el Congreso ya ha nombrado a los miembros del TC y al defensor. No es algo nuevo.
— Eso está en la Constitución. Sin embargo, lo que está en entredicho es la manera en que se lleva adelante esa elección. La manera en ese proceso se ve como un toma y daca. Están formando un círculo vicioso. Por ejemplo, al TC ha llegado gente a su medida que está emitiendo fallos que le son convenientes. En realidad, el Congreso está acumulando demasiado poder a través de estas instituciones.
— ¿Cómo se explica la actuación de su bancada? Está metida en muchos escándalos. Está el tema de ‘Los Niños’, para empezar.
— A todos nos ha defraudado la actuación de la bancada. Están lejos de nuestra tradición democrática y, por eso, he lanzado ese comunicado. Por su mal accionar, los congresistas (de AP) se han visto sometidos, hasta extorsionados, para votar conjuntamente con los extremos, de la izquierda y la derecha. Están actuando bajo la voluntad de esos grupos parlamentarios. Al partido le han hecho mucho daño, han generado una gran herida, una pérdida de imagen democrática. Lamento que hayamos perdido el protagonismo de años anteriores.
— ¿Pero qué autocrítica hace usted? Porque no estará en el Congreso, pero tiene voz en el partido. ¿Los dirigentes qué responsabilidad tienen de permitir que AP sea representado de esa forma?
Lo que ocurre es que en el partido existe un Comité Nacional Electoral y un Plenario Nacional, que, lamentablemente, han sido infiltrados por un pequeño grupo de manera que han logrado que sus ahijados, sus apadrinados lleguen al Congreso y a ser alcaldes de muchos distritos de Lima. Sí, hay una responsabilidad, es cierto, sin embargo, es bueno aclarar que yo y otros miembros del Comité Político hemos quedado en minoría.
— ¿AP es un partido capturado?
— Bueno, sí. AP es un partido que en estos momentos se encuentra fracturado…
— Me ha descrito a un partido capturado.
— Capturado y fracturado. Las dos cosas, yo diría.
— Se ha visto a AP, además, congraciándose con sectores radicales, por ejemplo, hacia la derecha. ¿Hay una revisión doctrinaria del partido en curso? ¿Es un partido de ultraderecha ahora?
— No, no. AP es un partido de centro. No estamos con los extremos y nunca lo hemos estado, ni con la extrema izquierda ni con la extrema derecha. Quienes coquetean con los conservadores de la extrema derecha actúan lejos de la tradición del partido, no responden a la ideología de AP, que, le aclaro, no se encuentra en revisión. Sigue siendo la misma desde que se fundó, desde luego, con algunos aportes.
— Sus críticos dentro de AP lo acusan de querer atornillarse al cargo de presidente del partido cuando su periodo ya venció. ¿Qué responde?
— Ese es un argumento de ellos, pero nunca me he querido atornillar en el cargo. Es más, les he dejado el espacio suficiente para desarrollar elecciones y nombrar al nuevo Comité Ejecutivo Nacional y las demás dirigencias, en el ánimo de que se elija a mi sucesor. Es más, ya no salgo diciendo que soy el presidente de AP, sino miembro del Comité Político. Pero ellos mismos son los que me mencionan como presidente cuando necesitan que se convoque a un plenario, al Comité Político o cuando se recibe alguna sanción de ONPE. Ahí sí me recuerdan como presidente.