Política

Alejandro Salas: "De haber estado presente, hubiese interrumpido el mensaje del golpe de Castillo"

Exministro de Pedro Castillo asegura que, si se le hubiese permitido el ingreso al despacho presidencial el 7 de diciembre de 2022, no habría permitido que el jefe de Estado leyera el mensaje a la Nación que lo llevó al penal de Barbadillo y le puso fin a su Gobierno.

Alejandro Salas asumió las carteras de Cultura y Trabajo durante el Gobierno de Pedro Castillo. Foto: MTPE
Alejandro Salas asumió las carteras de Cultura y Trabajo durante el Gobierno de Pedro Castillo. Foto: MTPE

Asegura que la historia hubiese sido otra. En entrevista con La República, Alejandro Salas, exministro de las carteras de Cultura y Trabajo del Gobierno de Pedro Castillo, sostuvo que la decisión de no dejarlo ingresar al despacho presidencial —previo a la lectura del mensaje de la Nación, en el que se anunciaba el intento de golpe de Estado— fue un punto de inflexión en la historia del fin de la era Castillo. Además, insiste en que, de haber ingresado a este espacio, le hubiese pedido el texto al presidente para revisarlo y, si advertía su contenido, le hubiese impedido su lectura.

—Tras las imágenes difundidas por los dominicales este último domingo 5 de marzo sobre las coordinaciones en Palacio previas al intento de golpe de Pedro Castillo, se aprecia que no lo dejan ingresar al despacho presidencial, donde se leería el mensaje a la Nación. ¿A qué cree que se debió esta decisión?

— (Una de) las conclusiones que yo puedo sacar es que al expresidente le quedaba claro que, con el apellido Salas, no iba a contar para ningún tipo de irregularidad, porque yo se lo había dejado bien en claro y siempre le dije: “Presidente, el día que a usted le saquen una prueba contundente o me pida romper la autonomía de mi ministerio, prefiero que ni me la pida, solo que me diga que renuncie como ministro. Él sabía de mi lado correcto, de mi lado democrático. Queda claro que nosotros no sabíamos absolutamente nada, al menos quien habla no sabía absolutamente nada, yo me enteré en ese momento. Yo me enteré por televisión en el Salón Quiñones, sentado en una mesa sin que se me permitiera entrar al despacho presidencial.

—Otros ministros estuvieron presentes durante el mensaje y aseguran que no sabían el contenido. ¿Por qué a ellos se les permitió el ingreso y a usted no?

—Lo que pasa es que cada quien tiene su propia personalidad, su propia postura. Si a mí me permitían ingresar y yo me enteraba, en ese momento, que él iba a dar un mensaje, yo no iba a cansarme de pedirle el texto, como siempre se hizo, para decirle qué puedo aportar. Lo iba a hacer con autoridad, porque yo era uno de los que iba a ejercer la defensa política en el Congreso. De pronto, lo que iba a leer iba a malograr lo que íbamos a hacer en la tarde. Ahí seguramente se iba a generar un problema en el despacho presidencial y seguro iba a terminar en otra historia, pero seguramente igual yo terminaría renunciando y denunciando lo que había leído.

—Entonces, de haber ingresado usted al despacho presidencial, ¿la historia podría haber tenido un desenlace diferente?

—Sí, porque él me escuchaba. Seguramente, algo de lo que le hubiese dicho sería como lo que le dije al final: “Lo que has leído es un delito”, yo lo dije delante de todos los que estaban ahí. Seguramente, si yo leía ese texto antes de que él lance el mensaje, le iba a advertir lo mismo, que iba a terminar preso, que iba a malograr el proyecto de Gobierno que tanto le había costado, se lo iba a decir a costa de los que estaban ahí.

La diferencia con otros ministros es que ellos no iban a intervenir en el Congreso y no iban a tener la autoridad para decir: “Préstame, para ver qué vas a leer”. Yo te lo digo y te lo aseguro, él lo sabía.

—¿El no haber ingresado cree que lo ayuda a estar en una situación diferente, en el plano penal y político, a la que hoy viven exministros como Betssy Chávez, Willy Huerta y Roberto Sánchez? ¿Quizá su situación sería diferente si le hubiesen permitido el ingreso al despacho presidencial?

—Lo que pasa es que, si a mí se me hubiesen permitido el ingreso, yo seguramente hubiese tomado la misma actitud (que tuve tras escuchar el mensaje a la Nación), pero, en plena lectura del mensaje —lo digo porque conozco cómo soy como ser humano—, lo hubiese interrumpido al escuchar lo que empezaba a decir cuando habla de un Gobierno de excepción y de tomar las instituciones. Yo lo hubiese interrumpido y se hubiese escuchado mi voz diciendo: “¿Qué está haciendo?”. Pero no hubiese permitido que lea el texto sin antes haberlo revisado, bajo ninguna circunstancia.

—El informe final leído en la SAC busca suspender de sus cargos como congresistas a Betssy Chávez y a Roberto Sánchez mientras se les investiga por este tema. ¿Qué le parece esta propuesta que viene, principalmente, de congresistas de Avanza País?

—Yo creo que ya es parte de una ejecución política de un ánimo político que no va ligado con un campo de justicia, sino fundamentalmente (vinculado con) un lado de visión política. Lo que yo sí considero es que, cuando esto se vote, se vote, uno por uno, por cada ministro, porque sí hay que disgregar actores, factores, escenarios. No todos han estado iguales. Con las imágenes, quedó absolutamente claro que el exministro Roberto Sánchez no estuvo presente durante la lectura del mensaje. Esto quedó absolutamente claro.

—Hay muchas dudas sobre el rol cumplido por Betssy Chávez ese día. Ella los convocó señalando que “sería un día histórico”. ¿Cree que ella realizó las coordinaciones con la prensa del Estado y demás cosas que se ven en los videos de seguridad sin tener conocimiento?

—Yo te voy a ser absolutamente sincero. Yo no tenía mucha cercanía con Betssy Chávez. Por el contrario, semanas antes, a ella le habían señalado por un tema de su pareja o su novio, antes de que a ella le hagan premier. En el mes de noviembre, el presidente me ofrece ser premier.

—¿Le ofrece la PCM en dos oportunidades?

—Sí, me ofreció ser premier en junio y en noviembre. Nos vamos a centrar en noviembre. (En ese mes) empezaron a salir quejas contra el expresidente por denuncias vinculadas con Betssy Chávez que estarían saliendo de mi cartera, porque yo supuestamente quería hacerle daño. Empezaron a marcar un divisionismo y yo tuve que hablar con ella. Le dije que las cosas no eran así, que yo no tenía nada en contra de ella. Se percibía que había un tema de competencia por el premierato. Yo no era cercano a ella, marcábamos dos líneas distintas.

—¿Usted rechazó ser premier en esas dos oportunidades o qué ocurrió?

—Fíjate que no lo rechacé. En junio, yo le dije al presidente que esperaba su llamado y la renuncia de Aníbal (Torres). (Esta última) no se materializó nunca y yo le dije al presidente que, cuando él me lo dijera, yo asumiría. En noviembre, él me llama, porque él estaba en provincia, y me dice: “Prepárate para dar un paso adelante, porque he recibido el mensaje de diversos lados y me dicen que tú tienes que asumir el premierato”. Y yo le digo: “Presidente, lo que usted diga, pero ya conoce mi posición”. “Ya vamos a conversar cuando regrese a Lima”, me dijo. Esto nunca pasó y yo nunca se lo reclamé, porque jamás yo pedí el premierato, pero sí, en la interna, había voces de que era Betssy o era yo. Había —como verás— ese tipo de competencia.

—Finalmente, Dina Boluarte recién acudió a su tercera citación para declarar a la Fiscalía por esta investigación por genocidio. ¿Ve un trato diferente entre cómo se llevan las investigaciones contra la actual mandataria y cómo se desarrollaban con Pedro Castillo?

—Cuando el presidente Castillo era investigado, por su propia investidura, tiene la posibilidad de solicitarle al fiscal que vaya a su despacho en Palacio de Gobierno. Hubo algunas negativas y se exigió que el presidente vaya a declarar. La sugerencia que siempre le dimos era que vaya y dé la cara. Esto junto con los ministros (Félix) Chero y (César) Landa. Que vaya y diga su verdad, que exprese su defensa.