Harold Forsyth: “El grupo de alto nivel puede venir a impulsar el diálogo y el acercamiento”

Harold Forsyth, representante permanente del Perú ante la Organización de Estados Americanos (OEA), responde sobre la misión de alto nivel para evaluar la situación peruana. Adelanta que –posiblemente– este grupo conformado por cancilleres y vicecancilleres llegue entre el 15 y el 20 de este mes, con el encargo de cumplir una agenda bastante intensa.

¿Hay alguna fecha definida para la llegada al Perú de la misión de alto nivel de la OEA?

No la hay todavía. Sin embargo, a través de los representantes de los siete países directamente involucrados en el grupo de alto nivel, se conoce que el tema resulta un poco complicado por las agendas, porque es gente con compromisos preestablecidos.

La mayoría son cancilleres.

Cinco cancilleres y dos vicecancilleres. Es posible que la visita tenga lugar entre el 15 y 20 de noviembre. Pero en este momento es especular y espero que en la próxima semana el asunto se empiece a aclarar.

¿Cuánto tiempo estaría en el Perú la misión?

Eso también depende del grupo de alto nivel, pero cabe imaginar, de acuerdo con la agenda previsible, que estarán unos tres días, en actividad intensa. Tienen que cubrir una serie de personalidades e instituciones para formarse una cabal opinión.

¿Esta misión puede ayudar a superar la crisis?

Bueno, ojalá que sí. Hay que tener un poquito de confianza y darle, por lo menos, el beneficio de la duda. Lo importante es que las instituciones importantes del país, todas sin excepción, han manifestado su intención de entrevistarse por el grupo de alto nivel para expresar libremente su opinión. Eso es un buen indicador. Ojalá este grupo de alto nivel de la EA sea un paso en la dirección correcta que nos ayude a superar un poco este clima de enfrentamiento que nos caracteriza a los peruanos desde hace mucho tiempo.

Lo que diga la misión no será vinculante. ¿Las instituciones peruanas acusarán recibo de lo que se señale?

Ningún organismo internacional del mundo puede emitir, en situaciones como esta, resoluciones vinculantes, con la única excepción del Consejo de Seguridad de la ONU. Lo que sí puede tener implicancias positivas es el liderazgo de opinión de siete personalidades que representan a siete países importantes de la región. Ojalá que esa opinión sea constructiva y pueda trazar un camino que sea aceptable para todos y que ayude a que los peruanos nos reencontremos con nosotros mismos y sepamos caminar, juntos, en una misma dirección. Quiero aclarar que el grupo de alto nivel informará al Conejo Permanente de la OEA y este, luego de recibir el informe, posiblemente lo evaluará en una sesión y emitirá una resolución.

¿A usted le han pedido opinión o le han preguntado sobre la situación en el Perú?

No. El Estado miembro, Perú, ya no tiene vela en este entierro. Todo queda en manos exclusivamente del grupo de alto nivel. Ni siquiera el Consejo Permanente participa ahora. Son estos siete países más el representante de la secretaría general. Lo único que se tiene que garantizar durante la presencia de ellos en el Perú es su seguridad para sus respectivos movimientos.

¿Qué evaluación hace de la crisis en el Perú?

Hay mucha información y lo último que yo quisiera es emitir opiniones personales. Lo que sí puedo decir es una cosa: todos los países de las américas, todos, quizás con excepción de dos o tres, estamos atravesando dificultades bastante serias y eso debemos asumirlo. En el Perú, los problemas son complicados, como el enfrentamiento constante. Necesitamos bajar un poquito el tono de este conflicto en el cual estamos desde hace varios años. La vida en común se nos está haciendo muy complicada y eso hace que perdamos la perspectiva, la capacidad de mirarnos como lo que somos: un solo pueblo, una nación que tiene que enfrentar el futuro en unidad. Personas competentes, jóvenes, pueden desanimarse de ingresar a los temas públicos porque a nadie le gusta, en condiciones normales, ser parte de un enfrentamiento permanente. Todos tenemos la obligación de respetarnos un poquito más. La violencia verbal lleva a la violencia física. Algo debemos hacer y espero que este grupo de alto nivel nos lleve a reflexionar.

¿Ve un peligro de quiebre, retroceso democrático en el Perú?

Bueno, yo espero que eso no ocurra nunca. Costó mucho trabajo recuperar la democracia y la libertad. Al mismo tiempo, la democracia tiene que implicar reglas de juego que nos permita una sana convivencia. La democracia debe ser sinónimo de paz, no de inestabilidad.

¿Ve a un grupo político que pretende capturar el poder?

Capturar el poder en democracia es perfectamente legal. El que puede hacerlo lo hace en elecciones, en buena lid. Y a eso debemos aspirar: a que el proceso democrático se lleve con cortesía y con profundo respeto a las normas de convivencia.

¿Qué piensa de los comentarios que señalan que la misión que vendrá es básicamente un intento del gobierno por lavarse la imagen frente a las denuncias de corrupción e investigaciones en curso?

Eso sería señalar que las personalidades de tan alto nivel que llegarán al Perú podrían estar implicadas en algo así. Eso sería asumir que son personas que no merecen ningún respeto. Pero tienen una gran trayectoria profesional y política. Nadie, en su sano juicio, podría prestarse a un juego como ese. Ellos van a escuchar a todas las opiniones para sacar sus propias conclusiones. El grupo de alto nivel, además, está en la necesidad de actuar como un colectivo, es la opinión de los siete. Y le digo: no hay en la historia de la OEA un antecedente de este tipo, de una misión de tan alto nivel con una tarea encomendada por el Consejo Permanente. Esto hay que verlo de un lado positivo: el nivel de interés que causa el Perú. Si estamos en una situación de conflicto social tan grande entre nosotros mismos, tenía que llamar la atención de la comunidad internacional.

Interés y preocupación.

Por supuesto. Pero hay que verlo desde lo positivo: no es un grupo de alto nivel que viene a imponer nada, eso no tendríamos por qué tolerarlo los peruanos. Pero sí puede venir a impulsar el diálogo y el acercamiento constructivo. Hay que darles el beneficio de la duda.