Triple asesinato atribuido a “Pequeño J” fue por robo de 400 kgs. de cocaína
Lara Morena Gutiérrez filtró a una banda rival la ubicación de un escondite de droga y dinero del peruano Tony Valverde Victoriano. Ella fue secuestrada y torturada para que identificara al ladrón, y luego fue ejecutada en venganza por lo que hizo, según el código de los narcos.
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El secuestro, tortura y espantoso homicidio de Brenda del Castillo (20), Morena Verdi (20) y la adolescente Lara Morena Gutiérrez (15) en Buenos Aires, Argentina, fue una venganza perpetrada por el peruano Tony Valverde Victoriano, alias “Pequeño J” (20), por el robo de casi 400 kilos de cocaína, aseguró Guillermo Endi, abogado de dos de los implicados en el crimen.
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Guillermo Endi, defensor del peruano Víctor Sotacuro Lázaro y de su sobrina Florencia Ibáñez, implicados por el traslado de las tres mujeres a la casa donde fueron asesinadas, manifestó que Lara Morena Gutiérrez fue quien participó en la desaparición de droga y dinero y que era conocida de “Pequeño J”. Este atrajo con engaños a Morena y a sus amigas hasta la vivienda y las violentó a golpes para que confesaran quién se llevó el alijo de cocaína.“
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Voy a confirmar el móvil del hecho, que a mí me sorprendió. Fue por muchísimos kilos de droga, casi 400 kilos. Por eso hubo tanta saña (contra las víctimas). (La cocaína) pertenecía a un integrante de una bandita (de distribuidores)”, indicó el abogado a la prensa argentina.

Torturaron y mataron a Lara Morena Gutiérrez para que delate al ladron de los 400 kilos de cocaína. Foto: difusión
EL PLAN MORTAL
De acuerdo con la versión del letrado argentino, la quinceañera Lara Morena Gutiérrez, quien era parte del entorno de la banda de “Pequeño J”, se enteró de la droga por un miembro de la organización de traficantes que cumplía funciones de seguridad y con quien mantenía relaciones. Cuando se encontraron en una vivienda donde estaba el sujeto, ella visualizó los paquetes de cocaína y de dinero.
Luego, ella informaría del hallazgo a otro hombre con el que salía, y que presuntamente pertenecía a otra banda, y ambos organizaron el despojo de la droga.
“Esta pobre chica Lara, de la que hay que hablar con mucho respeto por la familia, tenía una relación, un affaire con alguien de esa bandita (de ‘Pequeño J.’), que era el encargado de guardar ese cargamento, para que ese cargamento siga pasando de un lado al otro y no estuviera siempre en el mismo lugar”, relató Guillermo Endi, quien, como abogado de dos de los imputados, tiene acceso al expediente y a las declaraciones.
“En un momento, ella (Lara Morena Gutiérrez) le cuenta a un noviecito que ella había visto mucha droga y mucha plata en una casa. Entonces, este chico le dice: ¿Por qué no hacemos una cosa? Empastillalo (drógalo), que yo después entro y sacamos unos pesos. Bueno, le dijo la chica. Por eso se habla de que (las tres mujeres) eran viudas negras (‘peperas’)”, relató el abogado a los medios argentinos.
EL ROBO IMPERFECTO
“Yo no puedo decir si fueron viudas negras. Lo que sí puedo decir es que esta chica de 15 años, lo duerme a estechico que tenía la droga en su casa. Entonces entra la otra persona y se encuentra con ese cargamento. Creo que Lara le dice: ‘Mirá, esto es una barbaridad (de droga). Vos déjame a mí’. Y le sacan todo el cargamento”, explicó Guillermo Endi.
Según la narración del abogado, cuando Lara Morena Gutiérrez fue convocada a la vivienda donde luego fue asesinada junto con sus amigas, el propósito inicial de la banda de “Pequeño J” era ejecutar al autor del robo de la droga. Como este no llegó, las torturaron y mataron para que lo delataran.
“El día del hecho (crimen), aparentemente el vuelto (venganza) era para esa persona que robó la droga y no para Lara. A Lara la usan de señuelo. Metieron en la casa a Lara y a las otras dos pibas (chicas). Ellas en realidad estaban en el lugar equivocado, en el momento equivocado. Por eso es que las torturan, para intentar recuperar la droga y la plata. El tema era contra la persona que se robó la droga, no contra Lara”, expresó Guillermo Endi.
La policía bonaerense estima que “Pequeño J” era un importante distribuidor de droga al servicio de una organización de narcotraficantes de gran dimensión y que se encuentra muy cerca de identificar el dueño del alijo y capo de esta mafia.
PUEDES VER: La historia criminal de "Pequeño J", el peruano más buscado en Argentina por triple crimen

LAS CONEXIONES
No se descarta que el jefe de la organización sea otro peruano.
El 22 de enero de este año, una avioneta con 359 kilos de cocaína hizo un aterrizaje forzoso en Entre Ríos, Argentina.
La policía descubrió que la aeronave era propiedad del peruano Saúl Villanueva Echevarría y sus hijos Steven y Saúl Villanueva Tomas. Steven Villanueva cuenta con licencia de piloto y se le atribuye haber transportado droga desde Bolivia hacia Argentina, donde reside con su familia.
El peruano José García Nazario fue identificado como propietario del cargamento de cocaína interceptado en Entre Ríos. Se encuentra en condición de prófugo de la justicia.
Los 400 kilos de cocaína podrían llegar a un valor de US$4 millones en Buenos Aires antes de la venta al menudeo.


























