Yonhy Lescano sobre Dina Boluarte: “¿No sé qué está esperando, que haya alguna masacre?"
Entrevista. El excandidato presidencial Yonhy Lescano señaló que las decisiones del Gobierno de Dina Boluarte "han sido desastrosas, francamente mortales”. Además, no descartó su participación en caso se dé una nueva contienda electoral.
Yohny Lescano, excandidato presidencial por Acción Popular, se pronuncia sobre la crisis política y social que enfrenta el país. Ello, en el marco de las diversas manifestaciones que piden que Dina Boluarte deje la presidencia y el cierre del Congreso. El también excongresista concuerda que la solución al actual contexto peruano pasa por la renuncia de la jefa de Estado. Finalmente, Lescano no descarta participar en una nueva contienda electoral en caso se dé luz verde al adelanto de elecciones generales.
—Quería empezar por su pronunciamiento sobre el fallecido del último sábado en Lima, además de las otras muertes que se registran en el país. ¿Qué lectura realiza usted sobre la situación social y política enfrenta el país?
—Bueno, en realidad hay una crisis muy grave desde hace tiempo y se ha profundizado con el gobierno de la señora Dina Boluarte. El pueblo no quiere dialogar con ella, incluido las autoridades, sobre todo de las regiones, porque ven que es una persona que tiene estos graves hechos y una persona con ello no puede entrar a un proceso de diálogo, sobre todo porque esto se ha producido en muy corto tiempo.
Creo que la única salida apropiada y democrática, porque no es ninguna cuestión que esté fuera de la ley, es la renuncia de la señora. Ello va a dar tranquilidad. Creo que es el primer pedido de la población en todas las regiones, así como de Lima y de los sectores que están saliendo y de los pobladores que han llegado. Eso va a dar tranquilidad, incluso va a favorecer para que el adelanto de las elecciones se pueda regular en el Congreso de manera más tranquila. Esto, obviamente, si renuncia la señora se tiene que designar a un Gobierno de transición y a un presidente de transición de los 130 congresistas elegidos como pasó el año 2000 con el presidente Paniagua. Yo creo que eso se tiene que hacer, estamos viviendo un caos.
Hay un desgobierno porque con tantas muertes y todo bloqueado y paralizado no puedes decir que no están gobernando. Entonces, yo creo que han demostrado una serie de falencias, errores. Además, los señores del Gobierno me parecen que están promovidos por intereses subalternos y no por los intereses del pueblo. Entonces, con mayor razón, es urgente hacer un viraje rápido y eso pasa por la renuncia de la señora Boluarte en estos momentos, porque si no las marchas van a continuar, los hermanos van a seguir viniendo de las regiones y esto va a ser un caos total. Ya hay muchas pérdidas desde todo punto de vista, de manera que tengo esa visión de la situación actual y de ese modo también se puede corregir lo que estamos viviendo y traer paz, tranquilidad y normalidad al país.
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—Entonces, para usted la única salida de la actual situación pasa por la renuncia de Dina Boluarte.
—Yo creo que no hay de otra manera. Veo que hay poca capacidad de diálogo de la señora porque en cada conferencia de prensa llama al diálogo y después comienza a decir que son terroristas, que son narcos, que hay minería ilegal; es decir, empieza a descalificar las protestas. Entonces no abre un proceso de diálogo y no creo que ya se pueda abrir uno porque no hay un intermediario válido, aunque podría ser la iglesia porque en algunos casos ha tenido éxito su intermediación. Sin embargo, con los resultados que hay me parece difícil, salvo que la iglesia puede hacer un acercamiento entre el pueblo del Perú, sobre todo el sur, y el Gobierno, pero lo veo difícil. Por eso creo que la salida más rápida es la renuncia.
—¿Aparte de la iglesia propone a alguien más como intermediario?
—No, yo creo que la iglesia. Pienso que la Defensoría también podría intervenir, aunque un poco que la cuestionan. Creo que la iglesia podría intermediar para hacer comprender, en primer lugar, a la señora Boluarte que debe abandonar el Gobierno. Por ejemplo, el nuncio apostólico es una persona que se presentó en el Palacio y puede hacer algo. Y nosotros, de los partidos políticos, los que hemos sido candidatos a la presidencia, también podemos participar para darle una salida al país. Podría ser la gente representativa de los partidos, fuera del Congreso, porque obviamente el Congreso se ha entrampado.
Creo que la iglesia puede convocar al mismo Gobierno, a los partidos políticos y a las organizaciones sociales y primero hablar con la señora Boluarte. Creo que lo primero que le debía pedir es la renuncia. Si la señora se enfrasca, habría que ver ya el diálogo entre todos para ver cómo se puede salir de la crisis, porque si no va a haber más muertos, más marchas y ya se está convocando a más manifestaciones para la próxima semana; es decir, es una situación en que se necesita resolver este asunto urgentemente.
Repito, lo más adecuado es que la señora Boluarte renuncie y ahí se bajarán las aguas totalmente, pero ella no quiere. No sé si es su ego, su vanidad, sus intereses, adicionalmente, la gente que la respalda que es la derecha claramente y otros intereses que también están ahí presentes.
—Menciona intereses, ¿cómo de cuáles se trataría?
—Interés económico. Creo que las personas que han estado en contra del gobierno del señor Castillo y en contra de lo que se había planteado, siempre han estado cuestionando a Castillo. Los intereses económicos son los que están, me parece, evitando que este Gobierno renuncie y que le dé paso a uno más democrático, más de centro. Es decir, ni del extremo izquierdo ni de la extrema derecha. Además de los grupos económicos que, obviamente, actúan con la extrema derecha que están representados, pues, como saben, por el fujimorismo, los señores del señor Aliaga o De Soto; de gente que está ahí apoyando ese tipo de cuestiones de que no quieren cambios y que están sosteniendo a la señora Boluarte porque, sino, no se entiende cómo no se puede ir.
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—Mencionó que, en caso se dé el adelanto de las elecciones, debería haber un Gobierno transitorio. ¿Qué cualidades debería tener para que no se repita lo mismo que estamos viviendo hoy en día?
—Bueno, como lo que se hizo en el 2001. Ahí se eligió al presidente Paniagua porque era uno de los congresistas y por su posición democrática, ponderada, de estadista, de jurista, lo designaron como presidente. No tenemos un Paniagua ahora en el Congreso, pero debe haber entre los congresistas alguien que tenga una posición de centro.
Yo creo que de los grupos minoritarios que están en el Congreso debe haber alguna persona. Si es que no hay unanimidad, debe tener una mayoría para que se haga cargo de un gobierno de transición. No va a ser fácil ponerse de acuerdo, pero hay que hacer un esfuerzo para que haya una designación de un congresista que tenga la mayoría del respaldo del Parlamento. Entonces eso se puede hacer: calcar el modelo de lo que se hizo en el 2001 y designar a un presidente de transición elegido entre el Congreso porque creo que es lo más conveniente.
—Para usted, ¿quién podría ser esa figura?
—No tengo idea. Yo ahí sí te podría decir que hay que buscar a una figura que sea ponderada, representativa, genuina y que no tenga poses de decir una cosa y después hacer otra cosa como la señora Boluarte. Ver que tenga coherencia en sus posiciones, que haya mantenido sus posiciones políticas e ideológicas porque hemos visto que en el Congreso varios comenzaron con una y terminaron entregados a la derecha. Entonces, eso no. Yo creo que tiene que haber alguna persona que pueda, repito, de los grupos minoritarios del Congreso, donde ahí se pudiera escoger a algún parlamentario porque los demás grupos, los más grandes, ya tienen una posición obviamente establecida.
—Hablando sobre el Congreso, el último viernes el Pleno rechazó el adelanto de las elecciones para el 2023. Desde su punto de vista, ¿por qué los congresistas no quieren dejar sus curules?
—A mí me parece que eso surge a raíz de la asamblea constituyente, los grupos de izquierda parece que han votado en contra del adelanto de las elecciones a octubre de este año porque estaban pidiendo la asamblea constituyente. Me da la impresión que son por planteamientos que se han votado y que no han alcanzado los votos para adelantar las elecciones en octubre. Y otros parlamentarios, seguramente porque no se quieren ir, quieren quedarse más tiempo. Pudiera ser esa es una posición también que seguramente se ha presentado.
Pero de acuerdo a los discursos de ese día, el tema de la asamblea constituyente y su inclusión parece que ha sido un elemento que ha pesado para no alcanzar los votos correspondientes. Yo creo que el día lunes los congresistas deben ver solamente la fecha. Lo de la asamblea constituyente se puede ver después del nuevo Congreso, cuando venga uno nuevo y pueda definir eso con más tiempo, porque ahora estamos en una situación de emergencia, de urgencia, que solamente se deben aprobar ciertas cosas.
—¿Usted está a favor de que el adelanto de las elecciones sea en el 2023 o el próximo año?
—Yo creo que se puede hacer en octubre, ajustando algunas normas de plazos, porque la Ley de Partidos Políticos y la Ley de Elecciones establecen tiempos para que los partidos puedan presentar sus listas, para que puedan renunciar algunos, etc. Yo creo que esos plazos que están en la ley deberían disminuirse porque no estamos en una elección normal, sino en una elección de emergencia. Entonces sí se puede adelantar a octubre, pero recortando los plazos.
Hay algunos plazos en la ley que pueden dar la facilidad a los nuevos partidos y a los partidos existentes para que así puedan cumplir con los requisitos, si no algunos no van a cumplir y eso también es antidemocrático porque le están poniendo el adelanto de las elecciones rápidamente con las mismas reglas y los mismos plazos como si tuviéramos una elección normal.
—¿Qué crítica le haría al Congreso? Recientemente la encuesta de IEP señala que el 89% desaprueba el desempeño del Parlamento.
—Uno, que no ha colaborado mucho desde el nuevo gobierno para ayudar, a pesar de las discrepancias, a que se aprueben las leyes a favor de la población. Han estado mucho en la labor de fiscalización y que algunos le han dicho que eran obstruccionistas porque han estado fiscalizando mucho y no han estado colaborando. Creo que siempre con un nuevo gobierno hay que colaborar. Ese ha sido un aspecto muy importante desde un inicio. Tú sabes que los grupos políticos pretendieron desconocer los resultados del Gobierno y eso ha llegado hasta el final, donde se tuvo que vacar al presidente de la República.
Y segundo, creo que no oyen las necesidades que tiene el país. Por ejemplo, algunos decían qué hacen discutiendo la cuestión de confianza o las leyes de interés nacional cuando la gente está pidiendo que adelanten las elecciones; es decir, esa vinculación entre el desempeño del Congreso con la realidad del país. Me parece que eso también ha pesado para que no sea muy bien calificado el Congreso.
Está pasando también una situación difícil porque tiene una desaprobación mayor que la presidenta de la República. A mí me parece que eso ha sido un error. Creo que ahí se ha debido hacer un trabajo de coordinación, de trabajar por la población porque ha percibido que esto no existe. Por lo tanto, está en una situación bien delicada respecto a la aprobación ciudadana.
—¿Cómo ha manejado el gobierno de Dina Boluarte el conflicto social? Las últimas decisiones del Gobierno han dejado mucho que desear. Por ejemplo, la intervención de la Policía a la San Marcos, incluso, en una conferencia, señaló que “Puno no es el Perú”.
—Muy mal, muy mal. Yo creo que las decisiones del Gobierno han sido desastrosas. Han sido francamente mortales. Han visto que han muerto peruanos. Han sido decisiones que han pretendido imponer una supuesta autoridad. Es decir, han querido utilizar esto del principio de autoridad, que ha sido una situación tan mal hecha que no ha sido imponer autoridad, sino un atropello en una serie de materias, no solamente con la intervención en la San Marcos, sino lo que pasó en Puno, en Andahuaylas, en el Cusco y ayer con lo que pasó en Lima. Entonces, vemos que no hay Gobierno.
Para que te des cuenta nomás de que no hay gobierno y que ha llegado al fondo es que el otro día le preguntan al ministro del Interior que si se había enterado de la intervención y dijo que se había enterado por los canales de televisión. No me parece. También me parece que tienen su gabinete en la sombra porque si el ministro no conocía eso, ¿quién ordenó que entren a la San Marcos? ¿La policía no más? ¿La presidenta no sabía? Una situación tan delicada en medio de una crisis, donde iba a utilizarse la fuerza para ingresar a una universidad nacional, donde tienen autonomía.
Ella sabe perfectamente quién le habla al oído y no escucha a los ministros. Tan cierto es eso que varios ministros se han ido y la última ha sido de la de Producción. Entonces, algo está pasando. Eso quiere decir que no están contentos con la conducción del Gobierno y están haciendo cosas que no se comunican al Consejo de Ministros. Entonces, hay un gabinete en la sombra también. Por ello, a mí me parece que esa es una gestión desastrosa y que deja mucho que desear y que creo que por eso es urgente su retiro.
—Entonces, en ese punto, ¿se podría decir que el fin de este conflicto que vemos hoy en día está lejos de terminar?
—Yo creo que, si la señora se va, se termina rápido. Si la señora no se va, la situación va a seguir y tal vez con mayores daños. Ojalá Dios no quiera, pero con mayores daños puede ocurrir una desgracia, como algunos dicen, una guerra civil. Ojalá que no se produzca eso porque de alguna manera el país está dividido. Yo creo que más a favor de los protestantes que a favor del Gobierno. La derecha claramente está a favor del Gobierno.
Pero si la señora no da un paso al costado, la situación se va a seguir arrastrando y eso va a ser doloroso y perjudicial para Perú. Ya no vienen turistas, no hay economía, el trabajo, la agricultura, las carreteras, todo está parado. Entonces, eso se va a dilatar. ¿No sé qué está esperando la señora, que haya alguna masacre? Es terrible su terquedad y su testarudez de que no quiera irse y para dar paso a un Gobierno de transición.
—Finalmente, quería consultarle que en caso de que se den las elecciones para este año o el próximo, ¿usted tiene planeado participar en esa contienda electoral?
Es posible, es posible. Me están llamando las bases de mi partido (…) Entonces, estamos viendo, vamos a analizar el asunto de la candidatura. Al fin y al cabo, en el partido se eligen a los candidatos. No nos ha ido mal en las elecciones, pese a la guerra sucia en las elecciones anteriores y a la contracampaña hemos sacado 16 parlamentarios, un grupo grande. Si es que, digamos, tenemos la suerte de ser elegidos nuevamente, con la experiencia que tenemos, estamos predispuestos a colaborar con nuestro país. Si eso no se puede, habría que ver otros escenarios para ver si en qué podemos colaborar con nuestro país.
—Entonces, no lo descarta.
—Si hay posibilidad, quizás, sí, claro que sí. Tenemos toda la predisposición para colaborar y trabajar como lo hicimos como parlamentarios.