Política

Las expresiones de Pedro Castillo al Congreso que marcaron la relación Ejecutivo-Legislativo

La plaza pública fue el escenario preferido por el jefe de Estado para enviar sus mensajes y confrontar al Parlamento. ¿Es el escenario ideal para el diálogo entre ambos poderes del Estado?

Expertos advierten que el uso constante de canales de comunicación insuficientes por parte del jefe de Estado y representantes del congreso se debe al debilitamiento institucional de nuestro país. Foto: Composición de Fabrizio Oviedo / GLR
Expertos advierten que el uso constante de canales de comunicación insuficientes por parte del jefe de Estado y representantes del congreso se debe al debilitamiento institucional de nuestro país. Foto: Composición de Fabrizio Oviedo / GLR

Con micro en mano, luchando contra el ruido de una plaza y de cara al público: este es el escenario ideal que el presidente de la República, Pedro Castillo, eligió durante sus primeros meses de gestión para dirigirse al Congreso, muchas veces para confrontar a una oposición que le ha sido incómoda durante el 2021. A puertas del fin de año, revisaremos algunos momentos claves que marcaron esta relación tirante entre el Ejecutivo y el Legislativo, así como -en la voz de algunos especialistas– si el trato entre ambos poderes del Estado fue lo conflictivo que se esperaba tras una campaña electoral polarizada y con más confrontaciones que ideas.

La moción de vacancia presidencial presentada por la parlamentaria Patricia Chirinos de Avanza País marcó el momento más crítico en la relación Ejecutivo-Congreso este año. El jefe de Estado no fue ajeno a este ‘gesto’ poco amistoso desde el Parlamento y en más de una ocasión así lo hizo notar desde su tribuna preferida: la plaza. A fines de noviembre, Castillo cuestionó –desde Cajamarca– que personas “elegidas con 2.000 votos quieren callar a un Gobierno elegido por millones”.

Lejos de buscar reducir el tono de discusión, el presidente Pedro Castillo solo días después volvió a referirse a la moción de vacancia y, esta vez, argumentando que quienes hablaban de vacancia en el Congreso debían referirse a la “vagancia” porque consideró que quienes impulsaban este recurso en su contra eran los “vagos” que “por años vivieron de la mamadera del Estado”.

“Hoy en día está en boga lo que llaman la vacancia. Sí, pues. Yo le llamo la vagancia, porque eso piensan solamente los vagos. Solamente lo piensan los que años por años, gobierno por gobierno, han tenido para vivir del Estado. Hoy extrañan la mamadera y por eso están saliendo al frente, salen a la calle, mienten, engañan al pueblo y confunden a la población”, declaró nuevamente de una localidad de Cajamarca.

Ya desde Huancavelica, portando un sombrero y un poncho volvió a retar al Parlamento. Pidió que, si iban a pedir su vacancia, que lo hagan ante el pueblo y no dentro de cuatro paredes: “Yo quisiera invocar a los congresistas que están pidiendo otra cosa (la vacancia), que vengan, caminen conmigo y pidan mi vacancia ante el pueblo, acá en estos espacios y no dentro de cuatro paredes”, señaló durante la ceremonia del inicio de la obra de asfaltado de la carretera Pucapampa - Tinquerccasa - Chuñunapampa – Paucará.

La plaza como canal de comunicación

En diálogo con La República, en analista político Jeffrey Radzinsky señala que esta forma de diálogo entre Castillo y el Congreso a través de mensajes en presentaciones públicas representan un “canal insuficiente e inconsistente” ya que se presta a enviar mensajes con “poca claridad” y que tendrían más una finalidad proselitista que una intención realmente comunicacional.

“Esos discursos de plaza y cercanos están bien, pero tiene un elemento de eje simbólico y con espíritu más proselitista que tiene resultado en época electoral, pero no tanto en época gubernamental. La comunicación es diferente cuando se ejerce el poder de cuando se pretende y creo que ahí hay una brecha grande”, señaló.

Por su parte, José Luis Ramos Salinas, sociólogo, analista político y docente de la UNSA, explica que la intención de mantener este tipo de comunicación a través de “eslóganes políticos” tendría la finalidad de sentar una postura de cara al público y no necesariamente entre el Ejecutivo y el Congreso: “Ambos se dedican a hacer eslóganes como si estuvieran en mítines tanto de uno y otro lado. No se quieren mandar mensajes entre ambos, lo que quieren hacer parecer es que tienen una postura política respecto al otro y ellos suponen que eso les va a dar réditos políticos”, dijo.

En tanto, el analista político José Carlos Requena advierte que esta forma de comunicación responde a la precarización de nuestras instituciones, las cuales no nacieron con Pedro Castillo, pero sí es empleada constantemente durante su gestión. Advierte la necesidad de que el jefe de Estado mejore su comunicación con la prensa: “El problema es que él (Castillo) solo hace eso (usar redes sociales o declarar en las plazas). El presidente se ha comprometido a atender más a la prensa a inicios del próximo año y esperemos que esto se concrete”.

Mensaje con micro en mano

Ya en diciembre, el presidente Pedro Castillo volvió a referirse –desde Huachipa– a la moción de vacancia y a los cuestionamientos que se generaron en su contra por las presuntas presiones para concretar ascensos irregulares en el Ejército. En un mensaje dirigido al Congreso señaló: “Tengo la suficiente capacidad moral no solamente para corregir sino también para sancionar”. Negó que haya sido partícipe de algún acto de corrupción y sostuvo que “coger un centavo del país es ir contra la crianza de sus padres”, señaló.

El jefe de Estado también ha realizado invocaciones al Parlamento sobre temas concretos. En octubre, solicitó al Congreso – desde Tacna – agendar y declarar en emergencia la educación peruana para revertir los “graves problemas” que existen en el sector. El mandatario dijo no entender cómo los gobiernos que han pasado no entendieron la gran necesidad de impulsar una “verdadera revolución educativa”. Instó al Parlamento a saldar esa deuda pendiente.

Una relación más llevadera de lo que aparenta

Requena señala que, a pesar de que “hay voces más estridentes que otras” en el Congreso, la relación que han mostrado en estos últimos meses –más allá de la moción de vacancia– parece “menos tóxica” que la evidenciada en años anteriores: “Con excepción de la moción de vacancia, yo creo que ha sido menos tirante de lo que la moción de vacancia puede hacer pensar. Se han aprobado dos gabinetes, uno de ellos con muchas dudas, se ha aprobado la Ley de Presupuesto, pero en balance ha sido menos tóxica de lo que han sido gestiones previas con algunos espacios de mejora, pero si se le compara con los dos congresos previos ha sido mucho más llevadero”, explica.

Por su parte, Radzinsky explica que más allá de la relación que tienen el Ejecutivo y el Congreso, ambos están en deuda con la población porque “no se ha visto ninguna reforma de fondo, bien planteada que en el debate público tenga peso y una acción efectiva”. Advierte también que hay un espacio de centro en el Parlamento que ha jugado a favor de la actual gestión: “Objetivamente, ha tenido el respaldo con los dos gabinetes que ha presentado. El gobierno ha logrado acercar su posición al menos en términos efectivos, en los momentos cruciales, con las bancadas más moderadas. Es un espacio en el medio que en los momentos más álgidos lo han respaldado”, dijo.

De otro lado, Ramos Salinas advierte los peligros que podría generar que la lucha política enmarcadas en el desempeño democrático se transforme en simples canjes políticos, en los que tengamos a un presidente que se aleje de sus ideas y un Congreso que abandone su rol de fiscalización para proteger los intereses que representan: “Yo creo que ahí las cosas han caminado por el peor escenario posible y no porque haya una lucha política ente el Ejecutivo y el Legislativo, porque la lucha política es parte de la democracia, sino porque lo que parecía ser una lucha política en un principio se ha convertido más bien en negociaciones”, sostuvo.