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Política

El Informante: La desplazada, por Ricardo Uceda

“Comenzaron queriendo cobrar cien mil soles”, dice Doris Lituma, la exjefa del Sistema Integral de Salud, que fue removida para armar una cortina de humo con las clínicas privadas. Por primera vez habla de su salida.

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El ministro y el viceministro de Salud no le dieron ninguna directiva. Cuando fue cesada, no ofrecieron ninguna explicación. El problema va más allá de un maltrato a una funcionaria experta en salud pública. Cuando el SIS negoció con las clínicas privadas desde comienzos de abril, no fue para resolver ningún problema principal. Allí solo puede ser atendida una mínima porción de pacientes derivados desde el Estado. Las camas UCI disponibles en Lima pueden ser menos de diez. Lo cual era desconocido por la gente cuando el presidente Martín Vizcarra lanzó la amenaza de la expropiación. Ya quedó claro que fue una maniobra política. Pero quizá lo que se estaba negociando era permisivo con las clínicas. No es posible saberlo ahora. ¿El nuevo acuerdo es menos oneroso para el Estado que el que se tramitaba semanas atrás? Ninguna estructura de costos ha sido publicada. No lo sabe Doris Lituma ni lo demuestra su reemplazante. Todo está quedando en una oscuridad que conviene a las clínicas avergonzadas por ciertas tarifas insultantes, como al Gobierno, que posterga su rendición de cuentas.

¿Cómo comenzó el proceso de negociación con las clínicas privadas?

Fue a partir de la publicación del Decreto Legislativo 1466, el 21 de abril, que dispone el intercambio prestacional. Tomamos contacto con sus dirigentes. Antes de que acabara el mes tuvimos la primera reunión virtual con un grupo encabezado por el doctor Alejandro Langberg, presidente de la Asociación de Clínicas. Nuestro objetivo era poner en blanco y negro los términos del intercambio prestacional, para lo cual equipos técnicos debían negociar los procedimientos y las tarifas.

¿Había tensión, recelos?

No, la primera reunión fue cordial. Se formaron equipos. Uno tenía que ver con las tarifas y otro con la parte procedimental. Nosotros queríamos garantizar la atención de los pacientes del SIS, e incluso de quienes no poseían seguro, en la lógica de la universalización. A estos, en el momento en que requerían atención, los afiliábamos al SIS. Tuvimos varias reuniones, unas cuatro o cinco. Resolvimos los problemas informáticos que se planteaban y llegamos a un acercamiento bastante auspicioso en el tema de las tarifas. Toda negociación de este tipo es difícil, pero debo reconocer que transcurrieron en un clima cordial y positivo. Hacia el 20 de mayo, más o menos, ya teníamos la base para un acuerdo.

Pero el SIS tenía una deuda pendiente con las clínicas por servicios no pagados, de unos cien millones de soles, según se afirma. ¿Plantearon ellas el pago de este saldo como condición previa?

Yo llegué al SIS en 2018 y efectivamente había muchas obligaciones de pago contraídas en forma desordenada. Hemos pagado a las instituciones del Estado a las que debíamos y también al sector privado, cuando había contratos. Pero prestaciones sin contrato, sin orden de servicio y en algunos casos sobredimensionadas son difíciles de pagar para nosotros. Así que hay algunos juicios y auditorías que llevarán a una solución. Había compromisos de pago por unos 70 millones de soles que, luego de los procesos que menciono, se iban a solucionar, previa evaluación. Los representantes de las clínicas lo entendieron y no hubo la figura que usted plantea.

Entonces lo complicado fue lo de las tarifas.

Fue lo más complicado. Cuando el SIS paga gastos de organismos públicos reconocemos el gasto variable: medicamentos, insumos, procedimientos con el propio paciente. En estos casos los costos de personal, infraestructura y equipamientos corren por cuenta del Estado. En el presupuesto a reconocer a las clínicas hay que incluir estos conceptos, lógicamente. Debíamos calcularlos y negociarlos. Y cuando llegamos a un acuerdo básico con ellas le hicimos al MEF un requerimiento de recursos adicionales, porque lo que se gastaría no estaba en nuestro presupuesto. Teníamos solo para el primer mes. A fines de mayo teníamos ya las cifras cuadradas. En eso se produjo mi reemplazo.

¿Cuál es la diferencia entre el acuerdo actual y el que ustedes diseñaron?

Ahora hay un acuerdo general con tarifa plana. Entiendo que están negociando los contratos, lo que no es fácil. La diferencia básica es el pago del paquete. Nosotros habíamos previsto un pago por día, con diferentes componentes, algunos de los cuales faltaba ajustar. El pago era variable: para unidad de cuidados intensivos, con el paciente más grave; para UCI intermedia, para hospitalización. Se calculaba el costo del primer día, del segundo al sétimo día, de los siguientes veintiún días. También servicios como la cama, el procedimiento, los análisis. Cuando llega un paciente, al comienzo se le hacen una batería de análisis más fuertes, eso es un costo. En los siguientes días hay análisis de seguimiento. Hicimos costos diferenciados. Los medicamentos estaban al margen, en eso se tomaría el Observatorio de DIGEMID. Ahora se ha empaquetado todo. Es un solo precio independientemente del número de días que esté el paciente.

En términos generales, ¿cuánto era lo que ustedes querían pagar por paciente?

Aproximadamente, unos 48 a 50 mil soles. Es un promedio.

El acuerdo de ahora pagará 55 mil soles.

Pero nosotros íbamos a pagar por día. Ahora se paga una misma cifra para uno o veintiún días.

¿Cuál fue la pretensión inicial de las clínicas en lo correspondiente a las tarifas?

Comenzaron queriendo cobrar unos cien mil soles por paciente. Por un día en la UCI cobrarían unos diez mil soles diarios. Después bajaron a ocho mil. Llegamos a concertar un pago por día de alrededor de 4.500 soles. Es una cifra aproximada.

Rebajaron más de la mitad. ¿Usted diría que el acuerdo de ustedes era más favorable para el Estado o para el paciente?

Yo no puedo decir eso. Tendría que ver los papeles, los nuevos cálculos. ¿Cuántos días dura un paciente en UCI? Es duro decirlo pero los que ingresan allí ya están muy graves. Por otra parte, es cierto que para el Estado es más fácil administrativamente: si un paciente está cuatro o más días ya sé que igual se pagará 55.000.

Podemos presumir que el Gobierno no estaba de acuerdo con la fórmula que usted estaba concretando. ¿En qué no estaban de acuerdo?

Nunca lo supe.

¿De quién dependía usted en el sector Salud?

El SIS es un pliego independiente. Administrativamente dependía del ministro. En la parte funcional, del viceministerio de Prestaciones y Aseguramiento en Salud.

¿Cuán involucrados estuvieron el ministro Víctor Zamora y el viceministro Víctor Bocángel en este proceso?

Yo lo trataba con el viceministro, quien quería que el acuerdo estuviera cuanto antes. Él estaba enterado no de los detalles técnicos sino del proceso. Él le habrá informado al ministro. El proceso no fue fácil, tuvimos que ponernos de acuerdo en una serie de cosas, incluidas normas.

¿Qué explicación le dieron cuando decidieron su cambio?

Me dijeron que era necesaria una renovación. Yo sé que en estos puestos uno sabe cuándo comienza y no cuándo se acaba.

Parece obvio que era por el acuerdo. ¿No les gustó?

No podría decirlo. Estuve reunida con las clínicas hasta el último día. Nos faltaba como una semana para terminar.

¿Le dieron directivas específicas para negociar con las clínicas?

No. Darle celeridad, claro.

Pero después se demoraron un mes más.

Mi reemplazante habrá necesitado un tiempo para enterarse bien del proceso. No era sencillo.

Parece que usted se toma muy filosóficamente su remoción. ¿No le molesta?

Sí. Estaba logrando algo valioso y dejarlo sin culminar no me satisface. Estuve 40 años en la función pública. Desempeñé varios puestos importantes. He entendido que los cargos de confianza son así. Y que la confianza se pierde y se gana fácilmente. A veces por razones incomprensibles.

Ahora se sabe que el número de camas UCI que tienen disponibles son muy pocas. La semana pasada Janice Seinfeld, entrevistada por Augusto Álvarez Rodrich, dijo que eran solo nueve de las 190 que había en las clínicas. ¡Nueve! El resto estaban ocupadas. Esto vuelve absurda la discusión.

Nosotros negociamos el precio del uso de una cama habilitada. Manejábamos una cifra de 140 camas UCI habilitadas en las clínicas privadas. Habilitadas, no disponibles. La disponibilidad se conoce en el momento de la necesidad, en este momento no le puedo mencionar una cifra.

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