Los detractores de Margaret Thatcher salieron a la calle en varios puntos del Reino Unido para mostrar el rechazo a su legado y celebrar con gritos de júbilo la muerte de una primera ministra que dividió al país.Funeral de la "Dama de Hierro", "¡Maggie, Maggie, Maggie, muerta, muerta, muerta!", fue el cántico repetido por una generación de británicos que sufrió en propia carne el thatcherismo y la implantación del neoliberalismo en Gran Bretaña. Cientos de personas se congregaron en Londres para "dar la espalda" al ataúd de Thatcher a su paso hacia la catedral de San Pablo, donde se ofició un funeral casi de Estado cuyo coste millonario ha indignado a parte de la población. Entre abucheos y eslóganes como "Menudo despilfarro" y algunos entonando el tema de gospel "Oh Happy Day" (Qué día tan feliz), el féretro con los restos de la antigua líder "tory" llegó a su destino acompañado también por numerosos partidarios que se agolparon para rendirle tributo. Las protestas y celebraciones abundaron en el norte de Inglaterra, donde más se sintieron en los años 80 los efectos de las políticas de Thatcher, con el cierre de fábricas y minas que sumió a poblaciones enteras en el desempleo. Para muchos manifestantes, el hecho de que el Gobierno haya convertido el funeral en un acto público les autoriza a expresar también en público su oposición a la figura de Thatcher, sin dejar de reconocer "el respeto que merece privadamente cualquier difunto", dijo a Efe en Londres el estudiante Steve Cogan. En Goldthorpe, otra antigua zona minera del noreste inglés, los habitantes colgaron con una soga una efigie de Thatcher , tildándola de "ladrona de leche" por su iniciativa de retirar la leche gratuita en las escuelas públicas. En Liverpool, una de las ciudades donde la exlíder conservadora despierta más rencor por la destrucción de empleos en los muelles, el Ayuntamiento decidió no retransmitir el funeral en una pantalla gigante "para evitar posibles altercados" , indicó un portavoz. En la cuna de los Beatles se agotaron además los artículos de fiesta puestos a la venta para celebrar la muerte de la polémica política , que incluían globos negros y espantasuegras con su rostro y el lema: "Aún la odio". En Escocia, donde apenas hay voto conservador, también se organizaron eventos de celebración y protesta, incluido un acto en Glasgow con diputados y activistas , mientras el ministro principal escocés, el nacionalista Alex Salmond, habitualmente crítico con el thatcherismo, asistía al funeral en Londres. La oposición a Thatcher fue manifiesta también en Irlanda del Norte, donde la población republicana recordó el trato dispensado a los presos del Ejército Republicano Irlandés (IRA) durante su mandato , cuando se produjo la muerte en huelga de hambre de diez reclusos, entre ellos Bobby Sands.