"Soy una mierda, pero ahora voy a hacerme famoso". Con estas palabras definió Robert Hawkins su estado en la nota que dejó antes de suicidarse tras matar a ocho personas en un centro comercial de Nebraska (EEUU). Otra vez se pone en tela de juicio derecho a portar armas. Omaha. Agencias. "Soy una mierda, pero ahora voy a hacerme famoso". Con estas palabras definió Robert Hawkins su estado en la nota que dejó antes de suicidarse tras matar a ocho personas en un centro comercial de Nebraska (EEUU). Tenía 19 años y no había conseguido terminar el bachillerato. Se había quedado sin trabajo y sin novia y creía que no servía para nada, publica el diario Omaha World-Herald. La Policía dice que el salvaje tiroteo parece formar parte de un suicidio premeditado. Hawkins se disparó con el rifle de asalto SKK, tras provocar un baño de sangre en el centro comercial Westroads, en Omaha, en el que, además de acabar con la vida de cinco mujeres y tres hombres, dejó otras cinco personas heridas. El joven había vivido desde el año pasado con la familia de un amigo. Débora Maruca, la madre de este, dijo que el chico les había enseñado su rifle semiautomático ruso la noche anterior, pero que pensó que era demasiado viejo para funcionar. Según el diario, los padres de Hawkins se divorciaron cuando tenía tres años y pasó temporadas en hogares de acogida. En 2006 abandonó el instituto, y contaba en su haber algunos problemas con la ley, además fue despedido de un restaurante por, supuestamente, robar 17 dólares. A pesar de eso, Débora Maruca dice que parecía estar intentando enderezar su vida. Cuando se enteró del tiroteo, contó al Omaha World-Herald que pensó: "Dios mío, espero que no haya sido Robbie". EL CASO SE REPITE LARGA LISTA. El tiroteo de Nebraska es el último de una serie de asesinatos masivos que han dejado en shock a los EEUU, un país en el que la posesión de armas es un derecho constitucional duramente debatido.