Nuevo plan en Costa Rica: cárcel de alta seguridad basada en modelo de El Salvador costará 35 millones de dólares
Se aprobaron $15,5 millones para iniciar el proyecto de una cárcel inspirada en el Centro de Confinamiento del Terrorismo de El Salvador por el aumento de homicidios y crítica situación en prisiones de Costa Rica.
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Costa Rica enfrenta una crisis penitenciaria histórica. La Comisión de Asuntos Hacendarios de la Asamblea Legislativa aprobó una partida inicial de 35 millones de dólares, de los cuales 15,5 millones corresponden al primer desembolso para construir una nueva cárcel, inspirada en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) de El Salvador. El proyecto cuenta con apoyo técnico salvadoreño en diseño, planos y protocolos de seguridad.
El Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNPT) denunció un hacinamiento grave del 29,5 % en el sistema penitenciario, con una densidad de 129,5 reclusos por cada 100 espacios disponibles. Esta sobrepoblación agrava la inseguridad del país, donde los homicidios aumentan y la ciudadanía desplaza preocupaciones como la pobreza y el desempleo.
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Una megacárcel con sello de El Salvador
Costa Rica sufre una presión inédita en sus prisiones. El MNPT advirtió que, al 31 de marzo de 2025, había 17 692 privados de libertad por una capacidad real de 13 666 lugares, lo que equivale a un 29,5 % de sobrepoblación. Los centros para hombres adultos son escenario de hacinamiento crítico, con una ocupación del 42,9 %, mientras que los espacios femeninos registran un 6,6 % de exceso. Además, las personas en prisión preventiva pasaron de 2 564 en 2022 a 3 993 en 2025, lo cual tensiona aún más el sistema, según el informe del MNPT.
Frente a esa realidad, el Gobierno —a través del Ministerio de Justicia— propuso una solución inspirada en el modelo salvadoreño. La Comisión de Asuntos Hacendarios de la Asamblea Legislativa aprobó una enmienda al presupuesto estatal 2025 que incluye 15,5 millones de dólares para iniciar la construcción de la nueva cárcel. El costo total asciende a 35 millones de dólares, con aportes de diseño y experiencia proveniente de El Salvador.
El nuevo centro, que aún no fue presentado oficialmente, tiene capacidad estimada para unos 5 000 presos, lo que supondría un aumento del 40 % en la capacidad penitenciaria nacional. Aunque algunas fuentes hablan de 1 000 cupos de máxima seguridad, el dato más reciente indica que el proyecto busca aliviar el hacinamiento general y restringir el poder de reos para operar redes criminales desde la prisión.
Inseguridad y crimen impulsan la decisión
Costa Rica, antes considerada el país más seguro de Centroamérica, atraviesa una escalada de violencia. En 2023, alcanzó su récord de homicidios con 905 víctimas; la cifra bajó ligeramente en 2024 (880), pero sigue entre las más altas de su historia. Las autoridades atribuyen más del 70 % de esos homicidios a enfrentamientos entre grupos narcotraficantes. La inseguridad ocupa el primer lugar en la percepción pública, por encima de la pobreza y el desempleo.
El modelo a replicar es el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), construido por el Gobierno de Nayib Bukele y considerado la megacárcel más grande de Latinoamérica, con capacidad para hasta 40 000 internos, entre pandilleros y deportados. Este centro penal fue diseñado para contener grupos como MS‑13 y Barrio 18 y ha sido alabado por su orden, aunque también recibió denuncias de abuso de derechos humanos.
El apoyo técnico salvadoreño, tanto en planos como en protocolos de seguridad, busca replicar las prácticas que Bukele impulsó en su guerra contra las pandillas. Gerald Campos, ministro de Justicia, declaró que Costa Rica “tomará todas las buenas prácticas” para incorporarlas en su sistema jurídico. El diseño también incluye controles de máxima seguridad para evitar que líderes criminales operen desde adentro de la prisión.




















