El avión espacial secreto financiado por la 'gran y hermosa' ley de Trump: le otorga 1.000 millones de dólares
El programa militar X-37B, conocido como el avión espacial secreto, recibe una inversión histórica de 1.000 millones de dólares tras la aprobación del megaproyecto presupuestario impulsado por Donald Trump.
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Mientras la recientemente aprobada 'gran y hermosa' ley, impulsada por Donald Trump, recorta presupuesto para programas humanitarios, ha destinado 1.000 millones de dólares al programa X-37B, el avión espacial secreto de la Fuerza Espacial. Esta partida forma parte de un paquete de 150.000 millones de dólares en inversiones militares que buscan reforzar sectores estratégicos como el aeroespacial y el desarrollo de tecnologías de defensa.
El aumento de fondos para el X-37B ocurre en paralelo a recortes propuestos en otros programas espaciales de carácter científico. Mientras la NASA enfrenta restricciones presupuestarias en su área de investigación, el Congreso ha priorizado el fortalecimiento de iniciativas militares y tecnológicas bajo el argumento de proteger la seguridad nacional y consolidar la presencia de Estados Unidos en el espacio.
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El avión secreto de la fuerza espacial de Estados Unidos
El X-37B, conocido popularmente como el avión espacial secreto, es una nave espacial no tripulada y reutilizable, operada por la Fuerza Espacial de Estados Unidos. Desarrollado por Boeing, su función oficial es servir como plataforma de pruebas en órbita, permitiendo realizar experimentos tecnológicos que luego regresan a la Tierra. Su diseño recuerda al de un transbordador miniatura, pero sus dimensiones son considerablemente más reducidas.
Este vehículo es parte del denominado Vehículo de Prueba Orbital (OTV, por sus siglas en inglés), un programa cuyo objetivo declarado es experimentar con tecnologías espaciales avanzadas. Entre sus capacidades técnicas destacan el uso de sistemas de control electromecánicos, estructuras livianas de materiales compuestos, y tecnologías de protección térmica diseñadas para soportar reingresos atmosféricos desde órbitas elevadas.
Hasta la fecha, el X-37B ha completado siete misiones. En su último vuelo, lanzado en diciembre de 2023 mediante un cohete Falcon Heavy, permaneció en órbita durante 434 días antes de aterrizar con éxito en marzo de 2025. Durante esa misión, alcanzó una órbita altamente elíptica y empleó maniobras de frenado aerodinámico para regresar a órbitas más bajas, una técnica que permite ahorrar combustible.
¿Cómo se beneficiará X-37B con el financiamiento?
La ley One Big Beautiful Bill otorga una asignación directa de 1.000 millones de dólares al programa X-37B. Según declaraciones oficiales del Pentágono, esta inversión respaldará la reducción de riesgos tecnológicos, el desarrollo de conceptos operativos y la ampliación de las capacidades experimentales del avión espacial secreto.
Aunque el detalle exacto del uso del presupuesto no ha sido divulgado debido al carácter clasificado del programa, la Fuerza Espacial ha indicado que el X-37B seguirá funcionando como una plataforma orbital para pruebas. Los fondos permitirán continuar experimentos relacionados con maniobrabilidad espacial, control autónomo y validación de nuevos materiales estructurales y sistemas térmicos.
Boeing, fabricante del vehículo, ha destacado que el X-37B ya incorpora tecnologías pioneras, como avionica automatizada para su reingreso y aterrizaje sin intervención humana. El presupuesto adicional podría destinarse a mejorar estas características o desarrollar módulos adicionales que amplíen su operatividad durante futuras misiones.
Otros financiamientos a programas espaciales
A partir del megaproyecto legislativo, la NASA también se beneficia con 9.900 millones de dólares adicionales, enfocados en sostener el programa Artemis, orientado a devolver astronautas estadounidenses a la superficie lunar. La inversión garantiza la continuidad del Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS), la nave Orión y el proyecto Gateway, al menos hasta 2032.
Asimismo, la ley incluye 1.250 millones de dólares para el mantenimiento y operación de la Estación Espacial Internacional (ISS), fondos destinados a asegurar su operatividad hasta el final de su vida útil en 2030. Parte del presupuesto financiará el desarrollo del vehículo US Deorbit Vehicle, encargado de realizar el descenso controlado de la ISS al finalizar sus operaciones.
El megaproyecto también prevé inversiones en infraestructura de la NASA, como el Centro Espacial Johnson en Houston, el Centro Espacial Kennedy en Florida y otras instalaciones clave en el país. Estas inversiones buscan modernizar las capacidades de la agencia en vuelos espaciales tripulados y no tripulados.




















