Japón refuerza su defensa marítima con las aeronaves Osprey ante las crecientes amenazas por parte de China
Con el despliegue de las aeronaves Osprey, Japón responde ante creciente presión marítima de China, buscando así proteger sus islas más alejadas.
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Las Fuerzas de Armadas de Japón iniciaron este miércoles 9 de julio el despliegue oficial de su flota de aeronaves V-22 Osprey en una base permanente ubicada en el suroeste del país. Esta acción forma parte de una estrategia más amplia destinada a reforzar la capacidad defensiva en medio de un contexto marcado por crecientes tensiones en Asia.
La primera de las 17 unidades Ospreys ya fue trasladada a su nueva sede en el Campamento Saga, según informó la Fuerza Terrestre de Autodefensa. El resto de aeronaves se integrará progresivamente hasta mediados de agosto.
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¿Por qué Japón reforzó su defensa marítima con las aeronaves Osprey?
Esta medida se enmarca en la estrategia de Japón para acelerar el refuerzo de sus capacidades militares, particularmente en el suroeste del país, con el objetivo de hacer frente a la creciente presión marítima ejercida por China en esa región.
Según anunció el ministro de Defensa, Gen Nakatani, Japón empleará los V-22 Osprey en coordinación con la brigada de despliegue rápido anfibio ubicada en Ainoura, en la ciudad portuaria de Sasebo. Esta operación responde al plan de proteger con mayor eficacia las islas más alejadas del archipiélago.
“El entorno de seguridad en torno a Japón se ha tornado cada vez más severa. Reforzar nuestras capacidades defensivas en las islas es nuestra tarea urgente”, expresó el ministro Nakatani durante una conferencia de prensa.
El posible riesgo de usar la aeronave V-22 Osprey
El despliegue de la aeronave V-22 Osprey viene generando polémica en Japón, sobre todo en el sur del país, debido al historial de incidentes asociados a esta aeronave. En las afueras del Campamento Saga, un grupo de manifestantes se congregó para expresar su rechazo, coreando consignas como: “¡Fuera Osprey!”. Uno de los participantes, Osamu Rikihisa, expresó su preocupación: “Nunca se sabe cuándo volverá a ocurrir otro accidente”.
Este temor no es infundado. En noviembre de 2023, un Osprey perteneciente a la Fuerza Aérea de Estados Unidos se precipitó al mar frente a la costa sur japonesa, dejando un saldo de ocho personas fallecidas. Un año después, en octubre de 2024, otra aeronave de este tipo, esta vez del ejército japonés, sufrió un percance al inclinarse y tocar el suelo durante un ejercicio conjunto con tropas estadounidenses. La investigación posterior atribuyó lo ocurrido a un error humano.
A pesar de las críticas, el primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, defendió el uso de los Ospreys durante un acto de campaña realizado el miércoles en Saga. En su intervención, aseguró que estas aeronaves ofrecen ventajas significativas frente a los helicópteros tradicionales y destacó su utilidad tanto para fortalecer la seguridad nacional como para facilitar labores de respuesta ante desastres.
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La imperiosa presencia marítima de Pekín
China ha intensificado su presencia militar en el mar de China Oriental y Meridional, así como en las proximidades de Taiwán, una isla que se gobierna de forma autónoma desde 1949. Sin embargo, el gobierno de Pekín la considera parte de su territorio y ha reiterado que no descarta el uso de la fuerza para lograr su reunificación con el continente.
Las tensiones entre Japón y China también han escalado recientemente, tras una serie de incidentes que aumentaron la preocupación regional. Uno de ellos ocurrió cuando un caza chino armado con misiles se acercó peligrosamente a una embarcación militar japonesa, lo que generó acusaciones cruzadas por parte de ambos gobiernos sobre maniobras que podrían haber provocado un accidente. Además, Japón ha protestado por la presencia de barcos chinos en aguas cercanas a las islas Senkaku, administradas por Tokio pero reclamadas por Pekín.
























