La disputa pública entre Elon Musk y Donald Trump amenaza a este importante organismo en Estados Unidos
El conflicto se originó tras acusaciones de Elon Musk que vinculan al presidente Donald Trump con la lista de Jeffrey Epstein.
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La disputa entre Elon Musk y el presidente Donald Trump amenazó la estabilidad de la NASA. El empresario y fundador de SpaceX insinuó que podría retirar del servicio la nave Dragon, el único vehículo tripulado que actualmente permite a Estados Unidos acceder a la Estación Espacial Internacional (EEI).
El conflicto se desató cuando Musk publicó en su red social X una acusación contra Trump, vinculándolo con el la lista de Jeffrey Epstein, una controversia que impactó a Estados Unidos por los casos de abuso sexual. Aunque el mensaje fue eliminado, la tensión escaló rápidamente. Trump desestimó las acusaciones, pero sus allegados sugirieron que podrían revisarse los contratos federales con las empresas de Musk, lo que derivó en una amenaza directa de este último.
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El impacto de la amenaza de SpaceX a la NASA
SpaceX, dirigida por Musk, juega un rol esencial en el programa espacial de Estados Unidos. La nave Dragon es clave para el transporte de astronautas y suministros hacia la EEI, un proyecto que ha costado más de US$100.000 millones.
Según un informe de The Washington Post, una interrupción en el servicio de SpaceX dejaría a la NASA sin alternativas inmediatas para continuar sus operaciones rutinarias en la EEI. Esta situación encendió alarmas tanto en la agencia espacial como en el Departamento de Defensa, que depende de la tecnología de SpaceX para el lanzamiento de satélites militares y sistemas de comunicación táctica.
Horas después de lanzar su advertencia, Musk se retractó a través de X al afirmar: “De acuerdo, no retiraremos del servicio a Dragon”. No obstante, el incidente dejó un precedente preocupante sobre la vulnerabilidad del programa espacial estadounidense frente a conflictos privados y personales.
La reacción de la NASA y del gobierno de EE.UU.
La NASA ha optado por no polemizar públicamente sobre el conflicto. Su vocera, Bethany Stevens, aseguró que la agencia continuará ejecutando la “visión del presidente para la conquista del espacio” y trabajando con sus socios industriales. Sin embargo, la tensión en los pasillos de Washington es palpable, ya que el incidente subraya la fragilidad de las relaciones entre el gobierno y contratistas privados.
El papel de SpaceX como contratista principal del gobierno estadounidense lo convierte en un actor imprescindible no solo para la NASA, sino también para la seguridad nacional. Además de sus contribuciones al programa espacial, la empresa es responsable del lanzamiento de sistemas de alerta temprana y sensores estratégicos, lo que la coloca en el centro de la infraestructura federal.



















