Recortes de DOGE afectan bancos de alimentos en este estado de EEUU y limitan compras a agricultores locales
Los recortes presupuestarios del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) afectan la operatividad de los bancos de alimentos, limitando la ayuda alimentaria a familias vulnerables.
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La reducción presupuestaria aplicada por el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) genera un impacto directo en la capacidad operativa de los bancos de alimentos en Estados Unidos, especialmente en Florida, donde la demanda de ayuda alimentaria aumenta de manera constante. Esta situación provoca dificultades para abastecer a las familias más vulnerables y limita la adquisición de productos a agricultores locales.
La crisis afecta no solo a las organizaciones benéficas, sino también a pequeños productores como East Coast Farm and Vegetables, que dependen de los programas federales para comercializar sus excedentes agrícolas. El recorte en el presupuesto anual, impulsado desde la Casa Blanca, disminuye el apoyo que el Departamento de Agricultura y Ganadería de Estados Unidos (USDA) y el DOGE brindan a estas entidades.
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Recortes presupuestarios y su impacto en bancos de alimentos de Florida
Actualmente, USDA enfrenta recortes que reducen considerablemente los fondos destinados a programas de ayuda alimentaria en Florida. Estos recortes afectan de forma directa a bancos de alimentos como Feeding South Florida, que atienden a miles de personas en situación de vulnerabilidad.
Roberto Blanco, vocero de Feeding South Florida, señaló que la demanda creciente de alimentos coincide con una disminución en los recursos disponibles. Esto genera una crisis operativa, pues las organizaciones deben distribuir alimentos con un presupuesto cada vez más ajustado, comprometiendo su capacidad para cubrir las necesidades de las familias.
Los programas federales que permiten a bancos de alimentos adquirir productos de agricultores locales se han visto limitados. Este cambio afecta también a productores como Paco Vélez, de East Coast Farm and Vegetables, quien explicó que los recortes impiden que puedan vender sus excedentes agrícolas a estas entidades benéficas.
La creciente demanda en Florida frente a recursos limitados
Florida registra un aumento constante en la demanda de ayuda alimentaria debido a factores económicos y sociales. Sin embargo, los recortes aplicados por DOGE restringen la capacidad de respuesta de los bancos de alimentos en la región.
Ebenezer Church, director de una organización comunitaria local, enfatizó que la reducción en el presupuesto anual obliga a limitar las entregas de alimentos, lo que afecta principalmente a familias en condiciones precarias. La disminución de recursos genera una presión adicional sobre las entidades que dependen de programas federales para operar.
En este contexto, el gobierno de EEUU y el USDA enfrentan críticas por no ajustar adecuadamente el apoyo financiero, a pesar de la demanda creciente. Esta situación compromete la estabilidad y eficacia de las redes de ayuda en Florida, obligando a las organizaciones a buscar alternativas para cubrir la carencia de recursos.
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Limitaciones para agricultores y el impacto en el abastecimiento
Los recortes presupuestarios del DOGE no solo afectan a los bancos de alimentos, sino también a los agricultores locales que colaboran con estas organizaciones para distribuir productos frescos. La disminución en los fondos impide que muchos productores, como East Coast Farm and Vegetables, puedan vender sus excedentes agrícolas a programas de ayuda.
Paco Vélez explicó que esta reducción limita la compra de alimentos directamente de los agricultores, afectando la economía local y la calidad de los productos distribuidos. La conexión entre productores y bancos de alimentos es crucial para mantener el abastecimiento de alimentos frescos y nutritivos a personas necesitadas.
Roberto Blanco destacó que esta situación genera un círculo negativo: menos fondos significan menos alimentos, lo que a su vez reduce la compra a agricultores, afectando la cadena de suministro. Esta dinámica complica la misión de las organizaciones benéficas y amplía las dificultades de las familias que dependen de estos apoyos.





















