
América Latina será clave en 2030 con estos dos países: se alzarían como potencias comerciales globales con gigantes como China
Ambos países consolidarán su liderazgo en América Latina, con nel octavo y el noveno según el PBI estimado. Este crecimiento transformará sus vínculos comerciales con China y EE. UU.
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El crecimiento económico de América Latina se perfila como un fenómeno decisivo en el escenario internacional. Dos de sus naciones más influyentes, Brasil y México, están en la antesala de un salto histórico: convertirse en potencias económicas globales para el año 2030. Así lo revelan proyecciones de firmas consultoras de renombre como PricewaterhouseCoopers (PwC) y Standard Chartered, que destacan su papel estratégico en el orden mundial emergente.
Estos estudios anticipan que ambas naciones no solo consolidarán su liderazgo regional, sino que también escalarán posiciones en el ranking de las principales economías mundiales. El impacto directo de este ascenso repercutirá especialmente en los vínculos comerciales con gigantes globales como China y Estados Unidos, dos de los principales socios económicos de la región.
Brasil y México liderarán el crecimiento económico en Latinoamérica
De acuerdo con el informe “The long view: how will the global economic order change by 2050?”, el crecimiento económico proyectado de Brasil y México les permitirá ingresar al grupo de las diez economías más grandes del mundo. Este análisis, basado en indicadores como el Producto Bruto Interno (PBI) y la Paridad de Poder Adquisitivo (PPA), sitúa a Brasil en el octavo lugar global hacia 2030, con un PBI estimado en USD 4.439 billones.
México, por su parte, alcanzaría el noveno puesto con una producción económica de USD 3.661 billones. Esta proyección posiciona a ambos países por encima de potencias tradicionales, consolidando su rol como actores centrales en el comercio mundial.
Además del tamaño de sus economías, su ubicación geográfica, los tratados comerciales que los vinculan con América del Norte y Asia, y su población activa los convierten en polos de atracción para la inversión extranjera directa. La administración de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil y el próximo gobierno de Claudia Sheinbaum en México se enfrentarán al desafío de consolidar ese crecimiento económico sin precedentes.
Las 10 economías más grandes del planeta para 2030
Según las proyecciones de Standard Chartered y PwC, el orden económico mundial sufrirá importantes transformaciones para 2030. Entre las principales economías del mundo destacarán:
- China: USD 38.008 billones de PBI.
- Estados Unidos: USD 23.475 billones.
- India: USD 19.511 billones.
- Indonesia: fuerte crecimiento respaldado por su demografía.
- Turquía: avance sostenido debido a reformas estructurales.
- Brasil: USD 4.439 billones.
- México: USD 3.661 billones.
- Rusia: crecimiento condicionado por factores geopolíticos.
- Japón: estabilización económica frente al envejecimiento poblacional.
- Alemania: impacto de la transición energética.
En este listado destaca la presencia de dos economías latinoamericanas, confirmando el potencial de la región para ganar peso en las decisiones económicas globales.
América Latina refuerza su vínculo con China y Estados Unidos
El crecimiento económico de México y Brasil no se limita a cifras. Ambas naciones desempeñarán un papel clave en la diplomacia comercial global, especialmente con socios estratégicos como China y Estados Unidos. El gigante asiático ha incrementado su presencia en Latinoamérica durante las últimas dos décadas, estableciendo acuerdos de inversión y comercio que benefician directamente a estos dos países.
México, gracias a su participación en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), se ha convertido en una plataforma manufacturera crucial para América del Norte. Al mismo tiempo, su apertura a mercados asiáticos fortalece su papel como eje de comercio intercontinental. Brasil, con su vasta oferta agrícola, energética e industrial, mantiene una relación sólida con China, su principal socio comercial. Las exportaciones de soja, minerales y petróleo han convertido al país sudamericano en un proveedor estratégico para la potencia asiática.
Este doble anclaje comercial —con Washington y Pekín— posiciona a Brasil y México como intermediarios naturales en un contexto de tensiones y redefiniciones geopolíticas. Su papel como potencias emergentes no solo tendrá impacto en la economía regional, sino también en las decisiones globales sobre inversión, comercio y desarrollo sostenible.