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El país de América Latina que pierde más bosques por deforestación: más de 20.000 kilómetros de vegetación destruidos

Según el Forest Declaration Assessment, la deforestación en América Latina crece a una tasa alarmante. En 2022, más de 20.000 kilómetros cuadrados de bosques fueron destruidos, afectando la biodiversidad y el clima.



La región registró un incremento del 8% en la deforestación en 2022, duplicando la tasa global del 4%, según Forest Declaration Assessment. Foto: Pexels
La región registró un incremento del 8% en la deforestación en 2022, duplicando la tasa global del 4%, según Forest Declaration Assessment. Foto: Pexels

América Latina enfrenta una crisis ambiental, con la deforestación como uno de los mayores desafíos. La pérdida de bosques tropicales ha crecido de forma significativa en los últimos años, impulsada por la expansión de la agricultura, la ganadería y la minería ilegal. Estas actividades no solo amenazan los ecosistemas locales, sino que también contribuyen al cambio climático a través de la emisión masiva de dióxido de carbono. A nivel mundial, la región concentra una gran parte de la biodiversidad y los recursos naturales esenciales para el planeta, lo que convierte esta situación en una crisis global.

Uno de los países de América Latina ha sido particularmente afectado, registrando la mayor pérdida de bosques en la última década. En 2022, se reportaron más de 20.000 kilómetros cuadrados de vegetación destruidos. La tala ilegal, los incendios forestales y la conversión de bosques en áreas agrícolas han sido las principales causas de esta alarmante situación.

Brasil, el país más Afectado por la Deforestación

Brasil lidera la lista de los países más afectados por la deforestación en América Latina. Según los datos más recientes de la Forest Declaration Assessment (FDA), el gigante sudamericano perdió más de 3,31 millones de hectáreas de bosques en 2022. La mayoría de esta destrucción tuvo lugar en la selva amazónica, una de las áreas más ricas en biodiversidad del planeta y que actúa como un importante sumidero de carbono. La deforestación en esta región es especialmente crítica, ya que no solo contribuye al cambio climático, sino que también destruye los hábitats de innumerables especies.

 rasil perdió más de 3,31 millones de hectáreas de bosques, principalmente en la selva amazónica. Foto: noticias ambientales

rasil perdió más de 3,31 millones de hectáreas de bosques, principalmente en la selva amazónica. Foto: noticias ambientales

La situación en Brasil ha sido exacerbada por la expansión de la agricultura y la ganadería, así como por la minería ilegal y los incendios forestales. Estas actividades han llevado a la destrucción de grandes extensiones de la Amazonía, con graves consecuencias para el clima global y la biodiversidad.

Bolivia, Colombia, Paraguay y Perú: Otros Casos Críticos

Además de Brasil, otros países de América Latina también enfrentan graves problemas de deforestación. En Bolivia, la expansión de la agricultura y la ganadería a gran escala ha impulsado la pérdida de bosques. En los últimos años, los incendios forestales también han contribuido a esta crisis, destruyendo grandes áreas de selva. En Colombia, la deforestación ha aumentado en la frontera con el Amazonas, principalmente debido a la agricultura migratoria y la tala ilegal.

 En varios países los incendios forestales, tanto naturales como provocados, contribuyen a la destrucción masiva de bosques tropicales. Foto: AFP

En varios países los incendios forestales, tanto naturales como provocados, contribuyen a la destrucción masiva de bosques tropicales. Foto: AFP

Paraguay ha experimentado una reducción en la deforestación en su región oriental gracias a la Ley de Deforestación Cero de 2004, pero en el Chaco occidental, la expansión de la ganadería sigue siendo una gran amenaza. Por otro lado, Perú enfrenta un panorama similar, con la minería de oro y las plantaciones de palma aceitera, impulsando la pérdida de cobertura arbórea, especialmente en la región amazónica.

Las Consecuencias del Incremento en la Pérdida de Bosques Tropicales

La acelerada deforestación en América Latina tiene consecuencias devastadoras no solo para la región, sino para todo el planeta. Los bosques tropicales son esenciales para mitigar el cambio climático, ya que actúan como grandes sumideros de carbono, ayudando a regular la temperatura global. La Universidad de Maryland informó que en 2022 se perdieron más de 4,1 millones de hectáreas de bosques primarios tropicales, lo que equivale a la destrucción de 11 campos de fútbol por minuto.

 Las zonas boscosas son refugios de miles de especies animales que corren el riesgo de perder su hábitat. Foto: Andean Great Treks

Las zonas boscosas son refugios de miles de especies animales que corren el riesgo de perder su hábitat. Foto: Andean Great Treks

Además de la emisión de 2,7 gigatoneladas de dióxido de carbono resultante de la pérdida de estos bosques, la deforestación también afecta la biodiversidad. Miles de especies animales y vegetales dependen de estos ecosistemas para sobrevivir, y su destrucción pone en peligro la existencia de numerosas especies. La regulación climática local y regional también se ve afectada, lo que puede provocar fenómenos meteorológicos más extremos en la región.

Crisis de la Deforestación en Latinoamérica en 2022

En 2022, la deforestación en América Latina y el Caribe aumentó un 8%, duplicando la tasa global de pérdida de bosques, que fue del 4%. Este incremento refleja la urgencia de implementar políticas efectivas que frenen la destrucción forestal en la región. A pesar de los compromisos asumidos en la Declaración de los Líderes de Glasgow sobre Bosques y Uso de la Tierra, la tendencia avanza en la dirección equivocada.

El informe del World Wildlife Fund (WWF) publicado en 2023 también subraya la necesidad de reformar los subsidios ambientales, que actualmente financian actividades perjudiciales para los bosques, como la agricultura y la construcción de infraestructuras. Estos subsidios alcanzan los 500.000 millones de dólares anuales, mientras que la financiación para proteger los bosques es al menos 100 veces menor.