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Venezuela: los números no acompañan a Nicolás Maduro

El 28 de julio serán las elecciones en Venezuela y de acuerdo con varias empresas encuestadoras, a tres semanas de las elecciones el candidato opositor Edmundo González Urrutia casi dobla en intención de voto al presidente Nicolás Maduro y podría derrotarlo.

Rodeado por miles de sus simpatizantes y vestido con una casaca de motivos tropicales, Nicolás Maduro encabezó un mitin en el centro de Caracas el último jueves, día en que arrancó el tramo final de la campaña electoral rumbo a las elecciones del próximo 28 de julio. “Prepárense para la paliza que les va a dar el pueblo de Venezuela ese día”, dijo el presidente venezolano fiel a su estilo rimbombante, mientras la multitud con banderas del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y cientos de militantes en motocicletas coreaban sus consignas.

Casi a la misma hora, en otro punto de la ciudad, el candidato opositor, el diplomático Edmundo González Urrutia, encabezaba un recorrido en un camión con plataforma acompañado por María Corina Machado, a quien reemplazó en la campaña luego de que ella fuera inhabilitada por el chavismo como parte de las maniobras para cerrarle el paso.

“Queremos una Venezuela libre, sin presos políticos”, dijo González, representante de la coalición opositora Plataforma Unitaria Democrática.

A tres semanas de los comicios, varias de las encuestadoras más confiables le dan el primer lugar a González Urrutia, con una significativa ventaja sobre Nicolás Maduro. Un sondeo de la firma Delphos, de fines de junio, le daba 52% de intención de voto al postulante opositor y 25% a Nicolás Maduro. Otra de ClearPath Strategies colocaba a González con 56% y a Maduro con 35%. “Maduro ha ido escalando puntos. En este momento está cercano al 25%, pero algo estancado sobre ese dígito”, afirma Félix Seijas, director de Delphos.

Observadores del proceso electoral señalan que en lo que va de campaña, por parte del Gobierno, ha habido persecución a los líderes opositores, a sus familias y equipos partidarios, inhabilitaciones, bloqueo a la inscripción en el registro electoral, imposición de multas y hasta hostigamiento a cualquier persona que apoyara las actividades de Edmundo González Urrutia. En lo que falta de campaña, hasta el 25 de julio en que se cierran los mítines, muchas voces señalan que Maduro hará uso de los recursos del Estado para ganar votos.

En esta elección se han presentado una decena de candidaturas, pero según las encuestadoras, la población venezolana se ha decantado por Maduro y González Urrutia. El chavismo había impulsado a otros candidatos menores como una forma de dividir y atomizar el voto opositor, pero esa ‘jugada política’ no les ha salido del todo bien.

“Los candidatos minoritarios y los partidos judicializados no han despegado, se mantienen en márgenes pequeños y similares”, ha comentado Saúl Cabrera, vocero de la encuestadora Consultores 21.

Edmundo González, respaldado por la líder opositora María Corina Machado, encabeza las encuestas en Venezuela. Foto:AFP

Edmundo González, respaldado por la líder opositora María Corina Machado, encabeza las encuestas en Venezuela. Foto:AFP

El factor Machado

A pesar de que María Corina Machado fue inhabilitada por el chavismo hasta el 2036, ella ha recorrido distintos estados venezolanos y acompañado las manifestaciones de su reemplazante Edmundo González Urrutia. Ahora convertida en la líder de la oposición, le ha dado todo su respaldo al diplomático de 74 años. El jueves pasado, en que Machado acompañó a González Urrutia en su concentración, dirigió unas palabras a la multitud: “Qué grande, Caracas. Esto no tiene vuelta atrás”.

Pero el tramo que aún falta para el día de las elecciones, y dado el caso de un triunfo, para la toma de mando (en enero del próximo año) se augura todavía un camino muy difícil. El periodista Txomin Las Heras, presidente de la organización Diálogo Ciudadano, lo explica en un artículo reciente:

“Entre la elección del 28 de julio y la toma de posesión del presidente electo en enero del 2025 quedará un lapso de más de cinco meses. Es un lapso excesivo. Si es elegido el candidato opositor, el régimen que controla férreamente las instituciones trataría de impedir a toda costa su toma de posesión. Por otra parte, la escogencia del 28 de julio ha implicado un apretado calendario que reduce drásticamente los plazos para la inscripción de nuevos votantes. Estamos hablando de millones de personas que podrían quedarse sin el derecho a votar y que podrían ser decisivas en el resultado final”.

Es decir, Maduro aún no está derrotado y si perdiera la elección, no entregará tranquilamente el poder. Muchos han recordado la derrota en las elecciones parlamentarias del 2015, en donde la oposición ganó la mayoría de curules. La respuesta llegó impidiendo asumir a varios parlamentarios y conformando en 2017 una asamblea nacional constituyente, un poder paralelo que él controlaba.

La semana pasada se realizó un simulacro de votación para probar el sistema electoral. Foto: Difusión.

La semana pasada se realizó un simulacro de votación para probar el sistema electoral. Foto: Difusión.

El candidato opositor González Urrutia sabe que todavía falta tiempo para cantar victoria. “Las elecciones en Venezuela no son justas ni limpias ni equitativas. Pero le ganaremos al chavismo con una fuerza mayoritaria que se expresará en las urnas y el respaldo de millones de venezolanos que están comprometidos con un cambio”, dijo en una entrevista con la BBC. Allí también dejó en claro que, de ganar, está dispuesto a conversar con el chavismo para una transición pacífica. “Creo que tenemos que buscar la reconciliación nacional y si eso incluye a sectores que actualmente están con el oficialismo, pues los incluiremos”, afirmó.

Maduro, por su parte, asegura que ha logrado derrotar la guerra económica que enfrenta Venezuela, en referencia a las presiones y sanciones de Estados Unidos, y pidió el respaldo para su segunda reelección. “Vamos por más cambios y transformaciones. Y por la Venezuela de la prosperidad y del bienestar”, dijo en su mitin del jueves. Sin embargo, el reinicio del diálogo con Estados Unidos le ha puesto condiciones para respetar el proceso electoral. EEUU pide elecciones justas, competitivas y supervisadas, a cambio de retirar sanciones a la industria petrolera venezolana.

Aun con eso, el chavismo parece no estar listo para ceder el poder. Sus dirigentes siguen recorriendo el país, y uno de ellos, Diosdado Cabello, casi el número 2 del chavismo, ha pronosticado “una victoria arrolladora y esplendorosa”. Al respecto, el analista político Luis Vicente León, de la firma Datanálisis, pidió a la oposición tener en cuenta otras variables, que según afirma no deben ser subestimadas, como la organización, arraigo y disciplina de las filas chavistas en toda la geografía nacional; el control institucional que detentan en este marco; los índices de abstención; el papel de los indecisos y los votos que puedan llevarse los candidatos minoritarios.

Lo último que podría pasar, y allí Maduro se despojaría de todas las maneras que ha tratado de mantener como candidato, es tratar de sacar de carrera al candidato opositor apelando a algún formalismo, aunque tiene los ojos de Estados Unidos —y otros países— sobre el proceso. Falta poco tiempo para la elección y las encuestas dicen que los venezolanos están cansados del régimen chavista. Aun así todavía no se puede asegurar un triunfo opositor.